Ley Basaglia

La Ley Basaglia o Ley 180 (en italiano Legge Basaglia, Legge 180) es una ley italiana de 1978 sobre salud mental que supuso una importante reforma del sistema psiquiátrico de dicho país, ya que abogó por el cierre de todos los hospitales psiquiátricos y promovió su sustitución progresiva por una serie de servicios comunitarios.[1][2] La Ley Basaglia constituye la base de la legislación italiana sobre salud mental.[3] Recibe su nombre de su principal promotor y artífice, el psiquiatra italiano Franco Basaglia.[4][5] La Ley 180, aprobada por el Parlamento italiano el 13 de mayo de 1978, puso en marcha el desmantelamiento progresivo de los hospitales psiquiátricos.[6] La implementación de la ley de reforma psiquiátrica concluyó en 1998, lo que marcó el fin del sistema de hospitales psiquiátricos estatales en dicho país.

La Ley 180 también es conocida por el nombre de su principal impulsor, Franco Basaglia.

La ley propiamente dicha estuvo vigente hasta el 23 de diciembre de 1978. Su articulado se incorporó, con muy pocos cambios, a una ley más amplia (en italiano Legge 23 dicembre 1978, n. 833 - Istituzione del Servizio sanitario nazionale) que instauró el Sistema Nacional de Salud.

Objetivos generales

La Ley 180/78 contempla la creación de un servicio comunitario descentralizado para el tratamiento y la rehabilitación de los enfermos mentales, la prevención de las enfermedades mentales y la promoción del tratamiento integral, especialmente a través de servicios externos a la red hospitalaria. La Ley 180/78 introdujo importantes cambios en la prestación de asistencia psiquiátrica, pues primaba la atención a pacientes en las comunidades más que la defensa de la sociedad.[7]

Historia

La nueva ley italiana se creó tras los proyectos de desinstitucionalización realizados en varias ciudades (por ejemplo, Gorizia, Arezzo, Trieste, Perugia o Ferrara) entre 1961 y 1978, que lograron demostrar que era posible sustituir la atención diurna en los hospitales psiquiátricos por comunidades de cuidados alternativas.[8] Estos proyectos demostraron la eficacia del nuevo sistema de atención por su capacidad a la hora de llevar a cabo la clausura gradual de los hospitales psiquiátricos, creando al mismo tiempo una red de nuevos servicios alternativos, como pisos, albergues, residencias, centros de día y cooperativas gestionadas por los pacientes.[8]

A principios de la década de 1960 hubo un factor que favoreció el desarrollo de la nueva ley: los movimientos reformistas generalizados en todo el país impulsados por los sindicatos, la clase obrera, los estudiantes y los partidos radicales y de izquierdas. Este clima social excepcional condujo a la aprobación de proyectos de ley innovadores, como la legislación sobre los derechos de los trabajadores, el aborto, el divorcio y, finalmente, la Ley 180.[9]

Principales disposiciones

La Ley 180 se basa en las siguientes disposiciones:[9]

  • La asistencia psiquiátrica debe trasladarse de los hospitales psiquiátricos a los centros comunitarios de salud mental, organizados de forma sectorial o departamental para garantizar la integración y los vínculos con los servicios y recursos comunitarios.
  • No debe permitirse la hospitalización de nuevos pacientes en los hospitales psiquiátricos existentes. También se prohíbe la construcción de nuevos hospitales psiquiátricos.
  • Deben establecerse unidades psiquiátricas en los hospitales generales con un número limitado de camas (no más de 14-16).
  • Los tratamientos obligatorios sólo se aplican cuando no se dispone de instalaciones comunitarias adecuadas y cuando el paciente no ha aceptado el tratamiento extrahospitalario.

Los efectos de la Ley 180

Dicotomía en el tratamiento de las enfermedades mentales

Desde la adopción de la Ley 180 en 1978, la ley italiana de salud mental ha generado un profundo debate, en el que se han discutido sus implicaciones sociopolíticas, se han valorado sus puntos positivos y se han criticado los negativos. Sin embargo, la crítica internacional nunca ha cuestionado lo que la Ley 180 ha hecho para mejorar la suerte de los enfermos mentales que cometen delitos.[10] La legislación italiana ha creado una dicotomía en el tratamiento de la salud mental: si bien se reconoce el derecho de los enfermos mentales que cumplen la ley a rechazar el tratamiento y se pone fin a todo nuevo ingreso de enfermos mentales, al mismo tiempo se permite el internamiento de los enfermos mentales que han infringido la ley en instituciones especializadas para que cumplan penas de duración indefinida, privándoles así de todos los derechos civiles.[10]

Principales consecuencias

Las principales consecuencias de la aplicación de la Ley 180 son las siguientes:[11]

  • Los pacientes que se encontraban internados en hospitales psiquiátricos antes de 1978 se fueron integrando progresivamente en la comunidad.
  • La disponibilidad de camas psiquiátricas en Italia es menor que en otros países comparables: Italia dispone de 46 camas psiquiátricas por cada 100.000 habitantes, frente a las 58 del Reino Unido y las 77 de Estados Unidos.

Legado

El psiquiatra estadounidense Loren Mosher considera que la ley Basaglia es revolucionaria y que se pueden extraer lecciones de ella, sobre todo en lo que respecta al respaldo del sistema nacional de salud que la implementó.[12]

En 1993, el psiquiatra italiano Bruno Norcio afirmó que la Ley 180 de 1978 es una ley importante, pues fue la primera en afirmar que los enfermos mentales debían ser curados y no aislados, que los hospitales psiquiátricos debían dejar de existir como lugares de aislamiento y que los enfermos mentales debían tener derechos civiles e integrarse en la vida de la comunidad.[13]

En 2001, Stefano Carrara escribió que la Ley 180/78, más conocida como "Ley Basaglia", dio lugar, hace poco más de veinte años, a un modelo vanguardista de atención psiquiátrica que ha sido observado con atención por algunos países del mundo para su exportación, como es el caso de Francia.[14]

En 2009, P. Fusar-Poli afirmó que, gracias a la ley Basaglia, la psiquiatría en Italia ha empezado a integrarse en los servicios de salud general y ha dejado de estar al margen, en la periferia de la medicina.[15]

El psicólogo clínico británico Richard Bentall sostiene que, después de que Franco Basaglia convenciera al gobierno italiano para que aprobara la Ley 180, los resultados han sido controvertidos.[16] En la década siguiente, muchos médicos italianos denunciaron de que las cárceles se habían convertido en depósitos de los enfermos más graves, y que se veían "en una situación de impotencia psiquiátrica y terapéutica cuando se enfrentaban al esquizofrénico paranoide incontrolable, al maníaco agitado o al catatónico".[17] Sin embargo, se ha desarrollado paulatinamente una red de clínicas de salud mental para sustituir el antiguo sistema.[16]

Giovanna Russo y Francesco Carelli sugieren que en 1978 la reforma Basaglia no pudo aplicarse en su totalidad porque la sociedad no estaba preparada para un concepto tan vanguardista de la salud mental.[18] Treinta años después, resulta más evidente que esta reforma responde a un concepto de atención sanitaria y social moderna para los enfermos mentales. El ejemplo italiano ha servido de modelo para servicios de atención innovadores y ha allanado el camino para la desinstitucionalización de los enfermos mentales.[18]

Según Corrado Barbui y Michele Tansella, 30 años después de su aplicación, la Ley 180 sigue siendo única en el mundo en materia de salud mental, ya que Italia es el único país en el que están prohibidos los hospitales psiquiátricos tradicionales.[11]

Referencias

  1. Ramon S. (1983). «Psichiatria democratica: a case study of an Italian community mental health service». International Journal of Health Services 13 (2): 307-324. PMID 6853005. doi:10.2190/76CQ-B5VN-T3FD-CMU7.
  2. De Girolamo G., Barbato A., Bracco R., Gaddini A., Miglio R., Morosini P., Norcio B., Picardi A., Rossi E., Rucci P., Santone G., Dell'Acqua G. (agosto de 2007). «Characteristics and activities of acute psychiatric in-patient facilities: national survey in Italy». British Journal of Psychiatry 191 (2): 170-177. PMID 17666503. doi:10.1192/bjp.bp.105.020636.
  3. Piccione, Renato (2004). Il futuro dei servizi di salute mentale in Italia: significato e prospettive del sistema italiano di promozione e protezione della salute mentale (en inglés). Milán: FrancoAngeli. pp. 64, 95. ISBN 88-464-5358-1.
  4. Benaim S. (enero de 1983). «The Italian Experiment». Psychiatric Bulletin 7 (1): 7-10. doi:10.1192/pb.7.1.7.
  5. Vincenzo Bongiorno (2013). «Proposals for Mental Health in Italy at the End of the Nineteenth Century: between Utopia and Anticipating the "Basaglia Law"». Clinical Practice and Epidemiology in Mental Health 9: 210-213. PMC 3866620. PMID 24358051. doi:10.2174/1745017920131029001.
  6. De Girolamo et al. (agosto de 2008). «Franco Basaglia, 1924–1980». American Journal of Psychiatry 165 (8): 968. PMID 18676602. doi:10.1176/appi.ajp.2008.07111761.
  7. Junaid O. (1994). «Italian mental health law (Correspondence)». Psychiatric Bulletin 18 (2): 112. doi:10.1192/pb.18.2.111-b.
  8. Tansella M. (noviembre de 1986). «Community psychiatry without mental hospitals — the Italian experience: a review». Journal of the Royal Society of Medicine 79 (11): 664-669. PMC 1290535. PMID 3795212.
  9. Sapouna, Lydia; Herrmann, Peter (2006). Knowledge in Mental Health: Reclaiming the Social (en inglés). Hauppauge: Nova Publishers. pp. 69-73. ISBN 1-59454-812-9.
  10. Fornari U., Ferracuti S. (septiembre de 1995). «Special judicial psychiatric hospitals in Italy and the shortcomings of the mental health law». Journal of Forensic Psychiatry & Psychology 6 (2): 381-392. doi:10.1080/09585189508409903.
  11. Barbui C., Tansella M. (diciembre de 2008). «Thirtieth birthday of the Italian psychiatric reform: research for identifying its active ingredients is urgently needed». Journal Epidemiology and Community Health 62 (12): 1021. PMID 19008365. doi:10.1136/jech.2008.077859.
  12. Mosher L.R. (octubre de 1983). «Recent developments in the care, treatment, and rehabilitation of the chronic mentally ill in Italy». Hospital and Community Psychiatry 34 (10): 947-950. PMID 6629349. doi:10.1176/ps.34.10.947.
  13. Norcio B. (12 de junio de 1993). «Care for mentally ill in Italy». BMJ 306 (6892): 1615-1616. doi:10.1136/bmj.306.6892.1615-b.
  14. Carrara, Stefano (2001). «Psiche e psichiatria». La Rivista di Psicologia Analitica 2 (N 12).
  15. Fusar-Poli P., Bruno D., Machado-de-Sousa J.P., Crippa J. (octubre de 2009). «Franco Basaglia (1924—1980): Three decades (1979—2009) as a bridge between the Italian and Brazilian mental health reform». International Journal of Social Psychiatry 57 (1): 100-103. PMID 19833677. doi:10.1177/0020764009344145.
  16. Bentall, Richard (2009). Doctoring the mind : is our current treatment of mental illness really any good? (en inglés). NYU Press. p. 74. ISBN 978-0-8147-9148-6.
  17. Bentall cites Palermo’s article: Palermo G.B. (febrero de 1991). «The 1978 Italian mental health law — a personal evaluation: a review». Journal of the Royal Society of Medicine 84 (2): 99-102. PMC 1293098. PMID 1999825.
  18. Russo G., Carelli F. (mayo de 2009). «Dismantling asylums: The Italian Job». London Journal of Primary Care. Archivado desde el original el 16 de marzo de 2017. Consultado el 11 de enero de 2022.

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