Período Posclásico mesoamericano
El período Posclásico es la última etapa del desarrollo independiente de la civilización mesoamericana. Como la cronología mesoamericana, el inicio de este período varía en 200 años, aunque se suele señalar la caída de las ciudades-estado del Epiclásico del centro de Mesoamérica como el principio del Posclásico.[cita requerida].
Por esta se concluyó con el abandono de las grandes ciudades o "metrópolis", como Monte Albán en Oaxaca o las ciudades mayas de las Tierras Altas. Por otra parte, el Norte de Mesoamérica fue escenario de un desastre ecológico producto de prolongadas sequías, que implicó el abandono completo de esa región. Ante estos hechos, las migraciones fueron un fenómeno que marcó el inicio del Posclásico. Estos cambios sociales que marcaron a las sociedades mesoamericanas ocurrieron entre los siglos VIII y X.
El final del Posclásico ocurrió con la llegada de los españoles hacia la segunda década del siglo XVI. A partir de entonces ocurrió un proceso de transculturación que remodeló las culturas indígenas y sentó las bases de las culturas mestizas de México y Centroamérica.
Antiguamente, se solía presentar al Posclásico como una época dominada por Estados bélicos; con los pacíficos Estados del Clásico. Las nuevas interpretaciones de las evidencias arqueológicas sobre varios pueblos del Clásico —es el caso de los teotihuacanos y mayas— han dejado claro que la guerra también fue una actividad importante entre esas sociedades. Es especial la imagen de los mayas, a los que se solía imaginar como un pueblo gobernado por sacerdotes entregados a actividades intelectuales. En la actualidad, aunque se reconocen las diferencias entre las sociedades mesoamericanas clásicas y posclásicas, la oposición entre Estados militaristas y Estados teocráticos ha dejado de tener validez explicativa[cita requerida].
El Posclásico es el contexto histórico en el que florecieron pueblos como los mexicas y cultura tolteca en el Centro; los mixtecos en Oaxaca; los cultura tarasca en el Occidente; los huastecas en el norte de la llanura del Golfo de México, y los mayas en la península de Yucatán.
Características de los pueblos del posclásico
Los pueblos del posclásico tuvieron algunas características que los diferenciaron de sus antecesores. Estos pueblos tenían como régimen político el teocrático militarista, en el que el gobernador era al mismo tiempo máximo sacerdote de su pueblo y aparte era un jefe militar,[1] esto debido a que la guerra durante el posclásico se había convertido en una de las principales actividades económicas, ya que cuando un pueblo perdía una guerra era obligado por los vencedores a dar un tributo, que consistía casi siempre en cosechas como el maíz, la calabaza, el chile o el frijol. En el ámbito cultural muchos pueblos habían adaptado a sus dioses con su estilo de vida, por lo que surgieron dioses que representaban prácticas humanas, siendo el más importante Huitzilopochtli, el dios de la guerra, debido a la influencia que había adquirido en un período que practicaba la actividad bélica constantemente. Las sociedades del período posclásico mesoamericano comprendido del año 900 d. C. al 1521 d. C. siguieron desarrollándose sobre las mismas bases. Esto quiere decir que la base de la economía siguió siendo lo de la agricultura, sobre todo de temporal. Aunque se empezó a practicar el comercio a grandes distancias, habiendo varios mercados importantes como el de Potonchán, en el golfo, de donde se adquirían productos de Yucatán, el altiplano mexicano, las tierras altas de Guatemala o el de Sosonusco, de donde se importaba cacao, plumas de quetzal, jade, etc. Algunas regiones poseían mejores condiciones para el desarrollo de sistemas de irrigación que produjeran mejores resultados agrícolas, por ejemplo, en las riberas de los ríos o de los lagos. Algunas zonas con humedad baja desarrollaron también sistemas hidráulicos, con el propósito de aprovechar mejor los recursos hídricos existentes. Por ejemplo, en Tetzcuco se construyeron acueductos que sirvieron para llevar agua desde los manantiales de la Sierra Nevada tanto a la población como a las zonas de cultivo del señorío acolhua. Obras similares se realizaron en Loma de la Coyotera, en la región oaxaqueña. Mientras tanto, en Yucatán se desarrolló un sistema de cisternas excavadas en la roca madre de la superficie, llamadas chultunes, que tenían por objetivo la recolección de agua de lluvia y su almacenamiento. Para este período existieron dos civilizaciones esas eran: la azteca y la maya. Las culturas principales fueron la tarasca, tolteca, mixteca y huasteca.
- Imperio purépecha
- Cultura tolteca
- Imperio azteca
- Pueblo zapoteco
- Pueblo mixteco
- Mayas del Posclásico
- Pueblo huasteco
- Pipiles
Véase también
Bibliografía
- Rojas Rabiela, Teresa (s/f): "Las obras hidráulicas mesoamericanas en la transición novohispana"; en https://web.archive.org/web/20061202120155/http://eh.net/XIIICongress/cd/papers/17RojasRabiela261.pdf, consultado el 14 de diciembre de 2007.
- Zapata Peraza, Renée Loreley (1989): Los chultunes, sistema de captación y almacenamiento pluvial, INAH,
- Monografíaas, Renato Bionio (1946)
- Libro historia 3 grado, editorial Terracota 2014
- Stahle, D. W., J. V. Diaz, D. J. Burnette, J. C. Paredes, R. R. Heim Jr., F. K. Fye, R. Acuna Soto, M. D. Therrell, M. K. Cleaveland, and D. K. Stahle (2011), Major Mesoamerican droughts of the past millennium, Geophys. Res. Lett., 38, L05703, doi:10.1029/2010GL046472.
Referencias
- Migeon, Gérald. Génesis, culturas y espacios en Michoacán. Centro de estudios mexicanos y centroamericanos fecha=1998. pp. 35-45. ISBN 978-968-6029-61-1. Consultado el 25 de octubre de 2020.