Naylamp
Naylamp, Naymlap o Ñañlap es un personaje mitológico del Antiguo Perú. De acuerdo a relatos recogidos por cronistas españoles, provino del mar, trayendo la civilización a las tierras lambayecanas(os) (norte del actual Perú), donde fundó un reino o señorío en el que se sucedieron varios reyes (cultura lambayeque), antes de ser conquistado por los chimúes. En el arte precolombino se le representa con rasgos antropomorfos y zoomorfos combinados (preferentemente de ave). Su nombre significaría, en la lengua muchik, “ave o gallina de agua”. Para Federico Kauffmann Doig, es una versión más del dios andino del agua.
Etimología
La primera mención escrita de este personaje mítico proviene del cronista español Miguel Cabello Balboa, que en su Miscelánea Antártica (1586) lo nombra como Naymlap. De allí proviene la variante Naylamp. Dos siglos después, Modesto Ruviños y Andrade, siguiendo también relatos orales, relata básicamente la misma leyenda, mencionando al personaje como Namla (1782). Cabe resaltar que Ruviños Andrade escribió su crónica sin conocer la de Cabello Balboa, lo que nos permite constatar cómo un relato mítico puede permanecer en la memoria colectiva sin alteraciones significativas.
Rubiños Andrade puntualiza también que el nombre de Namla significaba 'ave o gallina de agua', lo que aludiría a su procedencia marina. Basándose en ello, Federico Kauffman Doig considera que la forma correcta del nombre sería Ñañlap, ya que en idioma muchik, Ñan o Ñain significa 'ave' (de acuerdo a la recopilación de vocablos muchik hecho por Fernando de la Carrera en su obra titulada Arte de la lengua yunga de los valles del obispado de Trujillo, del año 1644). La variante fonética Naymlap de Cabello Balboa se debería a la interpretación peculiar del cronista de la pronunciación del nombre (Naym en vez de Ñan).
El mito
Proveniente del sur y al frente de unos caballitos de totora, Naylamp llegó a las costas lambayecanas, desembarcando en las playas de la hoy caleta San José y al pie de la desembocadura de un río que se llamó Faquisllanga (río Lambayeque). Le acompañaba un séquito de funcionarios, versados en diferentes artes y oficios, así como su esposa Ceterni y varias concubinas. Se adentró unos 2 km de la costa, donde construyó un templo, al que nombró Chot (posiblemente la actual Huaca Chotuna) y en el colocó un ídolo de jade verde al que llamó Yampallec. De allí provendría el nombre de Lambayeque dado a la región. Dicho ídolo representaba al mismo Naylamp.
Naylamp sería pues el fundador legendario del Reino Sicán o Lambayeque en el siglo IX d. C. y al morir fue divinizado por sus hijos. Estos contaron que Naylamp era inmortal y que decidió convertirse en ave, regresando a su lugar de origen. La dinastía fundada por Naylamp gobernó los ricos valles de Lambayeque. Dichos reyes fueron: Cium, Escuñain, Mascuy, Cuntipallec, Allascunti, Nofan nech, Mulumuslan, Llamecoll, Lanipat cum, Acunta y Fempallec. Doce en total, incluyendo a Naylamp.
El último de dichos reyes, Fempallec, quiso cambiar de sitio el ídolo Yampallec, lo que acarreó la ira divina. Estando en ese trance, un demonio en forma de mujer se le apareció y lo tentó a tener relaciones carnales. Como castigo divino, hubo un gran diluvio que duró 30 días, al que sucedió un periodo de sequías y hambruna como nunca se había visto (posiblemente se trata de la descripción de los efectos de un severo fenómeno del Niño). Los sacerdotes culparon de los desastres a Fempallec, y en venganza, lo ataron de las manos y los pies, y lo echaron al mar. Así finalizó la dinastía de Naylamp. El valle de Lambayeque quedó sumido en el caos, hasta que el reino Chimú conquistó la región en el siglo XIV.
Cronología
Aceptando la posibilidad de que Naylamp fuese un personaje histórico, se plantea el problema de su datación cronológica. Tratándose de su carácter de héroe epónimo o fundador de una civilización, se presume que sería de los inicios de la cultura lambayeque, es decir, del siglo VIII d. C. Su imagen empezó desde entonces a ser retratada en el arte lambayeque, manteniéndose hasta antes de la conquista chimú del siglo XIV, tal como lo prueba la evidencia arqueológica. Sin embargo, cabe la posibilidad de que el mito sea mucho más antiguo, remontándose hasta la época moche (siglo II al VII). Ello estaría evidenciado en muestras del arte moche en las que se ve a un gran personaje sobre una balsa tirada por nadadores (lo que también aparece en la cerámica lambayeque). Los lambayeque pudieron haber reelaborado ese mito para explicar el origen de su realeza.
Influencia en el arte
Muchos estudiosos concuerdan en que Naylamp está representado profusamente en el arte de la cultura lambayeque, siendo ejemplares emblemáticos el llamado tumi de oro o cuchillo de Íllimo y la máscara funeraria de oro de Batán Grande. Pero algunos, como Izumi Shimada, no comparten esta posición.
En líneas generales, a Naylamp se le representa con rasgos antropomorfos y zoomorfos combinados, destacando los ojos almendrados (a veces llamados ojos alados) y alas que le brotan de los costados. Asimismo, suele estar ataviado con un tocado imponente (mitra o sombrero), signo de su alta jerarquía.
Posible origen
Teoría maya
El arqueólogo alemán Max Uhle vio en este mito un argumento más a favor de su teoría del origen mesoamericano de la cultura andina. Según Uhle, Naylamp habría sido un personaje maya venido de la lejana Centroamérica y que trasplantó su civilización a suelo peruano. Sin embargo la teoría inmigracionista de Uhle fue refutada por Julio C. Tello, quien demostró la antigüedad mayor de la civilización peruana con respecto a la maya. Hay que señalar también que la versión transmitida por Cabello Valboa dice que Naylamp provino de la “parte suprema” del Perú, es decir, del sur, mas no del norte.
[1]=== Teoría arqueológica === Si bien es difícil asociar un personaje mítico a la evidencia arqueológica, algunos de los últimos descubrimientos arqueológicos nos pueden dar una idea de la élite gobernante asociada a este personaje. Sin embargo, dado el carácter de ser mitológico de Naylamp, es imposible establecer categóricamente de manera científica su origen.
Las tumbas de élite encontradas nos muestran una élite gobernante multicultural. Mediante análisis de ADN mitocondrial, los arqueólogos han encontrado en mujeres enterradas en la Tumba Oeste de Huaca del Oro (Batán Grande) un claro patrón de vínculos con la población nativa (posiblemente moche) y otros grupos. Es así que la idea de Naylamp (un personaje principal de la élite) viniendo de otra región y mezclándose con la gente local es muy plausible. Además, los diversos artefactos encontrados en la Tumba Este vinculados a culturas ecuatorianas contemporáneas nos podría llevar a pensar que este personaje pudo haber venido del norte. Esto se refuerza con el gran acceso a conchas marinas de esta zona aparecidas en su tumba (Spondylus crassisquama).
Para algunos investigadores como el arqueólogo Wilo Vargas, consideran que la narrativa de Naylamp no tiene sustento ni evidencias científicas como para corroborar un acontecimiento histórico. En su artículo titulado " "Crónicas y leyendas que no concilian con la investigación arqueológica" (UPAO 2016) publicado en la revista QUIGNAM dice lo siguiente: Con la llegada hispana a América se iniciaron los primeros registros históricos en manuscritos llamados crónicas; en estos documentos se evidencia una manipulación que por largo tiempo se mantuvo ignorada, sin embargo, investigaciones contemporáneas dan cuenta de los perfiles psicológicos y de las diversas motivaciones que tuvieron los autores al momento de redactar estos documentos. La arqueología durante mucho tiempo ha intentado encontrar concordancias entre los datos que registran las crónicas y los que provienen de las excavaciones arqueológicas, no obstante, los resultados no han sido satisfactorios y menos aún cuando se toman en consideración los mitos y leyendas que generalmente distorsionan los hechos históricos. Este investigador hace un análisis riguroso de como la narrativa de Naylamp fue tergiversada por el narrador Martin Farro Chumbi y el que escribió la narrativa Cabello de Balboa, ambos influenciados y adoctrinados por su educación y formación Cristiana. asimismo argumenta que el desarrollo cultural fue lento y continuo, es decir que las tradiciones tecnológicas y estilísticas estarían emparentadas no existiendo evidencias que denoten una llegada cultural extraña a territorios norteños y que se pueda considerar como un punto de partida de una nueva cultura, las únicas evidencias foráneas son los restos que tienen filiación Wari y Cajamarca y el acercamiento de intercambio fue vía terrestre y no marítimo, igual sucedió con la llegada inca durante su expansión. Finalmente concluye que la narrativa de Naymlap pudo ser un hecho histórico en cuanto a su arribo a las costas norteñas del Perú como siempre existió en aquellas épocas con delegaciones de intercambio del Ecuador y hasta de México , pero que estos hechos no constituyeron acontecimientos de trascendencia que pudieron cambiar los patrones culturales de los nativos que habitaban las tierras en aquellos momentos, más aún, estos ya tenían un desarrollo cultural elevado con capacidad de asimilar elementos foráneos sin sufrir mayores repercusiones. No se registró conquista alguna, fue un acoplamiento pacífico y consentido por los grupos locales, las alianzas y las uniones conyugales se encargaron de borrar las evidencias materiales que hubiesen podido registrar elementos foráneos. https://sites.google.com/site/arqueologostrujillo/cr%C3%B3nicas-y-leyendas-que-no-concilian-con-la-investigaci%C3%B3n-arqueol%C3%B3gica
Representaciones artísticas
- Tumi de oro
- Tumi
- Máscara funeraria
- Máscara funeraria de oro
- muerte del sol
Véase también
Referencias
Bibliografía
- Kauffmann Doig, Federico: Historia y arte del Perú antiguo. Tomo 3, pp. 401-412. Lima, Ediciones PEISA, 2002. ISBN 9972-40-215-0
- Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 11, pp. 1806-1809. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-160-9
- Vargas Morales, Wilo: REVISTA QUINGNAM N° 2 UPAO . Trujillo, 2016 e-ISSN 2414-8768