Pedro Portocarrero (inquisidor general)

Pedro Portocarrero y Manuel de Villena (Villanueva del Fresno, c.1545 - Cuenca, 20 de septiembre de 1600) fue un clérigo secular español, obispo de Calahorra, de Córdoba y de Cuenca, e inquisidor general.

Pedro Portocarrero


Obispo de Cuenca
1597-1600
Predecesor Juan Fernández Vadillo
Sucesor Andrés Pacheco


Inquisidor general
1596-1599
Predecesor Jerónimo Manrique de Lara
Sucesor Fernando Niño de Guevara


Obispo de Córdoba
1594-1597
Predecesor Hernando de Vega y Fonseca
Sucesor Francisco de Reynoso y Baeza


Obispo de Calahorra y La Calzada
1589-1594
Predecesor Antonio Manrique
Sucesor Pedro Manso Zúñiga


Comisario general de Cruzada
1585-1589
Predecesor Tomás de Astiguieta y Salazar
Sucesor Francisco Dávila y Guzmán
Información personal
Nombre Pedro Portocarrero
Nacimiento c. 1545
Villanueva del Fresno (España)
Fallecimiento 20 de septiembre de 1600
Cuenca (España)

Biografía

Origen familiar

De familia noble, nació en Villanueva del Fresno hacia 1545.

Fue siempre conocido por un solo apellido, Portocarrero, que se registra con variantes: separado como Porto Carrero, o Puerto Carrero, y hasta reducido a Carrero, como le llamaba fray Luis de León. Es anacronismo añadirle el apellido materno, y también es error anteponerle la partícula «de».

Fue hijo de Cristóbal Osorio Portocarrero, II señor de Montijo, y de María Manuel de Villena, su mujer, de los señores de Cheles, dama de la emperatriz Isabel;[1] nieto del primer marqués de Villanueva del Fresno; biznieto de Pedro Portocarrero el Sordo, señor de Moguer, y tataranieto por varonía del maestre de Santiago Juan Pacheco, marqués de Villena, que dominó la política castellana durante el tercer cuarto del siglo XV.

Tuvo por hermanos, entre otros, a Juan, que fue el primer conde de Montijo, santiaguista y mayordomo del rey; a Cristóbal, que en 1606 sucedería en la casa al morir sin prole el mayor, y a Alfonso Portocarrero, caballero de la Orden de Calatrava y comendador de Belvís y Navarra en la de Alcántara, que sirvió a las órdenes de Don Juan de Austria y murió heroicamente en la batalla de Poqueira (1569), durante la Rebelión de las Alpujarras.[2]

Su primo Francisco Manuel fue inquisidor del Tribunal de Toledo,[1] y después de los días del prelado se encargó de trasladar sus restos desde Cuenca hasta Jerez de los Caballeros.[3]

Primeros años

Estudió Leyes y Cánones en Salamanca, obteniendo el grado de licenciado in utroque jure, y fue rector tres veces de esta universidad.[1][4] Después, fue canónigo de Sevilla, oidor de la Real Chancillería de Valladolid, regente de la Audiencia de Galicia y gobernador de este reino (1571-1579),[3] miembro del Consejo Real (desde 1580, probablemente en el de Hacienda),[2] consejero de la Suprema Inquisición (nombrado el 2 de mayo de 1581)[1] y comisario general de Cruzada (1585-1589).

Reformador de universidades

En 1577, siendo gobernador de Galicia y regente de esta Audiencia, actuó como visitador de la Universidad de Santiago de Compostela: sus conclusiones servirían poco después para redactar unas nuevas Constituciones.[5][6] Y entre 1593 y 1595, siendo ya obispo y también por encargo de Felipe II, llevó a cabo una minuciosa visita de la Universidad de Alcalá. Las reformas que propuso para esta se plasmaron en una Real cédula dada el 8 de enero de 1603.[7]

Carrera episcopal

Nombrado obispo de Calahorra el 20 de marzo de 1589,[1][8] fue consagrado en Madrid el 4 de junio siguiente, en el convento de Santa María Magdalena. Actuó como ministro principal el cardenal Gaspar de Quiroga, arzobispo de Toledo e inquisidor general, a quien asistieron Sebastián Pérez, obispo de Osma, y Diego de la Calzada, obispo titular de Salona y auxiliar de la sede Primada.[8][9] Tomó posesión en la catedral de Calahorra el 21 de mayo del año siguiente.[1] En octubre de 1592 el rey Felipe II estuvo en Logroño y acudió a la colegiata de Santa María la Redonda, donde le recibió el obispo con el cabildo colegial.[10]

El 12 de enero de 1594 fue promovido a la sede de Córdoba.[1][8] Por el tiempo de este nombramiento se hallaba Portocarrero en Alcalá de Henares, visitando esta universidad.[3]

Y últimamente obtuvo la mitra conquense, por nombramiento del 28 de mayo de 1597.[1][8] Residía a la sazón en la corte, por razón de su cargo de inquisidor general, y en su nombre tomó posesión en Cuenca Tomás de Baeza Polanco, el 13 de agosto de 1597.[3] No entró en su diócesis hasta 1599: después de haber cesado al frente de la Inquisición.[3]

Inquisidor general

El 10 de enero de 1596, siendo obispo de Córdoba, fue nombrado inquisidor general por Clemente VIII, a propuesta de Felipe II. Tomó posesión del cargo el 7 de junio,[1] pero solo estuvo en él tres años, pues renunció el 1599 a raíz de la subida al trono de Felipe III. El nuevo rey, con afán reformador, ansiaba renovar a los altos dignatarios de la monarquía, hechuras de su padre.[5] Y para dirigir la Suprema quería traer de Roma al cardenal Niño de Guevara. Este era un protegido de nuestro prelado, quien le había dado en el cabildo conquense la dignidad de archidiácono de Moya.[3] A instancia de la corte de Madrid, el mismo papa que había nombrado a Portocarrero inquisidor (dispensándole de residir en su sede), dictó una bula que, según lo dispuesto por el Concilio de Trento, le obligaba a pasar a Cuenca para conservar la mitra.[11] Su renuncia, hecha el 26 de septiembre,[1] fue premiada con el nombramiento de consejero de Estado.[5][9]

Último año

Obedeció la orden de pasar a su sede, en la que no había entrado hasta entonces, pero el clima de Cuenca y el disgusto de verse relegado de la corte abreviaron sus días. El 19 de octubre de 1599 hizo su entrada en la catedral,[3][9] y murió en esta ciudad antes de un año: el 20 de septiembre de 1600.[1][8] No otorgó testamento,[9] pero había dispuesto de sus bienes fundando, entre otras, una cuantiosa obra pía de dotes para huérfanas y crianza de expósitos.[3]

Su cuerpo fue llevado a la ciudad de Jerez de los Caballeros y enterrado en el convento de Nuestra Señora de Gracia, de monjas clarisas, fundación y patronato de sus mayores los señores de Moguer.[1][9]

Fray Luis de León

Portocarrero cultivó la amistad de hombres de letras de su tiempo como Arias Montano o Covarrubias.[9] Pero fue sobre todo gran amigo y protector de fray Luis de León, quien le dedicó sus poesías originales y los tratados De los nombres de Cristo e In Abdiam prophetam explanando.[12] El poeta se dirige a él en tres de sus odas: las numeradas II, XV y XXII.[2][13]

Referencias

  1. Isabel Mendoza García; Teresa Sánchez Rivilla. «Pedro Portocarrero y Manuel de Villena», en el Diccionario biográfico español (Real Academia de la Historia). Consultada el 18 de noviembre de 2019.
  2. Alberto Acereda. «Fray Luis de León y Pedro Portocarrero: tres odas del agustino al obispo de Calahorra» (1992), en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
  3. Juan Pablo Mártir Rizo. Historia de la muy noble y leal ciudad de Cuenca (Madrid, 1629), pp. 202-203.
  4. González Dávila,, t. I, p. 494.
  5. Manuel Flores Díaz. «Pedro Portocarrero», en MCNBiografias.com. Consultada el 18 de noviembre de 2019.
  6. Miguel Romaní (ed.); M.ª Pilar Rodríguez Suárez (ed.); José García Oro (introd.) A Real Universidade de Santiago de Compostela: actas da visita do licenciado D. Pedro Portocarrero, gobernador de Galicia (1577) (Santiago de Compostela: Universidad, 1992, ISBN 84-7191-892-7, en Textos históricos Fonseca, 1).
  7. Ángel Gil García. «Panorámica de las visitas y reformas constitucionales de la Universidad de Alcalá de Henares en el siglo XVII», en Estudios de historia social y económica de América (ISSN 0214-2236), n.º 16-17 (1998), pp. 681-697: p. 686.
  8. David M. Cheney. «Bishop Pedro Portocarrero» (actualiz. 2019), en The Hierarchy of the Catholic Church. Consultada el 18 de noviembre de 2019.
  9. González Dávila,, t. I, p. 495.
  10. González Dávila,, t. II, p. 372.
  11. María del Carmen Sáenz Berceo. «Los inquisidores del Tribunal de Valladolid durante el reinado de Felipe III», en Revista de la Inquisición (ISSN: 1131-5571), n.º 8 (1999), pp. 43-83: pp. 49-50.
  12. Texto de la dedicatoria de De los nombres de Cristo, en Wikisource.
  13. Fray Luis de León (autor); Ramón Fernández [seud. de Pedro Estala] (ed.) Poesías del maestro fray Luis de León, t. X (Madrid, 1790): Dedicatoria que hizo a Don Pedro Portocarrero (pp. iii-viii), [oda II] A Don Pedro Portocarrero: «Virtud hija del cielo» (pp. 4-5), [oda XV] A Don Pedro Portocarrero: «No siempre es poderosa» (pp. 33-34) y [oda XXII] A Don Pedro Portocarrero: «La cana y alta cumbre» (pp. 52-54).

Bibliografía y enlaces externos

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