Cortejo fúnebre

Un cortejo fúnebre es una procesión, originalmente a pie pero por lo general, desde el siglo XX en vehículos de motor, desde una iglesia, sinagoga, mezquita, pagoda o recinto[1] hasta el cementerio. El ataúd del fallecido suele transportarse en un coche fúnebre, mientras que la familia y los amigos le siguen en sus propios vehículos. En caso de funcionarios de alto rango o jerarcas de la Iglesia, el cortejo involucra la presencia de pares, representantes, edecanes, embajadores o eclesiásticos de alto rango.[2]

El cortejo fúnebre de la Reina Madre, que tuvo lugar en medio del aniversario 50º de Isabel II.

Procedimiento estándar

Cortejo fúnebre en México

Las normas aplicadas en mayor parte de los Estados Unidos son las siguientes:

  • Todos los vehículos que van a un cortejo fúnebre deben ir acompañados por una escolta licenciado. Por lo general, un escolta asignado para aproximadamente cada 10 a 12 vehículos.
  • Los cortejos fúnebres tienen el derecho de paso. Las personas están obligadas a ceder, y no interferir o causar una obstrucción. Esta es una tradición de larga data en el derecho anglosajón.
  • Las pegatinas deben pegarse en las ventanas delanteras y traseras de cada vehículo.
  • Quienes formen parte de la procesión tienen que tener sus luces encendidas, y en algunos Estados se requiere que el escolta use las luces de peligro.

Notas y referencias

  1. Para el caso de los ateos, por ejemplo, Russel o Savater
  2. Para el caso, el espléndido sepelio de John F. Kennedy en 1963.
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