Martirio de San Juan Bautista

El martirio de San Juan Bautista es un hecho narrado en los evangelios, que relata la muerte por decapitación de Juan el Bautista, considerado por algunas religiones cristianas como santo y el último de los profetas. En el Santoral Católico se celebra el 29 de agosto. En el arte, este episodio ha sido reproducido en numerosas ocasiones siendo conocido como Salomé con la cabeza del Bautista.

Martirio de San Juan Bautista

Salomé espera la degollación de Juan el Bautista, Juan Martínez Montañés.
Localización
País Bandera de Rusia Rusia, Bandera de Ucrania Ucrania Bandera de Bielorrusia Bielorrusia
Datos generales
Tipo festividad cristiana, día festivo y Slavic folk holiday
Celebrada por Cristianismo
Fecha 29 de agosto (rito romano)
Motivo Recuerdo de la decapitación de Juan el Bautista

En los evangelios

Cabeza de San Juan Bautista, Gaspar Núñez Delgado (Sevilla) 1591

El Evangelio de Marcos presenta a Juan el cumplidor de una profecía de Isaías (que, en realidad, es una compilación de frases del Segundo Isaías, del Libro de Malaquías y del Libro del Éxodo).[1] Tras el pasaje del bautismo de Cristo en el río Jordán, se narra la muerte de Juan cuando el tetrarca Herodes Antipas, al escuchar historias de Jesús, piensa que Juan el Bautista ha resucitado de los muertos.

Según los evangelios sinópticos, Juan el Bautista reprobaba el matrimonio de Herodes Antipas y Herodías por ser ésta una mujer divorciada, lo cual no era lícito para la ley judía. A causa de esto, para contentar a su mujer, Herodes Antipas mandó a encerrar al profeta en un calabozo, pero no le mataba porque se entretenía escuchando sus historias y le temía, ya que era un hombre "recto y sagrado" y por temor a las protestas del pueblo. El día del cumpleaños de Herodes,en medio de una fiesta con los principales de Galilea presentes, Salomé realizó una danza para él, la cual agradó tanto al rey que este le permitió, bajo juramento, que le pidiese como regalo lo que quisiera. Aconsejada por su madre, Salomé pidió la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja de plata. muy disgustado, como había dado su palabra, Herodes Antipas lo mandó decapitar, y un guardia se encargó de entregarle la cabeza a Salomé como la había pedido, que a su vez la entregó a su madre (Mateo 14:1-12, Marcos 6:14-29 y Lucas 9:7-9). Sus discípulos recogieron su cuerpo y lo enterraron.

Salomé con la cabeza de Juan el Bautista, por Tiziano. Hacia 1515. Galleria Doria Pamphili, Roma.

Referencias

  1. Carl R. Kazmierski, John the Baptist: Prophet and Evangelist (Liturgical Press, 1996) página 31
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