Magdalena de Nagasaki
Magdalena de Nagasaki (長崎のマグダレナ Nagasaki no Magudarena en japonés) (Nagasaki, Japón 1611 - octubre de 1634) fue una santa virgen y mártir venerada por la Iglesia Católica. Monja de la orden terciaria agustina recoleta, con solo 23 años sufrió martirio. Canonizada por el papa Juan Pablo II en 1987.[1][2]
Santa Magdalena de Nagasaki | |||
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Representación de Santa Magdalena de Nagasaki | |||
Información personal | |||
Nacimiento |
1611 Nagasaki, Japón | ||
Fallecimiento |
20 de octubre de 1634 Nagasaki, Japón | ||
Religión | Catolicismo | ||
Información profesional | |||
Ocupación | Intérprete | ||
Información religiosa | |||
Beatificación | 18 de febrero de 1981 por el papa Juan Pablo II | ||
Canonización | 18 de octubre de 1987 por el papa Juan Pablo II | ||
Festividad | 20 de octubre | ||
Atributos | Palma, hábito agustino (sin el velo típico de una monja), una bolsa de cuero, un instrumento musical y libros | ||
Venerada en | Iglesia Católica | ||
Orden religiosa | Agustinos | ||
reconocimientos
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Biografía
Primeros años
Magdalena nació en torno a 1611, según unos autores en Nagasaki o, según otros, en un pueblo próximo a Nagasaki.[3] Fue hija de nobles y fervientes cristianos japoneses. Recibió como las jóvenes de su clase social una buena educación aprendiendo no solo a leer y escribir en japonés, sino también en latín, español y portugués.[3] De acuerdo a varias fuentes que hablan de ella, Magdalena era una mujer de gran belleza.[3]
Sesenta años después del comienzo de las misiones cristianas en Japón, iniciadas por el jesuita San Francisco Javier, el número de católicos en las islas llegaba a casi medio millón de personas (1622), siendo Nagasaki el principal centro cristiano de Japón. La alarma de las autoridades japonesas ante el crecimiento del cristianismo, que veían como una amenaza, determinó que se persiguiera a los practicantes de la nueva religión. Se procedió a realizar ejecuciones masivas, y a torturar con novedosos y crueles métodos para desalentar a los cristianos y que estos renunciaran a su fe.[2]
Durante la persecución los padres y hermanos de Magdalena fueron condenados a muerte por profesar el cristianismo y martirizados. Magdalena era muy joven cuando quedó huérfana, siendo misioneros extranjeros los que se encargaron de su cuidado y educación.[4][3]
Agustina recoleta
En 1624 conoció a dos misioneros recién llegados pertenecientes a la orden de los agustinos recoletos, los sacerdotes Francisco de Jesús y Vicente de San Antonio. Les siguió durante su peregrinar por la región, sirviéndoles de intérprete y catequista. Magdalena incluso bautizó con su propia mano a varios de sus compatriotas. Eran tiempos de odio hacia los cristianos por lo que padeció muchos sufrimientos. En ocasiones hubo de huir a las montañas con sus preceptores para escapar de la persecución.[3] La profunda espiritualidad de los misioneros causó un gran interés en Magdalena quien pidió ingresar en la orden agustina y recibir el hábito agustino terciario —propio de los laicos— que vestía regularmente.[4]
Los padres espirituales de Magdalena, Francisco y Vicente, fueron ejecutados en septiembre de 1632. Magdalena acompañó después a otros misioneros de la misma orden agustina, el padre Melchor de San Agustín y Martín de San Nicolás, quienes también fueron martirizados a los tres meses de llegar a Japón, el 11 de diciembre de 1632. Entonces fue tutelada por el dominico Jordán de San Esteban. Este le ofreció el hábito de terciaria dominica, ya que no veía objeción en pertenecer a las dos órdenes simultáneamente. Magdalena aceptó pero no llegó a profesar los votos porque el padre Jordán fue apresado.[3]
Martirio
Después de perder a todos los misioneros extranjeros, a quienes consideró como padres espirituales, Magdalena tomó la decisión de presentarse ante las autoridades como cristiana y estos la apresaron en octubre de 1634. Camino a prisión manifestó públicamente ser cristiana y pertenecer a la orden terciaria agustina recoleta vistiendo el hábito negro y la correa de la orden. Contaron los testigos que, mientras estuvo en la cárcel, entonaba himnos y cánticos religiosos y era consuelo y alegría de los allí apredos.[3]
Durante el proceso, las autoridades japonesas intentaron convencerla para que renegara de su fe. Por su belleza y juventud le ofrecieron el perdón a cambio de que se casara, a lo cual respondió que ella ya estaba casada con Jesucristo según sus creencias religiosas. Entonces fue sometida a crueles castigos como obligarla a beber grandes cantidades de agua para después hacerla vomitar, poniendo pesos en el vientre y colocándola boca abajo. Otro de los tormentos consistió en introducir cañas de bambú en los dedos. Al no lograr que la doncella renegara de su fe, se tomó la decisión de ejecutarla con un novedoso tormento llamado de las cuevas, o de la fosa o tormento de la hoya.[3]
Mientras era llevada al lugar del martirio iba cantando y manifestando a los que se la acercaban que moría por ser cristiana. Además, les animaba a convertirse a la fe católica ya que solo dentro de la Iglesia podrían salvarse. También les pedía que orasen por ella para que conseguiera la fortaleza necesaria en el momento final. Llegando al lugar indicado, fue colgada boca abajo, de modo que medio cuerpo estaba dentro de la hoya y las piernas afuera, estando además atada a unas tablas para impedir que se moviera. En esta posición, sin poder tomar ningún alimento y con constantes sangrados, la joven duró con vida trece días, cuando normalmente los torturados así duraban entre tres y cuatro días, con la presencia continua de los guardias, que tenían orden de no abandonarla hasta que muriera, para impedir que nadie se acercara. sin embargo, el momento final de su vida no fue por el tormento sino que Magdalena pereció ahogada porque la hoya se llenó de agua tras una fuerte tormenta.[3]
Para evitar que los cristianos veneraran sus restos, se dio la orden de quemar el cadáver y esparcir las cenizas.[2]
Legado
A principios del siglo XVII los cristianos de occidente, esperaban con interés las noticias acerca de las misiones en el Japón donde las distintas órdenes religiosas estaban en constante peligro por las persecuciones. Hubo muchos mártires entre de frailes de las órdenes franciscana, jesuita, dominica y agustina, además de entre los primeros japoneses cristianizados.[5] Magdalena de Nagasaki fue una mártir más tantos habidos en Japón pero su admirable y heroica historia fue pronto conocida dentro y fuera del país del sol naciente.[5] El interés occidental de los hechos concernientes de la vida de Magdalena hizo que unos años después de su muerte los misioneros establecidos en Macao lograran recopilar testimonios de los testigos de la vida de la mártir gracias a los cuales la historia ha llegado a nuestros días.[3]
Santa Cecilia del Japón
Los testigos contaron que, mientras se encontraba en el suplicio, la mártir preguntó a los guardias si querían escucharla cantar, a lo cual respondieron que sí y ella comenzó a entonar himnos y cánticos religiosos por lo que también se la ha llegado a conocer como "La Santa Cecilia del Japón".[3][2]
Causa de canonización
Magdalena fue beatificada junto con un grupo de otros 16 mártires de Japón por el papa Juan Pablo II en Manila, Filipinas en 1981. Fue canonizada por Juan Pablo II en Roma el 18 de octubre de 1987.[3] El larguísimo proceso de canonización, que duró más de tres siglos y medio, comenzó con las declaraciones hacia 1638 de más de cuarenta testigos. El proceso quedó parado por la pérdida de la documentación original. Quedaban sin embargo aún muchas pruebas y documentos que bastaron para que el pontífice polaco aprobara su canonización junto con los otros 16 mártires. A estos se les atribuyó el milagro de una curación inexplicable que fue aceptado para todo el grupo de mártires beatificados en Filipinas.[5]
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Magdalena de Nagasaki.
Referencias
- «Santa Magdalena de Nagasaki, virgen y mártir». www.agustinians.net. Archivado desde el original el 8 de diciembre de 2015. Consultado el 20 de junio de 2017.
- «Santa Magdalena de Nagasaki». www.catequesisenfamilia.org. Archivado desde el original el 26 de julio de 2017. Consultado el 20 de junio de 2017.
- Peña, Ángel. «Santa Magdalena de Nagasaki». www.libroscatolicos.org. Consultado el 5 de diciembre de 2015.
- «Magdalena de Nagasaki, Santa». Catholic.net. Consultado el 5 de diciembre de 2015.
- Panedas, Pablo. «Magdalena de Nagasaki, joven santa de 375 años». Agustino Recoletos. Provincia de San Nicolás de Tolentino. Consultado el 5 de diciembre de 2015.