Mitología moche

La mitología mochica se desarrolló con la cultura mochica o moche, en el antiguo Perú.

El dios moche Ai apaec, representado en un muro de la huaca de la luna.

Concepción de la vida

Para los mochicas, amantes de la vida, la muerte no constituía el final. Los hombres seguían viviendo en otra esfera del mundo con sus mismas obligaciones o privilegios, razón que llevó a sepultarlos con provisiones y bienes. Los entierros reflejaban así la función y lugar de cada ser dentro de su sociedad.

Mitología mochica

Poco nos queda de los mitos en los que basaran su religión los miembros de la cultura mochica o Moche, que se desarrolló en la zona norteña de la costa del Perú mucho antes que el Imperio Wari y el Inka.

Pero sí quedan aún en pie sus monumentales pirámides de adobe de Vicus, aunque el tiempo ha ido erosionando implacablemente su endeble estructura, tanto como ha ido haciendo que se perdiera su riqueza colectiva y su legado cultural.

Se trató de un pueblo costero que, como sucesor de muchas y muy diversas culturas, fue agrupando los diversos retazos mitológicos, hasta formarse un grupo de divinidades heterogéneas y crear un conjunto panteístico peculiar al cuidado de la clase sacerdotal teniendo al jaguar a la cabeza de las diversas divinidades locales, casi todas totémicas, como el dios-cangrejo, o el dios-serpiente, sus animales locales, presididos por el martín pescador y las curiosas cerámicas sexuales en las que se especula que se quiere retratar costumbres no reprimidas por los ámbitos culturales actuales (judío cristianos) más que dar una lección de moral, desarrollando el tema del placer, uniéndolo a la de la (otra) etapa de la vida que hoy se denomina como muerte.

Sus dos grandes templos, las Huacas del Sol y de la Luna, son obras de grandes dimensiones .

Dioses mochicas

Los mochicas llamaban Ai apaec a la divinidad principal de su panteón y Alaec pong a la piedra o figura que la representaba.

Otras divinidades eran Si (la luna), Ni (el mar), Fur (dios de la muerte). Los del valle de Chicama le rendían culto a su dios Chicamac. A pesar de que Ai apaec era la deidad principal, el culto a Si era el más extendido dada la relación de la luna con el mar y las mareas (puesto que los mochicas eran también pescadores y navegantes). Se especula que consideraban a la luna más poderosa que el sol. Los eclipses lunares se representaban en cerámica como que la luna era atacada y con grandes llantos. El término del eclipse era celebrado con fiestas por el triunfo de la diosa. Para ello se ofrecían muchos sacrificios a la luna, incluso humanos. Los habitantes de la zona de Pacasmayo (Pacatnamun) rendían especial culto al mar y le ofrecían maíz y almagre El chamanismo estaba difundido, lo cual demuestra que la clase sacerdotal no pudo controlar totalmente la ciencia médica tradicional, representada por personas especiales (Chamán) con conocimiento experimental de los efectos de las plantas y minerales locales, así como poseedoras del conocimiento de como crear una relación psicológica-hipnótica-carismática con el paciente, para utilizar esa relación para la prevención y tratamiento de enfermedades comunes y menos comunes de la época. Los/las Chamanes curandero(a)s (generalmente sabio/as locales) hacían también sacrificios (Pagos) en lugares considerados como poseedores de una energía especial (sagrados) del valle de Talambo llamado Coalechec.[1]

Referencias

  1. Historia del Perú Antiguo, Tomo III - Luis E. Valcárcel

Véase también

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