Mauricio de Sivatte

Mauricio de Sivatte y de Bobadilla (Arenys de Mar, 1 de agosto de 1901Barcelona, 28 de febrero de 1980) fue un político carlista español, jefe regional de la Comunión Tradicionalista en Cataluña y fundador de la Regencia Nacional y Carlista de Estella (RENACE). Criticó a Franco y su gobierno por considerarlo «izquierdista y masónico».[1]

Mauricio de Sivatte y de Bobadilla
Información personal
Nacimiento 1 de agosto de 1901
Arenys de Mar
Fallecimiento 28 de febrero de 1980
Barcelona, España
Nacionalidad Española
Religión Católico
Información profesional
Ocupación político, abogado
Unidad militar Requeté
Conflictos Guerra civil española
Partido político Comunión Tradicionalista, RENACE, Unión Carlista

Biografía

Familia y juventud

Manuel de Sivatte y otros, 1915

El apellido Sivatte es de origen francés y procede de la ciudad provenzal de La Colle. Hay constancia de los primeros Sivatte desde el siglo XVII.[2] André de Sivatte, el primero en establecerse en España a principios del siglo XIX, fue agente de aduanas francés[3] y oficial del consulado de Francia en Barcelona. André se casó con una española de Calonge,[4] siendo su hijo, Edmundo Félix de Sivatte y Vilar —abuelo paterno de Mauricio—, el primero en nacer en la capital catalana.[5] La esposa de Edmundo, María de las Mercedes de Llopart y Xiqués, participaría activamente en organizaciones católicas de caridad.[6] Edmundo y Mercedes tuvieron por hijo a Manuel María de Sivatte y Llopart (1865-1931) —padre de Mauricio—, abogado instalado en Barcelona[7] que llegaría a ser un destacado dirigente del carlismo catalán: fue presidente del Círculo Tradicionalista de Barcelona, además de miembro de la Junta Provincial de Barcelona y de la Junta Regional de la Comunión Tradicionalista en Cataluña.[8] En reconocimiento a sus servicios, en 1899 el caudillo carlista le otorgaría el título de marqués de Vallbona.[9] Debido a su participación en la Octubrada, una intentona carlista que en octubre de 1900 produjo el levantamiento de algunas partidas en Cataluña, se vio obligado a exiliarse del país. Al regresar a España fue cofundador[10] de Fomento de la Prensa Tradicionalista, la empresa que reeditaría El Correo Catalán. Manuel de Sivatte también fue uno de los mayores propietarios de terrenos en el barrio de Las Roquetas, en el actual distrito de Nou Barris.[11]

Manuel María de Sivatte se casó con Margarita de Bobadilla y Martínez de Arizala (1870-1905), que procedía asimismo de una familia carlista.[12] Su padre, Mauricio de Bobadilla y Escrivá de Romaní —abuelo materno de Mauricio— había sido jefe del carlismo navarro[13] y fue elegido diputado en las Cortes Constituyentes de 1869 por el distrito de Estella;[14] posteriormente participaría en la Asamblea de Vevey y se pondría del lado de Carlos VII en la Tercera Guerra Carlista.[15] Manuel y Margarita tuvieron cinco hijos criados en un ambiente fervientemente católico: Manuel, Merceditas, Carlos Edmundo, Jaime y Mauricio.[16] Tras la temprana muerte de su madre, desempeñaría un papel importante en la crianza de los niños la abuela paterna, Mercedes Llopart.[17] Manuel María contrajo nuevo matrimonio en 1907.[18]

Torre Baró, propiedad de los Sivatte

Mauricio estudió Derecho de la Universidad de Barcelona. Tras licenciarse en 1923[19] ingresó en el Colegio de Abogados.[20] En 1924 se casó con Asunción Algueró de Ugarriza (1901-1970), natural de Tarragona, instalándose con ella en su casa familiar de Torre Baró en Barcelona.[21] El matrimonio tuvo trece hijos, algunos de los cuales fueron monjas y frailes. Entre ellos, Rafael de Sivatte y Algueró fue un notable estudioso de la Biblia.[22] Otros hicieron carrera en el mundo de los negocios, entre los que se destacó Jaime de Sivatte y Algueró, que llegó a presidir la Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado y fue vicepresidente de la Asociación Nacional de Empresarios Fabricantes de Áridos.[23] El nieto de Mauricio Sivatte, Carlos-Javier Ram de Viu y de Sivatte, es procurador en el distrito judicial de Barcelona.[24]

Primera carrera política

Sivatte se inició en la política gracias al prestigioso cargo de su padre, que en la década de 1920 seguía siendo una persona distinguida de la alta sociedad de Barcelona.[25] En aquella época, Manuel de Sivatte empezaba a desvincularse de la corriente principal del carlismo. Ya en 1922 firmó un manifiesto reconociendo a Alfonso XIII como el legítimo sucesor de la dinastía carlista, que parecía encaminada a extinguirse por vía agnada.[26] Al entrar en la Diputación Provincial de Barcelona,[27] lo hizo en representación de la Liga Regionalista de Francisco Cambó. Algunos carlistas lo consideraron un traidor a su causa.[28] Inicialmente sus hijos mayores se involucrarían en varias iniciativas políticas de su padre.[29]

A finales de la década de 1920, Mauricio también participó en actividades de la Lliga, aunque seguía siendo miembro del Círculo Jaimista local.[15] Según algunas fuentes, se unió a los esfuerzos por construir un "partido católico duro" que promovía la jerarquía eclesiástica local como una alianza católica entre tradicionalistas, conservadores y derechistas.[30] En 1927 formaba parte ya de la alta sociedad de Barcelona y participaba en diversas ceremonias locales.[31] En los años finales de la dictadura, Mauricio Sivatte participó en la Organización Corporativa Nacional, una peculiar estructura corporativa primorriverista creada para mediar en los conflictos laborales, formando parte del Comité Paritario del algodón. Continuaría en este cargo durante el período de la dictablanda.[32]

II República

Aunque en la década de 1920 la vinculación de Sivatte con el tradicionalismo era escasa, el advenimiento de la Segunda República Española y su laicismo militante hicieron que retomase una activa militancia carlista. En junio de 1931 fue cofundador de Reacción, un semanario que decía combatir la "acción demagógica, disolvente y corrosiva" del "liberalismo ateo" mediante la recuperación de los valores tradicionales.[33] En abril de 1932 se presentó como candidato por Gerona al recientemente creado Parlamento de Cataluña dentro de la Coalición Católica Gerundense, pero no logró acta de diputado.[34] Al reunificarse las tres ramas del tradicionalismo en la Comunión Tradicionalista, Sivatte se dedicó a labores de propaganda. En mayo de 1932 formó parte de la comisión que proporcionaba apoyo financiero a la Semana Tradicionalista, aunque él mismo no fuese uno de los oradores.[35] En junio contribuyó a la apertura del Círculo Central Tradicionalista en Barcelona, del que sería primero vicepresidente[36] y después presidente.[37] En una ocasión llegó a ser detenido brevemente por las autoridades tras una manifestación carlista.[38]

A pesar de haber participado en la Lliga, Sivatte formaba parte de la facción del carlismo catalán que abogaba por una postura radical de intransigencia doctrinal, frente al grupo de dirigentes de mayor edad acostumbrados a los pactos entre bambalinas.[39] Cuando en mayo de 1933 Miguel Junyent renunció a la jefatura regional de la Comunión Tradicionalista en Cataluña, Sivatte fue nombrado su sucesor.[40] Según una biógrafía hagiográfica, el reclamante al trono, Don Alfonso Carlos, coincidía en que el nuevo formato de militancia requería nuevos dirigentes dinámicos;[41] según un historiador progresista, en cambio, fue el sector de los reaccionarios integristas el que logró que se impusiera la decisión.[42] El cambio provocó una amenaza de fractura en el carlismo catalán que debilitó su cohesión interna.[43] La designación de Sivatte duró menos de un año y estuvo marcada principalmente por sus esfuerzos en construir las estructuras regionales paramilitares del Requeté.[44] A pesar de su condición de jefe regional, Sivatte no presentó candidatura en las elecciones generales de 1933.[45] En marzo de 1934 los políticos más veteranos contraatacaron y lograron una orden del abanderado Alfonso Carlos que puso a Lorenzo María Alier al frente de la Comunión Tradicionalista en Cataluña, quedando Sivatte relegado al puesto de subjefe regional.[46]

Como líder provincial del Tradicionalismo, Sivatte se centró en la formación del Requeté y en actividades de propaganda, actuando en ocasiones como representante de Alier en mítines carlistas.[47] A nivel nacional, se mostró contrario a las alianzas con alfonsinos que defendían otros tradicionalistas como el conde de Rodezno y Víctor Pradera.[48] Tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936,[49] actuó como representante del carlismo catalán en las conversaciones con los dirigentes locales de la UME y trazó los primeros planes de insurrección antirrepublicana.[50] Uno de ellos estuvo cerca de ponerse en marcha en la primavera de 1936. Cuando la operación fue abortada en el último minuto, Sivatte formaba parte del comando catalán del Requeté.[51] De acuerdo con el historiador César Alcalá, fue Sivatte quien propuso a Tomás Caylá como sustituto de Alier, que había presentado su renuncia como jefe regional a principios de ese año.[52] El nuevo dirigente catalán encomendó a Sivatte la tarea de recaudar fondos para la acción militar prevista.[53] Sivatte prosiguió asimismo las negociaciones con la UME, quedando insatisfecho con el planteamiento de los generales: éstos pretendían que el golpe de Estado derrocase al gobierno del Frente Popular, mientras que la intención de Sivatte y los tradicionalistas era derrocar a la República.[54]

Guerra civil

Sivatte se implicó profundamente en la preparación de la rebelión tanto en Barcelona como en el conjunto de Cataluña, procurando una estrecha colaboración entre la UME y los requetés catalanes en cuanto a las disposiciones militares. Tras recibir de Pamplona la noticia del acuerdo final alcanzado con el ejército, el 18 de julio Sivatte y Caylá se reunieron para dar la orden de alzamiento a sus efectivos para el día siguiente.[55] Desde ese momento, unos 3.000 voluntarios de primera línea y 15.000 auxiliares quedaron bajo el mando del jefe catalán del Requeté, José María Cunill Postius.[56] Debido al fracaso de la insurrección en Barcelona, tras dos días de combates los requetés catalanes se dispersaron; algunos murieron, otros fueron capturados y los que pudieron se escondieron o abandonaron la región.[57] No está claro cuál fue el paradero exacto de Sivatte, que se escondió cuando los republicanos recuperaron el control total de Barcelona. A principios de agosto de 1936 logró embarcar hacia Marsella con un pasaporte polaco falso.[58]

Desde Francia pasó a la zona sublevada[59] y tras la toma de Guipúzcoa por los nacionales, se instaló en San Sebastián.[60] En la capital guipuzcoana cofundó la Comisión Carlista para Asuntos de Cataluña,[61] un organismo creado principalmente para ayudar a los exiliados catalanes,[62] aunque también participó en actividades de espionaje.[63] Posteriormente se trasladó a Zaragoza a medida que los refugiados carlistas cruzaban el frente o llegaban a Aragón a través de Francia. Junto con Cunill, que había logrado llegar a la zona rebelde escapando por poco de su ejecución, concibió la idea de organizar un batallón requeté compuesto íntegramente por catalanes,[64] que en diciembre de 1936 nacería con el nombre de Tercio de Requetés Nuestra Señora de Montserrat. Sivatte se encargó de su formación,[65] colaborando también en Frentes y Hospitales, una organización dirigida por tradicionalistas que atendía a los heridos de guerra y a los combatientes del frente, aunque difieren los relatos sobre el papel exacto de Sivatte en la misma.[66]

Franco, 1940

Mauricio de Sivatte no ingresó en la Junta Nacional Carlista de Guerra[67] y no participó en las cruciales reuniones de la Comunión de principios de 1937 que trataron la inminente amenaza de unificación forzosa en un partido oficial del Estado.[68] Sin embargo, se sabe que formó parte de la facción intransigente que se oponía ferozmente a la unidad diseñada por Franco. Cuando fue promulgado el Decreto de Unificación, trató de eludirlo. A lo largo de 1938[69] la Comisión para Asuntos de Cataluña, constantemente atacada por la sección catalana de FET y de las JONS,[70] pasó a denominarse Jefatura Regional de la Comunión.[71] Probablemente fuera en ese momento cuando Sivatte asumió por segunda vez la jefatura del carlismo catalán.[72] A medida que el tradicionalismo iba siendo cada vez más marginado en el nuevo entramado político franquista, Sivatte instó al nuevo regente de la Comunión a adoptar una postura decidida. A su juicio, la fórmula de regencia era desafortunada y contribuía al desarme moral del carlismo; en sus cartas a Don Javier, le recomendaba cortésmente aunque con firmeza que pusiera fin a la regencia y se declarase rey legítimo de España.[73]

Jefe de la Comunión en Cataluña

Franquismo en Cataluña

Tras la conquista de Cataluña por las tropas sublevadas, Sivatte regresó a Barcelona y puso todo su empeño en tratar de reconstruir las estructuras del carlismo en la región.[74] Sus primeros esfuerzos resultaron vanos; la comandancia militar clausuró todos los círculos que acababan de reabrirse y ordenó la expulsión de Sivatte de Cataluña.[75] Su exilio, que duraría unos meses,[76] convenció a Sivatte de que no era posible un modus vivendi en el nuevo sistema imperante. Dentro del carlismo formó parte de la facción intransigente encabezada por Manuel Fal Conde[77] que trataba de preservar la identidad tradicionalista y se negaba a integrarse en las estructuras franquistas.[78] La respuesta de las nuevas autoridades no se haría esperar. En 1940, durante el primer aniversario de la conquista nacional de Barcelona, Sivatte estuvo detenido en la Cárcel Modelo;[79] en 1942, durante la fiesta carlista de los Mártires de la Tradición, fue acompañado por el comandante de la IV Región Militar, el general Alfredo Kindelán.[80] Las relaciones entre carlistas y falangistas catalanes continuaron siendo extremadamente tensas, llegando a producir alborotos en no pocas ocasiones.[81] Finalmente, el régimen reconoció cierto potencial carlista en la región y se permitió a los tradicionalistas una libertad desconocida para otros colectivos. El carlismo catalán emergería como el más dinámico y mejor organizado de todo el país.[82]

En 1943 Sivatte fue uno de los firmantes del documento Reclamación de Poder, que exigía al General Franco el desmantelamiento del régimen nacional-sindicalista y la restauración de la monarquía tradicional.[83] Esta sería su última actuación dentro de la ejecutiva de la Comunión. Como muestra de su desencanto con los crecientes contactos con alfonsinos y temiendo algún tipo de compromiso dinástico, en 1944 Sivatte renunció a su puesto de vocal de la Junta Nacional Carlista, aunque conservó su puesto de jefe regional de Cataluña.[84] También le preocupaba lo que percibía como falta de dirección en la Comunión Tradicionalista, el desconcierto político y especialmente la regencia inactiva de Don Javier.[85] En un documento de finales de 1945[86] negaba rotundamente derechos dinásticos a Don Juan y Don Carlos Pío y recomendaba una postura valiente y decidida por parte del regente;[87] pronto seguirían otros documentos igualmente críticos.[88] Como parte de su estrategia, Sivatte ideó una gran manifestación carlista en Pamplona en diciembre de 1945 que terminó en disturbios y detenciones.[89]

La Cruz de Borgoña, bandera del carlismo desde 1935

Entre 1947 y 1949 las relaciones de Sivatte con Fal Conde y Don Javier se deterioraron.[90] El jefe catalán insistía en que la Junta de Jefes Regionales y Provinciales debía exigir formalmente a Don Javier, mediante una gran asamblea carlista, poner fin a la confusión originada por una regencia que llevaba alargándose once años. Fal Conde frustraría este intento diluyendo el mensaje final.[91] También resistió a la presión preparada por Sivatte durante el Aplec de Montserrat de 1947.[92] La nueva Ley de Sucesión, que contó con el apoyo de Fal en el referéndum,[93] llevó a Sivatte a creer que Franco abría el camino para una futura restauración alfonsina, lo que afianzó su tono perentorio.[94] El Aplec de Montserrat de 1948, que pretendía ser la mayor manifestación de intransigencia carlista hasta la fecha, fue prohibido por las autoridades sin protesta registrada de los dirigentes tradicionalistas nacionales.[95] En un último intento de poner orden tras la publicación de una nueva carta por los carlistas catalanes,[96] en febrero de 1949 Fal Conde viajó a Barcelona, sólo para ser informado de que «por aquel camino el carlismo no podía caminar».[97] En marzo de 1949 Don Javier cesó a Sivatte como jefe regional de la Comunión Tradicionalista en Cataluña.[98]

Escisión

Mausoleo del Tercio de Requetés Nuestra Señora de Montserrat

Aunque algunos autores afirman que en 1949 Sivatte también fue expulsado del carlismo,[99] otros sostienen que se separó voluntariamente de la Comunión.[100] El hecho de que numerosos colaboradores siguieran a Sivatte[101] empujó al carlismo javierista catalán a una situación de minoría.[102] El cisma quedó demostrado en dos aplecs de Montserrat, organizados desde 1949 de manera separada por javieristas y sivattistas.[103] Los últimos no constituyeron en un principio un organismo formal; se organizaron en torno al Centro Familiar Montserrat, que actuaba más como círculo social que como organización política.[104]

Políticamente Sivatte mantuvo su postura anterior: reconocía a Don Javier como legítimo caudillo carlista, oponiéndose a la fórmula de regencia, al compromiso dinástico y al entendimiento con el franquismo.[105] A excepción de Cataluña y parte de Navarra, no logró demasiado apoyo entre las masas carlistas.[106] Esta situación cambió cuando a principios de los 50 se generalizaron las voces a favor del fin de la regencia, con el apoyo del propio Fal Conde.[99] De este modo, la proclamación de Don Javier en 1952 como sucesor legítimo de la Corona de España durante el Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona[107] podría considerarse un triunfo personal de Sivatte.[108] No obstante, la llamada Acta de Barcelona vino inmediatamente acompañada de una serie de declaraciones que parecían restar importancia a la proclamación,[109] vacilación que comenzó a erosionar el reconocimiento de Sivatte a Don Javier.

Don Javier como rey en la portada de una revista carlista, 1959

La postura de Sivatte hacia el franquismo continuó siendo hostil.[110] Cuando en 1952 avanzó el proyecto de construir en Montserrat un mausoleo dedicado a los requetés muertos en campaña, Sivatte se opuso al mismo por formar parte de la propaganda franquista.[111] Por esta razón fue detenido y multado junto con otros de sus partidarios, medidas que evitaron su participación en posteriores aplecs de Montserrat, como el de 1954.[112] Cuando a mediados de los 50 el carlismo aparcó su estrategia de oposición y trató de buscar un acercamiento al franquismo, los sivattistas respondieron con fuertes críticas. En una nota de 1955 preguntaban: ¿Ha resignado Don Javier su Misión en el general Franco?[113] Por otro lado, el cese de Fal Conde parecía facilitar la relación con los javieristas,[114] especialmente cuando en 1956 Don Javier tuvo gestos conciliatorios con Sivatte.[115] Ese año los dos grupos acordarían organizar la concentración de Montserrat de manera conjunta.[116]

En abril de 1956 los sivattistas se reunieron en Perpiñán con Don Javier, que aceptaría firmar un documento rechazando cualquier compromiso dinástico con los alfonsinos y con Franco;[117] aunque no quiso firmarlo como rey legítimo[118] e insistiría después en mantener el documento privado.[119] Sivatte, temiendo un nuevo paso atrás, se negó. Presentó además la declaración a la Junta Suprema de las Regiones, un organismo carlista recién establecido y un tanto rebelde, empeñado en evitar un giro pro-juanista y pro-franquista.[120] La Junta pretendía mantener a Don Javier en una caja de cristal y separarlo de la política diaria.[121] El nuevo jefe delegado tradicionalista, José María Valiente, reaccionó forzando la disolución de la Junta,[122] a lo que Sivatte respondió con la publicación del documento de Perpiñán bajo el título de Manifiesto de los españoles.[123] Para entonces se había convencido ya de que la lealtad a Don Javier era un callejón sin salida y que era precisa una solución alternativa.[124]

RENACE

Tras decidir abandonar a Don Javier, a quien consideraba un príncipe dubitativo y poco fiable, Sivatte empezó a buscar alternativas. En 1957 mantuvo contactos con Don Antonio, representante de otra rama borbónica que según la facción carloctavista ostentaba los derechos a la corona. Sin embargo, las conversaciones no dieron ningún resultado.[125] En mayo de 1957 Don Carlos Hugo, el hijo mayor de Don Javier, hizo una entrada fulminante en el escenario político español y fue recibido con enorme entusiasmo por la multitud congregada en la concentración anual de Montejurra. Muchos sivattistas consideraron entonces que los años de apatía habían terminado y algunos de ellos volvieron a unirse a los javieristas.[126] No está claro hasta qué punto el propio Sivatte llegó a considerar a Don Carlos Hugo como alternativa a Don Javier,[127] si bien recelaba del tono pro-franquista de sus discursos.[128] Cuando a finales de 1957 los tradicionalistas partidarios de la sucesión alfonsina proclamaron a Don Juan rey legítimo, Sivatte sintió la necesidad de dar un nuevo impulso al "carlismo auténtico".

En el aplec de Montserrat del 20 de abril de 1958 Sivatte proclamó la Regencia Nacional y Carlista de Estella (RENACE),[129] un organismo que diría ser depositario de los auténticos principios carlistas[130] y se autoproclamaría la "autoridad suprema de la Comunión Carlista".[131] La regencia no reconoció a ningún pretendiente o dinastía y su manifiesto fundacional afirmaba de manera tajante: «no tenemos Rey legítimo».[132] El mismo manifiesto decía salvaguardar el espíritu carlista contra las crecientes distorsiones, en especial contra las falsificaciones forzadas por el franquismo, un sistema que consideraban que «ha faltado esencialmente» y al que según ellos, Don Javier, en su doble juego, no se oponía sino que de hecho apoyaba.[133] Sivatte no proporcionaría ninguna información sobre los objetivos finales de RENACE ni sobre su composición y modus operandi.[134]

Tráfico urbano, Barcelona a principios de los años 60

RENACE, que no logró reunir un apoyo considerable entre los carlistas,[135] vio su base política reducida principalmente a Cataluña,[136] aunque recibió declaraciones de adhesión de grupos tradicionalistas de otras regiones como Navarra,[137] Vascongadas y Andalucía.[138] Ningún dirigente carlista destacado a nivel nacional se adhirió a Sivatte,[139] aunque algunos como Joaquín Baleztena le manifestaron su apoyo.[140] A principios de la década de 1960 se hizo evidente que RENACE, lejos de ser una fuerza dinámica y renovadora, era otra facción carlista más, aunque su pureza doctrinal y antifranquismo[141] la convirtió en un punto de referencia en el ámbito tradicionalista. Aunque Sivatte pudiera imaginar en un principio que la iniciativa se materializaría en una formación política, su limitado éxito hizo que RENACE acabase siendo más bien un símbolo,[142] un grupo de presión y de teorización doctrinal. Su actividad pública consistió en la publicación de la revista Tiempos Críticos,[143] la divulgación de diversos manifiestos y especialmente la organización de actos públicos, por lo general definidos como fiestas católicas,[144] que contaron con una asistencia cada vez menor.[145] Aparte de la formación de su Junta Suprema,[146] el grupo no adquirió una estructura formal. Los historiadores difieren respecto a la relación entre RENACE y las llamadas Juntas de Defensa del Carlismo, iniciativas locales que surgieron en toda España entre 1962 y 1963.[147]

Últimos años

Franco, finales de los 60

En la década de 1960 Sivatte y RENACE mantuvieron su línea tradicionalista e intransigente.[148] Uno de sus temas recurrentes era la negativa a la restauración alfonsina en general, así como a cualquier acuerdo dinástico carlista con los juanistas en particular.[149] Otro era su oposición a la colaboración con el franquismo, que se expresaba de manera cada vez más contundente y desafiante[150] a medida que el régimen se liberalizaba y se iba relajando la censura en la vida pública.[151] Poco a poco, el grupo comenzó a destacarse por su catolicismo ultraconservador,[152] opuesto al espíritu del Concilio Vaticano II y sus repercusiones en España, como la Ley de Libertad Religiosa.[153] RENACE también seguiría siendo ferozmente hostil a toda manifestación de liberalismo; y mucho más a las ideologías de izquierdas, con frecuentes alusiones a una "revolución mundial".[154]

Aun en 1964 Sivatte trató de mantener relaciones cordiales con Don Carlos Hugo,[155] pero el intento resultó contraproducente para sus intereses cuando un número significativo de sivattistas, incluyendo a Carles Feliu de Travy, abandonaron RENACE y se reintegraron en el javierismo. La conversión supuso un duro golpe para Sivatte,[156] que aseguró que el príncipe era un "traidor" y un "revolucionario izquierdista"[157] y se opuso con vehemencia a su intento de liderar el carlismo, postura que lo acercaría en cierto modo a Fal Conde.[158] Con el tiempo, RENACE fue quedando cada vez más marginada.[159] Por su incapacidad de atraer a jóvenes militantes, se fue convirtiendo en un grupo de opositores de avanzada edad. En 1970 representantes de las Juntas de Defensa y de RENACE se reunieron en Estella para coordinar sus actividades; la reunión solamente produciría algunos documentos,[160] que quedaron eclipsados por la dinámica socialista del nuevo Partido Carlista. En el aplec anual sivattista de Montserrat de 1973 tan sólo se presentaron 150 personas.[161] El año siguiente Sivatte sería detenido y multado en Montserrat,[162] quizá el último signo de reconocimiento político que recibió en su vida.[163]

Elecciones en España, 1977

Tras la muerte de Franco y durante la Transición, RENACE se opuso firmemente al proceso de democratización[164] y siguió defendiendo la idea de un régimen católico, tradicionalista y antidemocrático.[165] Algunos autores señalan que los sivattistas, siempre hostiles al franquismo, se acercaron paradójicamente durante su desmantelamiento al llamado búnker post-franquista.[166] En 1978 RENACE daría vida a un partido político llamado Unión Carlista,[167] que tendría escasa relevancia. A pesar de la diabetes e inmovilidad que padecía, hasta su muerte Sivatte no dejó de acudir a ningún aplec de Montserrat.[168]

Véase también

Notas

  1. «Sabía usted que...». Destino: 5. 13 de marzo de 1980.
  2. César Alcalá, D. Mauricio de Sivatte. Una biografía política (1901-1980), Barcelona 2001, ISBN 8493109797, p. 9
  3. Jaume Aymar i Ragolta, Francesos, afrancesats, carlins i comerciants: els Sivatte-Vilar de Calonge, [en:] Estudis de Baix Empordá 18 (1999), p. 140
  4. Alcalá 2001, p. 9. Su padre se opuso al matrimonio, que no obstante se celebró en 1811, Aymar i Ragolta 1999, pp. 140-141
  5. poco se sabe de él; se dice que fue miembro de la llamada Liga antiabolicionista que se oponía a la abolición de la esclavitud en los territorios españoles de ultramar, cfr. Participación de Catalanes en la trata de negros y su posterior esclavización en la isla de Cuba, [en:] elpregonero, disponible aquí
  6. fue cofundadora del Obrador de de la Sagrada Familia y de la Fundación Reverendo José Morgaded y Gili; también encargó el retablo de la capilla de San Benito en la abadía de Montserrat, Alcalá 2001, p. 9
  7. para completar su formación estudió lenguas extranjeras en el Feldkirch, Austria, licenciándose en Derecho en Madrid, Aymar i Ragolta 1999, pp. 145-149
  8. Alcalá 2001, p. 10
  9. Alcalá 2001, pp 10-11; ninguna de las fuentes consultadas indican que Mauricio reclamase el título
  10. junto con Manuel de Llanza y Pignatelli, Tomás Boada y Borrell, Ramón Enrich y Albareda, Joaquín Gelabert Cuyás y Jaime Arbós Bigorra, Alcalá 2001, p. 10. También fue accionista y miembro del consejo de administración, del que Manuel de Llanza sería presidente, Tomás Boada vicepresidente y Jaime Arbós secretario, César Alcalá, Fotografía familiar [en:] Tradición Viva, disponible aquí
  11. en 1873 compró Torre Baró, el emblemático castillo situado en la parte norte de Barcelona, véase El castell de Torre Baró. Història i recuperació (I). Precedents i origens, [en:] L'arxiu historic de Roquetes Nou Barris blog (2014), disponible aquí; véase también Mon Barcino, El Castillo de Torre Baró [en:] Món Barcino (2015), disponible aquí
  12. Alcalá 2001, pp. 10-11
  13. César Alcalá, Fotografía familiar
  14. véase su registro de diputado en Cortes aquí
  15. Alcalá 2001, p. 11
  16. Alcalá 2001, pp. 11-12
  17. hasta su propia muerte en 1914, Alcalá 2001, p. 11
  18. se casó con María Isabel del Valle y Lersundi, condesa de Lersundi, véase La Correspondencia de España 20/11/1907, disponible aquí; diferentes fuentes de Internet ofrecen información incompleta, contradictoria y parcialmente incorrecta sobre ambos, cfr. Rootsweb, disponible aquí y Euskalnet, disponible aquí
  19. Alcalá 2001, p. 11. Algunas fuentes afirman que se licenció en 1925, véase La Vanguardia 09/12/25, disponible aquí
  20. La Vanguardia 06/07/24, disponible aquí
  21. la casa familiar fue demolida posteriormente durante la construcción de la autopista y la vía del ferrocarril. Se hallaba en el lugar que ocupa actualmente la estación de tren de Barcelona Torre del Baró, Alcalá 2001, p. 41
  22. véase sus libros en tododtuslibros, disponible aquí
  23. Jaime de Sivatte i Algueró, nuevo presidente de ANEFHOP, disponible aquí Archivado el 4 de marzo de 2016 en Wayback Machine.
  24. hijo de Conchita Sivatte i Algueró, véase en procuranet, disponible aquí Archivado el 5 de marzo de 2016 en Wayback Machine.
  25. El Sol 04/04/29, disponible aquí o La Epoca 05/04/29, disponible aquí
  26. José Luis Orella Martínez, El origen del primer catolicismo social español [PhD thesis at Universidad Nacional de Educación a Distancia], Madrid 2012, p 256
  27. La Vanguardia 11/07/27, disponible aquí
  28. véase la opinión del conde de Valdellano citada en Robert Vallverdú i Martí, El Carlisme Català Durant La Segona República Espanyola 1931-1936, Barcelona 2008, ISBN 8478260803, 9788478260805, p. 189
  29. el documento de reconocimiento de Alfonso XIII fue firmado también por Jaime de Sivatte y Bobadilla, el hermano mayor de Mauricio, Orella Martínez 2012, p. 256
  30. opinión de Alberto Ruiz de Galarreta citada en Alcalá 2001, p. 23
  31. véase, por ejemplo, su presencia en el funeral del duque de Solferino, La Vanguardia 07/21/27, disponible aquí
  32. para 1928 véase La Vanguardia 01/11/28, disponible aquí, para 1930 véase La Libertad 02/23/30, disponible aquí
  33. «a la acción pertinaz y agotadora que conduce a borrar de nuestros hijos todo sano concepto de Patria y Familia, enfrentaremos nuestra reacción», Alcalá 2001, pp. 21-22. Véase también César Alcalá, El Semanario Reacción (1931-19xx), [en:] Arbil 81, disponible aquí
  34. dominada principalmente por La Lliga, Vallverdú 2008, p. 117
  35. Alcalá 2001, p. 20, Vallverdu 2008, p. 101
  36. Vallverdú 2008, p. 136
  37. Vallverdú 2008, p. 262
  38. Alcalá 2001, p. 21
  39. «aqui reina el más espantoso contrasentido, los carlistas de toda la vida tachados de seudo alfonsinos y en cambio Sivatte, exliguero e hijo de un traidor a la Causa, convertido en Apóstol de un puritanismo carlista y valiéndose del Rey como de peón de brega», opinión del conde de Valdellano citada por Vallverdú 2008, p. 189
  40. algunos autores afirman que el nombramiento de Sivatte se pensó en un principio como medida provisional, véase la opinión de Carles Feliu de Travy citada por Vallverdú 2008, p. 138
  41. de acuerdo con esta versión, los antiguos dirigentes estaban comprometidos por haber colaborado en las estructuras de la monarquía alfonsina, Alcalá 2001, p. 24
  42. Vallverdú 2008, pp 135-6; según el autor, Sivatte era «representant del sector més conservador»
  43. Vallverdú 2008, p.137
  44. Sivatte elevó al militante del Requeté local de Tarrasa, José María Cunill Postius, al puesto de jefe regional de Requetés de Cataluña, Alcalá 2001; p. 24, Vallverdú 2008, pp. 138-140, 195
  45. para la lista de candidatos véase Vallverdú 2008, pp. 146-7
  46. Alcalá 2001, pp. 24-25, Alier «semblava el contrapés ideal de la força, la serenitat i l’apassionament de Sivatte», Vallverdú 2008, p. 166-167
  47. como el mitin del Teatro Price en Barcelona en febrero de 1936, Alcalá 2001, p. 27
  48. por ejemplo, durante la Junta General en Madrid en noviembre de 1934, Vallverdú 2008, pp. 185, 187-190
  49. Sivatte no presentó candidatura, Vallverdú 2008, p. 288-9
  50. Alcalá 2001, p. 27
  51. Vallverdú 2008, p. 298
  52. Alcalá 2001, p. 28. Esta versión parece cuestionable, puesto que Caylá destacaba por su postura conciliadora y habría sido una sugerencia extraña por parte de Sivatte, de posicionamiento más radical. Según otro autor, Fal Conde pidió a la organización de Cataluña sugerencias personales; la junta de Barcelona propuso a Caylá y la de Gerona un triunvirato compuesto por Juan Roma, Joaquín Gomis y Joaquín Bau, Vallverdú 2008, pp. 300-301
  53. Alcalá 2001, p. 28
  54. Alcalá 2001, p. 29
  55. Vallverdú 2008, p. 313
  56. Vallverdú 2008, p. 320
  57. como pedía la llamada del general Mola «todos hacia Navarra», Pablo Larraz Andía, Víctor Sierra-Sesúmaga Ariznabarreta, Requetés: de las trincheras al olvido, Madrid 2011, ISBN 8499700462, 9788499700465, p. 131
  58. Alcalá 2001, p. 42. El diplomático polaco en España Marian Szumlakowski es conocido por la ayuda que prestó a numerosos españoles derechistas, Marcin Mleczak, Stosunki polsko-hiszpańskie 1939 – 1975, [en:] Studenckie Zeszyty Naukowe Uniwersytetu Jagiellońskiego 10 (2013), p. 81. Szumlakowski los alojaba en las instalaciones de la delegación o les proporcionaba pasaportes falsos. Según otro historiador, Sivatte escapó de Cataluña y se fue a Italia con el pasaporte de su vecino, "un ruso" (no se indica qué país expidió el pasaporte), Albert Manent, De 1936 a 1975: estudis Sobre la Guerra Civil i el franquisme, Barcelona, 1999 ISBN 9788484150688, p. 83. El mismo autor, pero en otra obra, sugiere que fueron las autoridades regionales catalanas las que proporcionaron el pasaporte a Sivatte, Albert Manent, Els exilis durant la guerra (1936 hasta 1938), [en:] Miscellania d'Homenatge a Josep Benet, Barcelona 1991, ISBN 8478262687, p. 495
  59. Joan Maria Thomàs, Falangistes i carlins catalans a la «zona nacional» durant la Guerra civil (1936-1939), [en:] Recerques: Història, economia i cultura 31 (1995), p. 9
  60. Alcalá 2001, p. 42
  61. Manuel Martorell Pérez, La continuidad ideológica del carlismo tras la Guerra Civil [tesis doctoral en Historia Contempáranea, UNED], Valencia 2009, p. 134
  62. Alcalá 2001, p. 42. La comisión estaba encabezada por José María Anglés Civit y Sivatte era uno de sus seis integrantes, Robert Vallverdú i Martí, La metamorfosi del carlisme català: del "Déu, Pàtria i Rei" a l'Assamblea de Catalunya (1936-1975), Montserrat 2014, ISBN 9788498837261, p. 21, Joaquín Monserrat Cavaller, Joaquín Bau Nolla y la restauración de la Monarquía, Madrid 2001, ISBN 8487863949, p. 206
  63. Vallverdú 2014, p. 24
  64. Julio Aróstegui, Combatientes Requetés en la Guerra Civil española, 1936-1939, Madrid 2013, ISBN 9788499709758, p. 686
  65. Alcalá 2001, p. 42, Aróstegui 2013, p. 689
  66. según un autor, cuando Sivatte trabajaba en Frentes y Hospitales, viajó por toda la zona sublevada, lo que indica labores en todo el país, Alcalá 2001, p. 42. Otro autor (no familiarizado quizá con el tema, ya que se refiere a "Fuentes de Hospitales") afirma que no fue hasta febrero de 1938 cuando Sivatte fue nombrado jefe de la sección catalana de la organización; para evitar la infiltración de los falangistas, se reconstituyó como secretaría bajo el control total de la dirigente carlista de la Delegación de Frentes y Hospitales de la FET, María Rosa Urraca Pastor, Vallverdú 2014, p. 71
  67. sobre su composición, véase Ricardo Ollaquindia Aguirre, La Oficina de Prensa y Propaganda Carlista de Pamplona al comienzo de la guerra de 1936, [en:] Príncipe de Viana 56 (1995), pp. 501-502
  68. el único catalán que figura como participante fue Jaime Suriá, Vallverdú 2014, p. 46
  69. en febrero de 1938 José María Anglés todavía presidía la Comisión para Asuntos, Vallverdú 2014, p. 69
  70. Vallverdú 2014, pp. 54-5. Otro autor afirma que tras la unificación la organización fue disuelta oficialmente, Alcalá 2001, p. 43
  71. Alcalá 2001, p. 43
  72. a principios de 1939 ya se hace referencia a Sivatte como "jefe regional", Vallverdú 2014, p. 77
  73. las primeras cartas con ese fin fueron enviadas por Sivatte a Don Javier ya en 1937, a menos de un año del inicio de la regencia, Alcalá 2001, p. 43
  74. Vallverdú 2014, p. 79, Alcalá 2001, p. 45
  75. Sivatte se trasladó a la vivienda de unos parientes suyos en Navarra, Alcalá 2001, p. 46; también Vallverdú 2014, p. 79, Martorell Pérez 2009, p. 134. El primer aplec de Montserrat de la postguerra en 1939 se celebró con la ausencia de Sivatte, Javier Barracoya, El carlismo catalán, [en:] Miguel Ayuso (ed.), Alos 175 años del Carlismo.Una revisión de la tradición política hispánica, Madrid 2011, ISBN 9788493678777, pp. 114-5
  76. en enero de 1940 ya había regresado a Barcelona, Vallverdú 2014, p. 87
  77. un autor lo ha llegado a llamar "líder de la facció «falcondista» del tradicionalisme català", véase Martí Marín i Corbera, Els ajuntaments franquistes a Catalunya: política i administració municipal, 1938-1979, Leida 2000, ISBN 9788479356934, p. 84; en pocos años se acabarían haciendo enemigos acérrimos
  78. Vallverdú 2014, p. 83
  79. Alcalá 2001, p. 47, Jordi Canal, El carlismo, Madrid 2000, ISBN 8420639478, p. 344. Estando recluso en la Modelo, los presos comunistas trataban a Sivatte como aliado. En las asambleas obligatorias después de las comidas se limitaban a murmurar el Cara al Sol y cantaban el Oriamendi con especial énfasis, Martorell Pérez 2009, p. 287. A pesar de sus ideas reaccionarias, en ocasiones Sivatte hizo uso de su influencia para liberar a personas acusadas de izquierdistas, Martorell Pérez 2009, p. 290
  80. Posteriormente Kindelán fue cesado de su puesto, posiblemente como medida sancionadora, Alcalá 2001, p. 51, Martorell Pérez 2009, p. 238
  81. Alcalá 2001, p. 52. Según un informe de la policía, algunas librerías de Barcelona recibieron la visita de personas que exigían a los dueños retirar las obras de José Antonio y Franco, amenazando con que la Policía del Requeté las recogería o las quemaría. Los falangistas hicieron responsables de los hechos a Sivatte y a Cunill, Martorell Pérez 2009, p. 234
  82. Jeremy MacClancy, The Decline of Carlism, Reno 2000, ISBN 0874173442, p. 81. Según el autor, el aplec de Montserrat se convertiría en el acontecimiento más importante en el calendario carlista nacional. Otros historiadores no comparten su opinión sobre la situación del carlismo catalán y afirman que la influencia del carlismo en Cataluña era "mucho menor" que en Navarra o las Provincias Vascongadas, véase Canal 2000, p. 345. En Navarra los carlistas se esforzaron por controlar importantes cargos administrativos, véase María del Mar Larazza Micheltorena, Álvaro Baraibar Etxeberria, La Navarra sotto il Franchismo: la lotta per il controllo provinciale tra i governatori civili e la Diputación Foral (1945-1955), [en:] Nazioni e Regioni, Bari 2013, pp 101-120, Manuel Martorell Pérez, Navarra 1937-1939: el fiasco de la Unificación, [en:.] Príncipe de Viana 69 (2008), pp 429 a 458. En Cataluña los carlistas tan sólo habrían ocupado puestos de menor importancia, como la alcaldía de Badalona, Martorell Pérez 2009, p. 226
  83. Alcalá 2001, pp. 52-6, Vallverdú 2014, pp. 96-7
  84. Alcalá 2001, p. 57, Vallverdú 2014, p. 99. Al verse entre la espada y la pared, Sivatte prefirió ponerse del lado de Franco en lugar que de los alfonsinos; según una versión incierta, se habría negado a participar en un golpe de estado monárquico contra el dictador en abril de 1944, Martorell Pérez 2009, p. 299
  85. las acusaciones naturalmente no se refirieren al período en que Don Javier se hallaba preso en un campo de concentración nazi entre julio de 1944 y mayo de 1945
  86. memorando de 59 páginas publicado por la Comunión Tradicionalista de Barcelona y titulado La Regencia Nacional de D. Francisco Javier
  87. Alcalá 2001, pp. 59-62, Sivatte se reunió personalmente con Don Javier en San Juan de Luz (Francia) para explicar su punto de vista, Vallverdú 2014, p. 101
  88. en 1946 Sivatte dirigió a Fal una carta excepcionalmente contundente en la que acusaba al jefe delegado de ser poco práctico, no realista y demasiado teórico, MacClancy 2000, p. 82
  89. Aurora Villanueva Martínez, Organización, actividad y bases del carlismo navarro durante el primer franquismo [en:] Gerónimo de Uztariz 19 (2003), p. 108, Aurora Villanueva Martínez, Los incidentes del 3 de diciembre de 1945 en la Plaza del Castillo, [en:] Principe de Viana 58 (1997), pp. 628, 632, 636-7 y especialmente 649
  90. Ramón María Rodon Guinjoan, Invierno, primavera y otoño del carlismo (1939-1976) [tesis doctoral, Universitat Abat Oliba CEU], Barcelona, 2015, pp 106-110; para una visión general de la fragmentación del carlismo catalán en la década de 1940 véase Joan Maria Thomàs i Andreu, Carlisme Barceloní als anys quaranta: "Sivattistes", "unificats", "octavistes", [en:] L 'Avenç: Revista d'Historia i cultura 212 (1997), pp. 12-17
  91. Alcalá 2001, p. 71, Vallverdú 2014, p. 106, MacClancy 2000, p. 82
  92. Alcalá 2001, pp. 72-3; la concentración acabó adquiriendo un tono antifranquista, con gritos de "¡Abajo la Falange!"y Sivatte afirmando que aunque el carlismo se identifica «totalmente con el 18 de julio de 1936», «repudia y condena el 19 de abril de 1937», Martorell Pérez 2009, p. 323
  93. Sivatte llegó a afirmar que incluso votar "no" era demoledor para el carlismo; no debía aceptarse la discusión del orden sucesorio legítimo de España, Francisco Javier Caspistegui Gorasurreta, El naufragio de las ortodoxias.El carlismo, 1962-1977, Pamplona 1997; ISBN 9788431315641, 9788431315641, p. 27
  94. Alcalá 2001, pp 76-9; otro autor considera la Ley de Sucesión uno de los factores clave en la discordia que desencadenó la escisión sivattista, Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 27
  95. Alcalá 2001, p. 82, Vallverdú 2014, p. 108-9, Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 28. Otro historiador afirma que Fal Conde ordenó explícitamente a Sivatte cumplir con la prohibición, Josep Carles Clemente, Historia del carlismo contemporáneo 1935-1972, Barcelona 1977, ISBN 8425307597, 8425307600, p. 227
  96. Alcalá 2001, p. 82; la demanda por acabar con lo que se percibía como una regencia ineficaz, vacilante, desorganizada y sin rumbo empezaba ya a generalizarse, como demuestra la carta firmada por 280 sacerdotes y religiosos navarros, Vallverdú 2014, p. 111, Alcalá 2001, p. 93, MacClancy 2000, p. 82
  97. Alcalá 2001, p. 93, Vallverdú 2014, p. 112; otra versión es que los catalanes dijeron a Fal Conde que «se obedecía pero no se cumplía» Clemente 1977, p. 227
  98. «Excmo. Sr. D. Mauricio de Sivatte, Barcelona. Por tu actitud indisciplinada me veo en la necesidad de dimitirte y te ordeno hagas entrega del cargo, ficheros, documentación y medios económicos a la persona o Junta que yo lo comunique. Francisco Javier de Borbón», citado por Alcalá 2001, p. 94, el mismo texto en Vallverdú 2014, p. 112. El sucesor de Sivatte fue José Puig Pellicer, Clemente 1977, p. 227
  99. Canal 2000, p. 354
  100. Alcalá 2001, p. 94. Otro autor afirma que Sivatte fue expulsado tan tarde como 1956, Mercedes Vázquez de Prada Tiffe, El nuevo rumbo político del carlismo hacia la colaboración con el régimen (1955-56), [en:] Hispania 69 (2009), p. 195
  101. como Basilia Inchausti, María Teresa Trabal Canals, los hermanos Vives Suria, Antonio Oliveras, José María Rosell Calvó, José María Cunill Postius, Rafael Barba Pujol, Eduardo Amatriain Rosano y Juan Guinovart, Vallverdú 2014, p. 113
  102. Vallverdú 2014, p. 155. Cabe señalar que el pretendiente carloctavista, Don Carlos Pío, residía en Barcelona, encontrándose el carlismo provincial de la década de 1950 dividido entre carloctavistas, javieristas y sivattistas. Tratando de finales de los 50, un autor afirma: «El carlismo catalán estaba abandonado. Cataluña habia sido teatro de todas las escisiones – Carlos VIII, Sivatte y la Regencia de Estella – y, paulatinamente, los hombres con influencia se habían ido alejando del partido», Javier Lavardín [José Antonio Parilla], Historia del último pretendiente a la corona de España, París 1976, p. 112
  103. Alcalá 2001, p. 110; otro historiador afirma que se organizaron dos aplecs a partir de 1955, Vallverdú 2014, p. 147
  104. estaba situado en la calle Baños Nuevos de Barcelona, Alcalá 2001, p. 128
  105. Alcalá 2001, pp. 93-5. No obstante, el antifranquismo de Sivatte no le llevó a rechazar todo contacto con el régimen; prefería hablar con los militares, véase La Vanguardia 04/27/47, disponible aquí, aunque en ocasiones se reunió también con funcionarios de la administración, como el Gobernador Civil de Cataluña, véase La Vanguardia 04/16/47, disponible aquí
  106. Alcalá 2001, p. 98
  107. Don Javier evitaba el lenguaje directo y afirmaba literalmente: «he resuelto asumir la realeza de las Coronas de España en sucesión del último Rey», citado por Canal 2000, p. 354
  108. Alcalá 2001, p. 98; «la declaració reial va frenar el cisma dels carlins catalans seguidors de Sivatte», Vallverdú 2014, p. 133; Clemente 1977, p. 228 afirma que Sivatte y Don Javier tuvieron una reunión cordial en Barcelona, pero Fal Conde evitó lo que parecía una posible reintegración de los sivattistas
  109. Alcalá 2001, pp. 101-102
  110. otro de los enemigos de Sivatte eran la masonería y el protestantismo; fue el primero en reconocer y denunciar cualquier signo de libertad religiosa, atacando a masones y protestantes como archi-enemigos del catolicismo en sus escritos privados y públicos, Alcalá 2001, pp. 106-8
  111. Alcalá 2001, p. 104
  112. como Carlos Feliu de Travy, José Vives Suria, Francisco Vives Suria, Jaime Vives Suria, Antonio Oliveres Nou, Antonio Pi Petchamé, Fernando Toda García y otros, Alcalá 2001, p. 104. Los falangistas preferían sabotear los aplecs sivattistas antes que los javieristas; tras los violentos enfrentamientos de 1954, Sivatte se vio obligado incluso a cerrar temporalmente su oficina de abogado, Vallverdú 2014, p. 139
  113. Alcalá 2001, p. 108
  114. Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 28. Según algunos autores, Sivatte se encontraba entre quienes urdían el cese de Fal Conde, Martorell Pérez 2009, p. 392
  115. en una carta fechada en enero de 1956, manifestó «la necesidad y urgencia de rehacer la unidad del verdadero Carlismo», Alcalá 2001, p. 112
  116. los carloctavistas no se unieron, Alcalá 2001, p. 112, Vallverdú 2014, p. 152; según la prensa, la asistencia fue de 5000 personas, La Vanguardia 04/24/56, disponible aquí
  117. «La constitución del Régimen politico imperante desde hace veinte años, sobre la base antinatural e injusta del Estatismo, en nuestro caso, según ha parecido aconsejar en cada momento el dios del oportunismo, en sus varias apariencias, astutamente mezcladas y dosificadas: Dictatorial – Totalitarismo – Capitalista – Socializante», citado por Alcalá 2001, pp. 118-119
  118. y prefería el título impreciso de "abanderado"
  119. Alcalá 2001, p. 115
  120. Vázquez de Prada 2009, pp. 193-196, Vallverdú 2014, p. 151. En su otra obra, Vázquez de Prada afirma que en 1957 los sivattistas trataron de hacerse con el control del carlismo navarro y sugiere de manera imprecisa que sus jóvenes partidarios disponían de «abundantes medios económicos que no se sabía de dónde procedían», Mercedes Vázquez de Prada Tiffe, El papel del carlismo navarro en el inicio de la fragmentación definitiva de la Comunión Tradicionalista (1957-1960), [en:] Príncipe de Viana 72 (2011), p. 401
  121. Alcalá 2001, p. 118
  122. Alcalá 2001, p. 118. Una autora afirma que los sivattistas atacaron a Valiente en la calle Madrid, Vázquez de Prada 2011, p. 401
  123. el 12 de octubre de 1956, Alcalá 2001, p. 118
  124. Rodón Guinjoán 2015, pp. 205-206, ofrece una perspectiva algo diferente. El autor sostiene que siempre que el carlismo no fuese colaboracionista, Sivatte prefería aparcar sus dudas sobre Don Javier, pero una vez emprendido el nuevo curso bajo el liderazgo de Valiente, decidió que había llegado el momento de salirse.
  125. Alcalá 2001, p. 132
  126. el grupo incluía a los colaboradores más cercanos de Sivatte, los hermanos Vives Suria, Alcalá 2001, pp. 128-9, cfr. Martorell Pérez 2009, p. 433
  127. durante la reunión sivattista en el Centro Familiar Montserrat, plantearon su posición respecto a Carlos Hugo; los sentimientos pro-javieristas eran ya elevados. El propio Sivatte estaba presente, pero no intervino; se marchó antes de cerrarse la sesión. La mayoría votó por reintegrarse en la Comunión Tradicionalista e informaron posteriormente a Sivatte de la decisión tomada, Alcalá 2001, pp. 128-9
  128. Sivatte tendía a considerar francés a Carlos Hugo y sospechaba que no estaba familiarizado con la política español y que haría todo lo que le dijese su entorno pro-colaboracionista, Alcalá 2001, pp. 126-128
  129. la organización se ubicaba en Barcelona; la referencia a Estella, una especie de capital del carlismo durante la Tercera Guerra Carlista, pretendía subrayar el carácter tradicional y ortodoxo de la iniciativa. El acrónimo adquiría también el sentido de "renacer". Algunas obras emplean las siglas RNCE, véase Vallverdú 2014, p. 158. El acto fue totalmente ignorado por la prensa, sometida a una estricta censura, véase La Vanguardia 04/23/58, disponible aquí
  130. Vallverdú 2014, p. 158. Un historiador sin ninguna simpatía por Sivatte afirma que su agrupación «llevaba los principios doctrinales hasta sus últimas consecuencias, sobre la base de una interpretación ortodoxa de la doctrina tradicionalista clásica», Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 28. Un historiador con motivaciones políticas carlohuguistas ofrece una visión diferente al escribir que «su ideología se inscribe plenamente en el más radical programa integrista», Clemente 1977, p. 229; también afirma que los sivattistas eran un grupo «escindido del carlismo ortodoxo», (p. 234). Sivatte es definido como "integrista" o "carlo-integrista" también en Cristian Ferrer González, Los Carlismos de la Transición: las idiosincrasias carlistas frente al cambio político (1973-1979), [en:] Juan Carlos Colomes Rubio, Javier Esteve Martí, Melanie Ibáñez Domingo (eds.), Ayer y hoy.Debates, historiografia y didactica de la historia, Valencia 2015, ISBN 9788460658740, p. 151. También comparte la opinión sobre la inclinación pro-integrista de RENACE Rodón Guinjoán 2015, p. 219
  131. Alcalá 2001, p. 159
  132. Alcalá 2001, p. 150
  133. el biógrafo hagiográfico de Sivatte expone la teoría de que Don Javier habría apoyado desde el principio la construcción legal franquista, incluyendo la Ley de Sucesión; según esta teoría, trataba de no enemistarse con Franco mediante una reclamación de la corona para que su hijo llegase un día a ser coronado como rey franquista, véase Alcalá 2001
  134. Alcalá 2001, pp. 147-150
  135. Un historiador contemporáneo estima que a finales de la década de 1950 los carlistas estaban divididos de la siguiente manera: un 75% de javierstas, un 20% de sivattistas y un 5% de carloctavistas, Rodon Guinjoan 2015, p. 207
  136. aunque incluso en Cataluña los seguidores de RENACE eran menos numerosos que los sivattistas de 1949-1958, muchos de los cuales regresaron al javierismo en 1957
  137. una historiadora contemporánea afirma que aunque los juanistas y los carloctavistas eran una fuerza marginal en Navarra, los sivattistas planteaban una grave amenaza para los javieristas, sobre todo debido a su tendencia a la violencia, Vázquez de Prada 2011, p. 406. Por otra parte, afirma que el propio Sivatte fue atacado por javieristas cuando trataba de asistir a Montejurra en 1959 (p. 405)
  138. incluyendo algunos antiguos carloctavistas, Alcalá 2001, pp. 152-153
  139. los que gozaban de un mayor prestigio eran los generales Alejandro Utrilla Belbel, Bruno Lezáun (un sacerdote navarro muy activo) y dos jefes carlistas regionales: el de Vizcaya, Pedro Gaviria, y el de Canarias, Luis Doreste Morales. Puede destacarse también al poeta Martín Garrido Hernando; a Jaime Suriá, sacerdote catalán y excapellán de Don Javier; a las hermanas Díez-Conde, colaboradoras de Sivatte desde los años de Frentes y Hospitales; al exdirigente carlista de Aragón Carlos José Ram de Viu, conde de Samitier; a Ginés Martínez Rubio, un carloctavista andaluz, caso ejemplar de obrero carlista y diputado durante la República; al teórico y profesor de economía Carles Feliu de Travy y al yerno de Sivatte Ignacio de Orbe Tuero, barón de Montevilla, Alcalá 2001, pp . 118, 152-5. Desde finales de la década de 1960 los principales colaboradores de Sivatte fueron Juan Casañas Balsells y José María Cusell, véase César Alcalá, Juan Casañas Balsells, [en:] Tradición Viva, disponible aquí
  140. Alcalá 2001, p. 155
  141. el régimen siguió vigilando a Sivatte y a sus colaboradores, de cuyas actividades se informaba en el Informe Confidencial de la Guardia Civil, Vallverdú 2014, p. 167
  142. algunos autores sostienen que el diseño mismo de RENACE lo hizo una causa perdida; según esta teoría, su pureza doctrinal e intransigencia habría impedido cualquier eficacia política y producido su automarginación, véase la opinión de Xavier Casals citada por Ferrer Gonzàlez 2015, p. 154
  143. otra revista era Información Carlista, Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 175
  144. como las concentraciones anuales en los monasterios de Poblet y Montserrat o los actos como la consagración del Sagrado Corazón de Jesús en Barcelona
  145. a mediados de la década de 1940, antes del cese de Sivatte como jefe catalán, el aplec de Montserrat congregaba a 30.000 personas, Martorell Pérez 2009, p. 252; a principios de los 50 solía reunir a 4.000 participantes, véase La Vanguardia 05/29/51, disponible aquí; a comienzos de los 60 sólo asistían unas 500 personas, Alcalá 2001, p. 162; las fuerzas de seguridad estimaron la asistencia en alrededor de 200, Vallverdú 2014, p. 175. El principal acto javierista era el Vía Crucis de Montejurra, que reunía a unos 50.000 asistentes; posteriormente la cifra aumentó hasta 100.000, MacClancy 2000, p. 275
  146. Alcalá 2001, p. 167, posteriormente llamada Consejo de Regencia
  147. un autor afirma que aunque no fuesen equivalentes, tenían una gran simpatía hacia RENACE, Alcalá 2001, p. 163. Otro historiador las considera una iniciativa independiente que se negó a unirse a los sivattistas, Vallverdú 2014, p. 172-5. Sin embargo, otro escribe que los sivattistas fueron la fuerza principal detrás de la emergencia de las Juntas, Canal 2000, pp. 363-4; de la misma opinión es Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 176
  148. Vallverdú 2014, p. 159. Los javieristas se burlaron de él llamándolo "Su Alteza real Don Mauricio", Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 183. El historiador progresista cita la expresión insultante de "secta de desquiciados", Clemente 1977, p. 234
  149. la oposición culminaría en un telegrama enviado a Franco el 24 de diciembre de 1968. En un texto dirigido al «Excmo. Sr. Don Francisco Franco, Generalisimo de la Cruzada Española» Sivatte, en nombre de RENACE, «proclama nuevamente el repudio nacional de toda la rama liberal por ser radicalmente ilegitima», citado por Alcalá 2001, p. 178
  150. cosa que no impidió a Sivatte escribir a Franco. Su carta de 1966 en que pedía al dictador que cediese poder al carlismo ha sido definida por un historiador "un quimérico golpe de fuerza", Ferrer González 2015, p. 151
  151. una declaración de RENACE de 1967 decía: «La indudablamente cercana desaparición del viejo dictador desencadenará en España una grandísima conmoción social y política; a consecuencia de la egolátrica y pésima desorientación impuesta a los asuntos públicos capitales», citado por Alcalá 2001, p. 175
  152. un autor afirma que RENACE se ocupaba casi exclusivamente de asuntos religiosos, Clemente 1977, p. 229
  153. Alcalá 2001, pp. 167-9
  154. «satánica y antiespañola», Clemente 1977, p. 231
  155. se reunió con él en Barcelona tras la boda de Carlos Hugo con la princesa Irene; su conversación reveló una perfecta falta de comprensión mutua, Alcalá 2001, pp. 166-7
  156. Feliu de Travy fue nombrado dos años más tarde nuevo jefe catalán de la Comunión Tradicionalista, Clemente 1977, p. 228, Ferrer González 2015, p. 151, Carles Feliu de Travy [en:] Juventudes Carlistas (2009), disponible aquí Archivado el 25 de septiembre de 2015 en Wayback Machine.. Esta conversión, aunque lejos de darle el triunfo, proporcionó un gran impulso a Carlos Hugo, véase Levardin 1976, p. 245
  157. a principios de 1969 Tiempos Críticos también escribió sobre "la traición de Don Javier", Alcalá 2001, p. 179. Los javieristas (en ese momento convertidos más bien en carlohuguistas) se defendieron y trataron de recuperar los aplecs de Montserrat, contando con el apoyo de la prensa franquista, cfr. La Vanguardia 05/23/67, disponible aquí. Sin embargo, algunos autores afirman exactamente lo contrario, a saber, que Sivatte y su facción fueron promovidos por el franquismo con el fin de marginar a Don Carlos Hugo: «El franquismo no paró de maniobrar, intentando presentar a la opinión pública otras supuestas escisiones y "pretendientes carlistas" como fueron la "sivattista" de Mauricio de Sivatte y la "carloctavista" patrocinada por Cora y Lira», Josep Carles Clemente, Los días fugaces.El carlismo, de las guerras civiles a la transición, Cuenca 2013, ISBN 9788495414243, p. 60
  158. Sivatte visitó a Fal Conde en su casa de Sevilla, Alcalá 2001, p. 177; antes se había reconciliado con Zamanillo, Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 185
  159. Clemente 1977, p. 229
  160. Alcalá 2001, pp. 182-3, Caspistegui Gorasurreta 1997, pp. 178-9
  161. de las cuales 25 formaban parte de una banda de cornetas y tambores de Villanueva y Geltrú, Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 174. De acuerdo con las estimaciones de la policía, el número de asistentes en 1972 fue de 200, Vallverdú 2014, p. 226
  162. por violación del orden público, Alcalá 2001, p. 186; de acuerdo con el informe policial, Sivatte manifestó que Franco era el enemigo número uno del carlismo y de la patria, Caspistegui Gorasurreta 1997, p. 174, cfr. Fundación Juan March, disponible aquí
  163. se rumorea de otra recibida durante la concentración de Montserrat de 1976, poco después de los enfrentamientos mortales en Montejurra. Se preveía que los carlohuguistas aparecerían en el acto sivattista e infligirían una violenta venganza al carlismo ultra-ortodoxo, pero no ocurrió nada de eso, Ferrer González 2015, p. 153
  164. curiosamente, los sivattistas hicieron a Franco responsable de abrir las puertas a un sistema demo-liberal, Alcalá 2001, p. 195, Ferrer González 2015, p. 152
  165. véase sus 12 puntos expuestos antes de las elecciones de 1977, Alcalá 2001, p. 194, también Vallverdú 2014, p. 272, Caspistegui Gorasurreta 1997, pp. 267-8
  166. Ferrer González 2015, p. 152
  167. algunos autores afirman que en 1980 Unión Carlista se convirtió en una "nueva rama política del sivattismo", Ferrer González 2015, p. 153. De hecho, RENACE conservó su identidad propia y separada y no desaparecería hasta 1986, al integrarse en la Comunión Tradicionalista Carlista
  168. Alcalá 2001, pp. 199-200

Bibliografía

  • César Alcalá, D. Mauricio de Sivatte. Una biografía política (1901-1980), Barcelona 2001, ISBN 8493109797
  • Francisco Javier Caspistegui Gorasurreta, El naufragio de las ortodoxias. El carlismo, 1962-1977, Pamplona 1997; ISBN 9788431315641
  • Manuel Martorell Pérez, Carlos Hugo frente a Juan Carlos. La solución federal para España que Franco rechazó, Madrid 2014, ISBN 9788477682653
  • Manuel Martorell Pérez, Retorno a la lealtad; el desafío carlista al franquismo, Madrid 2010, ISBN 9788497391115
  • Joan Maria Thomàs, Carlisme Barceloní als anys quaranta: «Sivattistes», «Unificais», «Octavistes», [en:] L’Avenç 212 (1992), pp. 12-17
  • Ramón María Rodón Guinjoán, Invierno, primavera y otoño del carlismo (1939-1976) [tesis doctoral, Universitat Abat Oliba CEU], Barcelona 2015
  • Robert Vallverdú i Martí, El carlisme català durant la Segona República Espanyola 1931-1936, Barcelona 2008, ISBN 9788478260805
  • Robert Vallverdú i Martí, La metamorfosi del carlisme català: del "Déu, Pàtria i Rei" a l'Assamblea de Catalunya (1936-1975), Barcelona 2014, ISBN 9788498837261

Enlaces externos


Predecesor:
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