Herpestidae

Los herpéstidos (Herpestidae) son una familia de mamíferos placentarios pertenecientes al orden Carnivora, que incluye 33 especies que habitan el sur de Eurasia y África continental, la mayoría de ellas llamadas mangostas.[1]

Herpestidae
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Placentalia
Orden: Carnivora
Suborden: Feliformia
Familia: Herpestidae
Bonaparte. 1845.
Géneros
Véase el texto

Son inmunes al veneno de la cobra real, gracias a los múltiples anticuerpos antihemorrágicos y antineurotoxinas presentes en su sangre.

Descripción

Cráneo de Herpestes lemanensis, en el Museo Nacional de Historia Natural de Francia, París.

El tamaño de los integrantes de la familia varía entre 30 y 120 cm. El peso oscila entre 280 g en la mangosta enana (Helogale parvula) a 4 kg en la mangosta de cola blanca (Ichneumia albicauda).[2]

Algunas especies llevan vida solitaria, mientras otras se asocian compartiendo el alimento para todo el grupo.

Tienen rostro y cuerpo alargados, orejas pequeñas y redondeadas, extremidades cortas, y cola larga y cónica. La mayoría tienen aspecto atigrado o son pardas; pocas tienen pelaje abundante. Tienen garras no retráctiles que son usadas principalmente para excavar. Tienen pupilas ovaladas y angostas. La mayoría de especies tienen una gran glándula anal, usada para marcar su territorio y señalar su estado reproductivo. La fórmula dentaria es similar a la de los vivérridos, superior: 3.1.3-4.1-2, inferior:3.1.3-4.1-2. Estos animales poseen receptores para la acetilcolina diseñados para evitar el efecto neurotóxico del veneno de las serpientes. También se ha investigado qué mecanismo los protege de los efectos hemotóxicos de ese mismo veneno.[3]

Las mangostas son uno de los cuatro taxones de mamíferos conocidos con mutaciones en el receptor nicotínico de la acetilcolina que protegen contra el veneno de serpiente.[4] Sus receptores modificados impiden la unión de la α-neurotoxina del veneno de serpiente. Se trata de cuatro mutaciones separadas e independientes. En la mangosta, este cambio se efectúa, únicamente, por glicosilación.[5]

Biología

Suricatas (Suricata suricatta), parque nacional Makgadikgadi Pans, Botsuana.

A diferencia de los vivérridos, los integrantes de esta familia son principalmente terrestres y activos durante el día. El meloncillo (Herpestes ichneumon) es citado algunas veces como ejemplo de animal solitario; sin embargo, ha sido observado trabajando en grupos.[6]

La suricata (Suricata suricatta), una especie pequeña, vive en grupos de 20 a 30 conformado por un macho y hembra alfa, junto a sus hermanos y crías, en zonas semidesérticas de los países del Sur de África. Es un animal diurno que se alimenta de invertebrados. Por su tamaño es vulnerable a la depredación, por ello tiene un sistema de vigilancia basado en centinelas que avisan oportunamente del peligro a los otros miembros del grupo.

Comportamiento y ecología

Las mangostas se alimentan principalmente de insectos, cangrejos, lombrices, lagartos, aves y roedores. Sin embargo, también comen huevos y carroña.[7]

Algunas especies pueden aprender trucos sencillos. Pueden ser semidomesticados y se mantienen como mascotas para controlar las alimañas.[8]

Clasificación

Según Mammal Species of the World la familia está conformada por 14 géneros y 33 especies.[1]

Algunos géneros fósiles han sido incluidos tentativamente en esta familia, como Herpestides y Leptoplesictis.[9]

Importancia cultural

En la antigua Mesopotamia, las mangostas eran sagradas para la deidad Ninkilim, que se confundía con Ningirama, una deidad mágica a la que se invocaba para protegerse de las serpientes. Según un dicho popular babilónico, cuando un ratón huía de una mangosta hacia el agujero de una serpiente, anunciaba: "¡Te traigo saludos del encantador de serpientes!". Una criatura parecida a una mangosta aparece también en el arte glíptico de la antigua Babilonia, pero se desconoce su significado preciso.[10]

En Nueva Zelanda, todas las especies de mangosta, excepto la Suricata suricatta, están clasificadas como "nuevo organismo prohibido" en virtud de la Ley de Sustancias Peligrosas y Nuevos Organismos de Nueva Zelanda de 1996, lo que impide su importación al país.[11] En Estados Unidos está prohibido tener mangostas como animales de compañía.[12]

Una mangosta ficticia muy conocida es Rikki-Tikki-Tavi, que aparece en una historia corta del mismo título en El libro de la selva (1894) de Rudyard Kipling. En este cuento, ambientado en la India, una joven mangosta salva a su familia humana de un krait y de Nag y Nagaina, dos cobras. La historia fue llevada más tarde al cine y a una canción de Donovan, entre otras referencias. También aparece una mangosta en la novela de Bram Stoker La guarida del gusano blanco. El protagonista, Adam Salton, compra una para cazar serpientes de forma independiente. Otra mangosta aparece en el desenlace de la historia de Sherlock Holmes "La aventura del hombre torcido", de Sir Arthur Conan Doyle. La película devocional tamil india Padai Veetu Amman muestra al actor tamil Vinu Chakravarthy transformándose en mangosta con su mantra tántrico maligno para luchar contra la diosa Amman. Sin embargo, la mangosta muere finalmente a manos de la diosa.

Véase también

Referencias

  1. Wilson, Don E.; Reeder, DeeAnn M., eds. (2005). «Family Herpestidae». Mammal Species of the World (en inglés) (3ª edición). Baltimore: Johns Hopkins University Press, 2 vols. (2142 pp.). ISBN 978-0-8018-8221-0.
  2. Macdonald, D., ed. (2009). The Encyclopedia of Mammals. Oxford: Oxford University Press. p. 660. ISBN 978-0-19-956799-7.
  3. Hedges, Stephen. "Science: Mongoose's secret is to copy its prey"; New Scientist; 11 January 1997. Retrieved 16 November 2007.
  4. Barchan, D.; Kachalsky, S., Neumann, D., Vogel, Z., Ovadia, M., Kochva, E. and Fuchs, S. (1992). «How the mongoose can fight the snake: the binding site of the mongoose acetylcholine receptor». Proceedings of the National Academy of Sciences 89 (16): 7717-7721. Bibcode:1992PNAS...89.7717B. PMC 49782. PMID 1380164. doi:10.1073/pnas.89.16.7717. Parámetro desconocido |doi-access= ignorado (ayuda)
  5. Drabeck, D. H.; Dean, A. M.; Jansa, S. A. (2015). «Why the honey badger don't care: Convergent evolution of venom-targeted nicotinic acetylcholine receptors in mammals that survive venomous snake bites». Toxicon 99: 68-72. PMID 25796346. doi:10.1016/j.toxicon.2015.03.007.
  6. «Animal Diversity Web: Herpestes ichneumon». Consultado el 12 de abril de 2006.
  7. Cronk, N. E.; Pillay, N. (2018). «Food choice and feeding on carrion in two African mongoose species in an urban environment». Acta Ethologica 21 (2): 127-136. S2CID 21688548. doi:10.1007/s10211-018-0291-x.
  8. Sherman, D. M. (2007). Tending Animals in the Global Village: A Guide to International Veterinary Medicine. John Wiley & Sons. ISBN 9780470292105.
  9. M. Morlo, E. R. Miller, and A. N. El-Barkooky. 2007. Creodonta and Carnivora from Wadi Moghra, Egypt. Journal of Vertebrate Paleontology 27(1):145-159.
  10. Black, J.; Green, A. (1992). Gods, Demons and Symbols of Ancient Mesopotamia: An Illustrated Dictionary. The British Museum Press. p. 132. ISBN 0-7141-1705-6.
  11. «Hazardous Substances and New Organisms Act 2003 - Schedule 2 Prohibited new organisms». New Zealand Government. Consultado el 26 de enero de 2012.
  12. Krueger, A. (2010). «Remembering Duluth's famous mongoose, Mr. Magoo». Duluth News Tribune. Archivado desde el original el 1 de febrero de 2014.

Enlaces externos

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