Luis Carlos Ibarra

Debutó en el Club Atlético Tucumán. En la temporada 1993 jugó en Bolivia, en el Club The Strongest, llegando a ser campeón de dicha temporada,[1] y clasificando al Tigre boliviano a Copa Libertadores de América destacándose el "negro Ibarra" por sus notables reflejos, compartiendo plantilla con jugadores de la talla de Milton Melgar, Gustavo Quinteros, Claudio Andrés Mir, Sergio Óscar Luna entre otros.

En la Copa Libertadores de América 1994, con The Strongest llegó hasta Octavos de final, cumpliendo una discreta actuación, retirándose del Club por diferencias económicas, recayendo la siguiente temporada (1995) en el Club San José de Oruro, llegando a ser campeón del torneo Apertura y Clausura boliviano, llegando Ibarra a disputar su segunda Copa Libertadores 1996, llegando nuevamente hasta octavos de final.

Posteriormente, retornó al fútbol argentino, al Tigre, al igual que Osvaldo Rubén Toriani, pero algunas décadas después. Se caracterizaba por sus intensos reflejos con la pelota y su perseverancia futbolística. En noviembre de 1997 se lució en el partido Tigre - Sarmiento, en cuyo partido salieron victoriosos con un 3 a 1, esforzándose con los tiros libres de Acuña y Suárez.[2]

Fue una figura decisiva en el partido nacional del River Plate de la temporada 95, tras ganar una final en Rosario.[3] Participó en la copa confederaciones como arquero titular, llegando a cuarto de finales.

Algunas de las figuras futbolísticas con las que compartió cancha se destacan Diego Maradona, Mauricio Di Benedetto, Ezequiel Carlos Maggiolo, Damián Cirillo y Esteban Baigorria, entre otros.

Se crio en San Miguel de Tucumán, junto con sus hermanos. Se casó con Giovana Rivero (al cumplir esta la mayoría de edad), con la que tuvo a sus dos hijas (Maria Celeste Ibarra y María José Ibarra).

El domingo 20 de septiembre de 1998, el arquero luego de dejar a sus dos hijas en el ascensor de su departamento, asesinó a su esposa Giovana estrangulándola con un cinturón y posteriormente saltó al vacío desde el décimo piso de su edificio en Libertad y Av. Santa Fe en Martínez. Esa madrugada le había llamado a su director técnico, Alberto Pascutti, un permiso para abandonar la concentración por unos problemas familiares. Algunos de los motivos por la que cometió dicha autodeterminación fueron algunos de los hechos que sucedieron en esos últimos años como el suicidio de su padre, la parálisis de su madre, la pérdida del último embarazo de su mujer y sus obstáculos para llegar a ser titular en el equipo después de su lesión de rodilla; otros de las posibles causas fueron el deseo de volver a Chile por parte de ella y su pedido de dejar el fútbol. Murió a los 34 años, y su esposa tan sólo a los 21.[4]