Lámpsaco
Lámpsaco (en griego, Λάμψακος; en latín Lampsacus o Lampsacum) fue una de las principales ciudades griegas de Misia a orillas del Helesponto. Se encontraba al nordeste de Abido, ya cerca de la entrada a la Propóntide (actual Mar de Mármara).
Es mencionada por Homero en el catálogo de naves de la Ilíada bajo el nombre de Pitiea.[1][2] Otro nombre alternativo era Pitiusa.[3] Una tradición indicaba que el origen de su nombre derivaba del nombre de Lámpsace, una princesa de los bébrices.[4] La mayor parte de las fuentes consideraba a la ciudad como colonia de Focea[5] aunque Estrabón, probablemente de forma errónea, señala que había sido colonia de Mileto.[6] Estaba al otro lado de Galípoli en el Quersoneso Tracio y tenía un puerto excelente. Su territorio producía un buen vino.[7] Lámpsaco tenía una estatua de un león postrado, obra de Lisipo, pero fue trasladada por Marco Vipsanio Agripa a Roma.[6]
En Lámpsaco se rendía una especial devoción a Príapo, un dios de la fertilidad en la mitología griega, representado con unos grandes genitales, que habría nacido allí y lo consideraban hijo de Afrodita y Dioniso.[8]
Combatió contra Milcíades el Viejo que se había establecido en el Quersoneso Tracio y que atacó la ciudad, pero Milcíades fue hecho prisionero y solo fue liberado por mediación del rey Creso de Lidia.[9]
Participó en la rebelión de Jonia, pero pronto fue recuperada por los persas.[10] Fue gobernada por un tirano local con apoyo de los persas, llamado Hipoclo. Su hijo Ayántides se casó con Arquédice, hija de Hipias.[11] Un intento de golpe de Estado de Evagón, que quería ocupar la acrópolis y proclamarse tirano se produjo por esta época.[12]
Después de la batalla de Mícala en 479 a. C., la ciudad se hizo aliada de Atenas, ingresando en la Liga de Delos y pagaba un tributo de 12 talentos (una gran cantidad en la época).
En 413 a. C., después del fracaso de la expedición a Sicilia de los atenienses, se rebeló, pero como no tenía fortificaciones fue recuperada fácilmente por una flota ateniense dirigida por Estrombíquides (verano del 411 a. C.).[13] Permaneció fiel a Atenas hasta que Lisandro la tomó en 405 a. C.[14]
En el siglo siguiente, como las demás ciudades, pasó a soberanía persa conservando su gobierno.
Recibió a los macedonios y perteneció al imperio de Alejandro Magno y sus diádocos.
Fue atacada por Antíoco III el Grande en 196 a. C. y Lámpsaco se declaró partidaria de Roma, y votó ofrecer una corona de oro a la República romana, a cambio de la cual fue aceptada como aliada.[15]
En tiempos de Estrabón aún era una ciudad importante.
Fue el lugar de nacimiento de diversos poetas, escritores y filósofos como Carón de Lámpsaco, el historiador, Anaxímenes el orador, Metrodoro de Lámpsaco, discípulo de Epicuro y otros. Es probable que el filósofo Anaxágoras haya acabado allí sus días[16] y en tal lugar fue venerado[17] e incluso debió de haber un grupo de seguidores suyos.[18]
Referencias
- Homero, Ilíada II, 829.
- Homero, Ilíada, edición de José García Blanco y Luis M. Macía Aparicio p.137, nota complementaria, Madrid: CSIC, 1991.
- Estrabón XIII,1,18.
- Plutarco, Virtudes de mujeres XVIII.
- Polieno VIII,37.
- Estrabón XIII,1,19.
- Tucídides I,138.
- Pausanias IX,31,2; Ovidio, Tristes I,10,26; Ovidio, Fastos VI,345; Ateneo de Naucratis I,30; Priapeos 55.
- Heródoto VI,37.
- Heródoto V,117.
- Tucídides VI,59.
- Ateneo de Naucratis XI,508f.
- Tucídides VIII,62.
- Jenofonte, Helénicas, II,1,18-19; Plutarco, Vida de Lisandro 9.
- Tito Livio XXXIII,38; XXXV,42; XLIII,6; Polibio XXI,13.
- Diógenes Laercio, II, 14.
- Aristóteles, Retórica 1398 b 16.
- Eusebio de Cesarea, Preparación Evangélica 10, 14.