Pulso
En medicina, el pulso de una persona es una onda de presión provocada por la expansión de las arterias como consecuencia de la circulación de sangre bombeada por el corazón. Se obtiene por lo general en partes del cuerpo donde las arterias se encuentran más próximas a la piel, como en las muñecas o el cuello e incluso en la sien.
Fisiología
Galeno fue quizás el primer fisiólogo que describió el pulso.[1] El pulso es un método táctil expeditivo para determinar la presión arterial sistólica para un observador entrenado. La presión arterial diastólica no es palpable y no se puede observar mediante métodos táctiles, ya que se produce entre los latidos del corazón.
Las ondas de presión generadas por el corazón en sístole mueven las paredes arteriales. El avance de la sangre se produce cuando los límites son flexibles y complacientes. Estas propiedades se forman lo suficiente como para crear una onda de presión palpable.
La frecuencia cardiaca puede ser mayor o menor que la frecuencia del pulso en función de la demanda fisiológica. En este caso, la frecuencia cardiaca se determina por auscultación o sonidos audibles en el ápex cardiaco, en cuyo caso no es el pulso. El déficit de pulso (diferencia entre los latidos del corazón y las pulsaciones en la periferia) se determina por palpación simultánea en la arteria radial y auscultación en el PMI, cerca del ápex cardíaco. Puede estar presente en caso de Extrasístole ventricular o fibrilación auricular.
La velocidad del pulso, los déficits de pulso y muchos más datos fisiológicos se visualizan de forma fácil y sencilla mediante el uso de uno o varios catéteres arteriales conectados a un transductor y un osciloscopio. Esta técnica invasiva se utiliza habitualmente en cuidados intensivos desde la década de 1970.
La frecuencia del pulso se observa y mide por medios táctiles o visuales en el exterior de una arteria y se registra como pulsaciones por minuto o PPM.
El pulso puede observarse además indirectamente bajo absorciones luminosas de longitudes de onda variables con relaciones matemáticas asignadas y reproducidas de forma económica. La captación aplicada de las variaciones de la señal luminosa del componente sanguíneo hemoglobina en condiciones de oxigenación frente a las de desoxigenación permite la tecnología de la pulsioximetría.
Cuantificación del pulso
El pulso se cuantifica manualmente con los dedos índice y medio. Cuando se palpa la arteria carótida, la femoral o la braquial se tiene que ser muy cuidadoso, ya que no hay una superficie sólida como tal para poder detectarlo. La técnica consiste en situar los dedos cerca de una arteria y presionar suavemente contra una estructura interna firme, normalmente un hueso, para poder sentir el pulso. Se deben usar los 2 dedos, el índice para ocluir el pasaje de la sangre desde proximal, el medio para ocluirlo del lado distal poniendo en evidencia con el medio que no haya una conexión anómala cúbito radial. Y además, no se debe aplicar mucha fuerza al tomarlo, ya que puede causar problemas circulatorios, cardíacos, y en algunos casos cerebrales. Sin embargo, esto también depende de que arteria se esté palpando.
Nota
El pulso no se debe cuantificar con el dedo pulgar. Las arterias que vienen del antebrazo (radial y cubital) se unen y forman el arco palmar; de este arco salen las ramas que van a irrigar las falanges (dedos de la mano). Cada falange tiene una arteria a cada lado pero el dedo pulgar solo tiene una arteria llamada "arteria principal del pulgar", la cual le pasa por su línea media. Si tomas el pulso con el pulgar, se puede confundir el que se quiere tomar con el propio pulso de esta falange.
Puntos de pulso comunes
- Pulso radial, situado en la cara anterior y lateral de las muñecas, entre el tendón del músculo flexor radial del carpo y la apófisis estiloide del radio (arteria radial).
- Pulso cubital o ulnar , en el lado de la muñeca más cercano al meñique (arteria ulnar).
- Pulso carotídeo, en el cuello (arteria carótida). La carótida debe palparse suavemente, ya que estimula sus barorreceptores con una palpación vigorosa puede provocar bradicardia severa o incluso detener el corazón en algunas personas sensibles. Además, las dos arterias carótidas de una persona no deben palparse simultáneamente, para evitar el riesgo de síncope o isquemia cerebral.
- Pulso braquial, entre el bíceps y el tríceps, en el lado medial de la cavidad del codo, usado frecuentemente en lugar del pulso carotídeo en infantes (arteria braquial).
- Pulso femoral, en el muslo (arteria femoral).
- Pulso poplíteo, bajo la rodilla en la fosa poplítea.
- Pulso dorsal del pie o pedio, en el empeine del pie (arteria dorsal del pie).
- Pulso tibial posterior, detrás del tobillo bajo el maléolo medial (arteria tibial posterior).
- Pulso temporal, situado sobre la sien directamente frente a la oreja.
- Pulso facial, situado en el borde inferior de la porción ascendente del maxilar inferior o mandíbula (arteria facial).
La facilidad para palpar el pulso viene determinada por la presión sanguínea del paciente. Si su presión sistólica está por debajo de 90 mmHg el pulso radial no será palpable. Por debajo de 80; mmHg no lo será el braquial. Por debajo de 60 mmHg el pulso femoral no será palpable. Dado que la presión sistólica raramente cae tan bajo, la falta de pulso carótido suele indicar la muerte. Sin embargo, se conoce de casos de pacientes con ciertas heridas, enfermedades u otros problemas médicos en los cuales estaban conscientes y carecían de pulso palpable.
Frecuencia cardíaca
Podemos decir que el pulso se define como la onda de sangre creada por la contracción del ventrículo izquierdo del corazón y es útil para estimar la frecuencia cardíaca. La frecuencia cardíaca normal es:
- Recién nacido: Frecuencia cardíaca media 130 con un intervalo de 80-180 x’
- 1 año: Frecuencia cardíaca media: 120 con un intervalo de 80-140x’
- 10 años: Frecuencia cardíaca media: 70 con un intervalo de 50-90x’
- Adolescentes: Frecuencia cardíaca media: 75 con un intervalo de 50-90x’
- Adultos: Frecuencia cardíaca media: 80 con un intervalo de 60-100x’
- Ancianos: Frecuencia cardíaca media: 70 con un intervalo de 60-100x’
Cuando la frecuencia cardíaca se encuentra fuera de los rangos normales tenemos:
- Taquicardia: para cantidad de pulsaciones mayores a los límites superiores (para cada caso) de los intervalos normales antes detallados.
- Bradicardia: para cantidad de pulsaciones menores a los límites inferiores (para cada caso) de los intervalos normales antes detallados.
Lo normal es que el tiempo entre pulso y pulso sea relativamente constante, si es irregular constituye una arritmia. La característica de la secuencia de las pulsaciones es denominada ritmicidad.
Actividad física y pulso
En un individuo el pulso puede variar durante el día, según las actividades que se encuentre realizando. Las pulsaciones aumentan cuando se produce una actividad física extenuante, esto es porque el cuerpo demanda un mayor consumo de energía, y la energía se produce sobre la base de los alimentos y el oxígeno, el corazón es el que transporta esto a través de las pulsaciones, y para transportarse a cada célula del cuerpo por la sangre, es necesario incrementar las pulsaciones; por el contrario, cuando la persona se encuentra en estado de reposo (durmiendo), la frecuencia puede disminuir considerablemente por debajo de los límites normales.
Historia
La frecuencia del pulso fue medida por primera vez por médicos y científicos de la antigua Grecia. La primera persona que midió los latidos del corazón fue Herófilo de Alejandría, Egipto (c. 335-280 a. C.), que diseñó un reloj de agua para medir el pulso.[2] Rumi ha mencionado en un poema que "El médico sabio medía el pulso del paciente y se daba cuenta de su estado". Esto demuestra que esta práctica era habitual en la época de Rumi y su ámbito geográfico.[3] La primera persona que midió con precisión el pulso fue Santorio Santorii, que inventó el pulsilogium, una forma de péndulo que más tarde estudió Galileo Galilei.[4] Un siglo después, otro médico, François Boissier de Sauvages de Lacroix, utilizó el pulsilogium para comprobar la función cardiaca.
Véase también
Referencias
- Temkin 165;BBC[a]
- Hajar, R. (2018). «The Pulse from Ancient to Modern Medicine». Heart Views 19 (3): 117-120. PMC 6448473. PMID 31007864. doi:10.4103/HEARTVIEWS.HEARTVIEWS_16_19.
- «Rumi poem on the afflicted patient».
- Bigotti, Fabrizio; Taylor, David (2017). «The Pulsilogium of Santorio: New Light on Technology and Measurement in Early Modern Medicine». Societate Si Politica 11 (2): 53-113. ISSN 1843-1348. PMC 6407692. PMID 30854144.