Misil antibalístico
El misil antibalístico, o ABM por sus siglas en inglés, es un arma diseñada para interceptar y destruir misiles balísticos.
Se han buscado sistemas efectivos de misiles antibalísticos desde la Guerra Fría, cuando la carrera armamentista nuclear aumentó la amenaza de una posible destrucción total mediante el uso de misiles balísticos imparables. A finales de los años 1960 tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética desarrollaron sistemas de misiles antibalísticos armados con instrumentos atómicos, que combinaban proyectiles interceptores de gran altura como el estadounidense LIM-49A Spartan y el soviético A-35 Galosh, con cohetes interceptores de etapa terminal como el estadounidense Sprint y el ruso A-135 Gacela.
Ambas naciones fueron limitadas por el Tratado sobre Misiles Antibalísticos de 1972, a poseer solamente un emplazamiento de ABM cada una; los EE. UU. desmantelaron su sistema, mientras que la URSS desplegó uno alrededor de Moscú. Durante los años 1980, los Estados Unidos iniciaron la búsqueda de una ambiciosa Iniciativa de Defensa Estratégica en contra de un ataque general soviético, pero este proyecto resultó muy caro y técnicamente complicado, perdiendo su perentoriedad con la disolución de la URSS.
Hoy en día se ha fijado la atención en los sistemas de misiles tierra-aire, como el de los estadounidenses MIM-104 Patriot, los cuales fueron usados con un efecto limitado en contra de los misiles convencionales iraquíes Scud, durante la Guerra del Golfo Pérsico entre 1990 y 1991. En el 2002 los EE. UU. se retiraron formalmente del Tratado sobre Misiles Antibalísticos, con el fin de desarrollar una defensa frente a posibles ataques de misiles, provenientes de pequeñas potencias nucleares como Corea del Norte o de quienes considera sus enemigos como la red terrorista Al Qaeda.