Cortejo fúnebre
Un cortejo fúnebre es una procesión, originalmente a pie pero por lo general, desde el siglo XX en vehículos de motor, desde una iglesia, sinagoga, mezquita, pagoda o recinto[1] hasta el cementerio. El ataúd del fallecido suele transportarse en un coche fúnebre, mientras que la familia y los amigos le siguen en sus propios vehículos. En caso de funcionarios de alto rango o jerarcas de la Iglesia, el cortejo involucra la presencia de pares, representantes, edecanes, embajadores o eclesiásticos de alto rango.[2]
Procedimiento estándar
Las normas aplicadas en mayor parte de los Estados Unidos son las siguientes:
- Todos los vehículos que van a un cortejo fúnebre deben ir acompañados por una escolta licenciado. Por lo general, un escolta asignado para aproximadamente cada 10 a 12 vehículos.
- Los cortejos fúnebres tienen el derecho de paso. Las personas están obligadas a ceder, y no interferir o causar una obstrucción. Esta es una tradición de larga data en el derecho anglosajón.
- Las pegatinas deben pegarse en las ventanas delanteras y traseras de cada vehículo.
- Quienes formen parte de la procesión tienen que tener sus luces encendidas, y en algunos Estados se requiere que el escolta use las luces de peligro.
Notas y referencias
- Para el caso de los ateos, por ejemplo, Russel o Savater
- Para el caso, el espléndido sepelio de John F. Kennedy en 1963.
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