Juan María de Araluce Villar

Juan María de Araluce Villar (Santurce, Vizcaya, España, 24 de junio de 1917 - San Sebastián, Guipúzcoa, España, 4 de octubre de 1976) fue un notario español, Consejero del Reino, presidente de la Diputación de Guipúzcoa y procurador en Cortes durante dos legislaturas, desde el 7 de febrero de 1969 hasta su asesinato por ETA el 4 de octubre de 1976.[1]

Juan María de Araluce Villar


Procurador en Cortes
por Representante de la Diputación de Guipúzcoa
7 de febrero de 1969-4 de octubre de 1976


Presidente de la Diputación de Guipúzcoa
7 de febrero de 1969-4 de octubre de 1976
Predecesor Antonio Epelde Hueto

Información personal
Nacimiento 24 de junio de 1917
Santurce, Vizcaya,
Bandera de España España
Fallecimiento 4 de octubre de 1976
(59 años)
San Sebastián, Guipúzcoa,
Bandera de España España
Causa de muerte Atentado contra Juan María de Araluce Villar
Sepultura Cementerio de Polloe
Nacionalidad Española
Religión Católica
Familia
Cónyuge María Teresa Latamendía
Hijos 9
Educación
Educado en Universidad de Deusto
Información profesional
Ocupación Notario
Rango militar Teniente
Conflictos Guerra civil española
Partido político Unión Nacional Española
Distinciones

Biografía

Durante la Guerra Civil Española forma parte de las filas del requeté, combatiendo en la aviación de caza y se licenció con el grado de Teniente piloto.[2]

Estudió Derecho en la Universidad de Deusto, doctorándose en la Universidad de Madrid. Notario en 1944, ganó la plaza de Tolosa en 1947. Ejerció después en Rentería.

Presidente de la Diputación de Guipúzcoa en 1969 sustituyendo a Antonio Epelde Hueto.[3]

Miembro de la Diputación Permanente de las Cortes Españolas desde el 16 de diciembre de 1969.[4]

Miembro del Consejo del reino, uno de los dos consejeros electivos, elegidos por votación por los grupos de procuradores de Administración Local.

Vicepresidente del Grupo Parlamentario Regionalista, liderado por Laureano López Rodó y promotor de Unión Nacional Española liderada por Gonzalo Fernández de la Mora. Promotor de la Comisión de Estudio de un Régimen especial para Guipúzcoa y Vizcaya, incluyendo la restitución del Concierto Económico, cuya constitución consiguió en el Consejo de Ministros del 7 de noviembre de 1975 después de una implicación absoluta.[5] También defendió ante el ministro de Educación y Ciencia, la entrada del euskera en la educación, recordando el gran impacto que suponía para los muchachos que lo tenían como lengua materna, cuando entraban en el colegio.[6]

Hasta el último momento antes de ser asesinado, fue beligerante en la defensa de una amplia antonomía para las diputaciones vascas, como proclamó en el último pleno al que asistió:

"...No todo, señor ministro, es asunto de orden público, ni todo producto de unas jornadas de tensión, cuya clarificación a todos nos interesa, sino también medidas del Gobierno que marquen en hechos concretos el propósito de restablecer las estructuras tradicionales de nuestro peculiar régimen político-administrativo, a la medida de los tiempos y las necesidades que su funcionalidad al día demandan..."
Palabras pronunciadas en el último pleno de la Diputación que presidía.[7]

Parlamentario

Procurador en las Cortes durante el franquismo, elegido como representante de la Diputación de Guipúzcoa en la IX Legislatura de las Cortes Españolas (1967-1971).[8] Para cubrir su vacante no se convocaron nuevas elecciones en aplicación de lo dispuesto en el artículo 14 del Reglamento de las Cortes de 17 de noviembre de 1971.

Atentado

El 4 de octubre de 1976, ETA acribilla a balazos en el portal de su casa al entonces presidente de la Diputación, cuando llegaba al mediodía a comer. En el atentado fallecen también su chófer, José María Elícegui Díez y tres policías de escolta: agente Alfredo García González, inspector Luis Francisco Sanz Flores y subinspector Antonio Palomo Pérez.[9] Su hijo mayor, Juan María, de 24 años, licenciado en Filosofía y Letras, confirmó que prácticamente la familia presenció el atentado.[10]

"...tres individuos jóvenes que se encontraban bajo la marquesina instalada al lado del portal del presidente, aparentemente esperando el autobús -y que posteriormente, varios testigos han reconocido que estuvieron merodeando en la zona y sentados en un banco cercano- dispararon al mismo tiempo sus metralletas sobre ambos coches. Por los casquillos encontrados posteriormente -noventa exactamente- se calcula que hicieron un centenar de disparos.."
El País, San Sebastián - 05/10/1976.

Pocas horas después de cometerse el atentado. ETA militar reivindicaba la autoría del mismo a través de llamadas telefónicas anónimas a varios medios de comunicación donostiarras.[11]

Véase también

Referencias

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