Petición de la rama de olivo

La Petición de la rama de olivo es la nota escrita que el Segundo Congreso Continental de Filadelfia envió en mayo del 1775 a Inglaterra. En ella se aseguraba lealtad a Jorge III y se expresaban deseos de pronta reconciliación entre las Trece Colonias y el gobierno de Gran Bretaña.

Características

La nota fue inspirada por John Dickinson y fue firmada por casi todos los representantes de las Trece Colonias que un año después firmarían la Declaración de la Independencia. El Congreso Continental envió esta petición cuando estaba claro que las colonias de América del Norte no podían declarar su lealtad al monarca británico y al mismo tiempo negarse a obedecer sus leyes; además entre los representantes de las colonias la idea preponderante era que se estaba luchando contra un fuerte sector del Parlamento británico muy conservador que se oponía a respetar las antiguas libertades de las colonias.

En el Congreso Continental aun se pensaba que todo cambiaría -y se resolverían los conflictos- si se convencía directamente al rey Jorge III para que apoyase a un sector de los whigs (liberales británicos) quienes no sólo defenderían los intereses de las Trece Colonias sino que afirmaban que tales colonias tenían derecho a enviar representantes al Parlamento de Londres. Se esperaba que tras la Batalla de Bunker Hill el gobierno británico tendría más interés en negociar con las Trece Colonias si estas reafirmaban que no deseaban la independencia sino una negociación, por lo cual la Petición fue redactada y firmada el 8 de julio de 1775.

Consecuencias

Los deseos del Congreso Continental no se cumplieron porque se había dirigido al Rey en el Parlamento y no al Rey en el Trono, indicando que el monarca se sujetaría a lo establecido por el Parlamento y no obraría según su arbitrio. Además, ya el 23 de agosto, el rey Jorge III había declarado que las colonias se encontraban en estado de rebeldía, y cuando el 2 de setiembre llegaron los enviados de América del Norte que traían la Petición de la rama de olivo fueron rechazados sin respuesta de la Corte, negándose el rey siquiera a leer el documento.

A su vez, el Parlamento británico también manifestó su hostilidad ante la Petición, juzgada como insólita y hasta agraviante, y prohibió en setiembre de 1775 todo comercio con las Trece Colonias, amenazando a éstas con una intervención militar si seguían cuestionando las leyes de la metrópoli. Conocido el rechazo británico poco después, la posición de los moderados de John Dickinson perdió popularidad rápidamente, y ganaron influencia los radicales liderados por John Adams, quien ya en julio de 1775 consideraba inútil remitir la Petición y aconsejaba a los demás miembros del Congreso a que las Trece Colonias deberían formar un ejército y marina propios, como primer paso hacia la independencia.

Véase también

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