Radio Télévision Belge de la Communauté Française

La radiodifusión pública de Bélgica se puso en marcha en 1930 a través del «Instituto Nacional Belga de Radiodifusión», una empresa estatal que gestionaba dos emisoras de radio: una en neerlandés y otra en francés. Por otro lado, la televisión se puso en marcha en octubre de 1953 con un canal bilingüe.

En 1960, la radiodifusión pública se convirtió en una empresa independiente, «Radio y Televisión Belga» (BRT; Belgische Radio- en Televisieomroep), con dos centros de producción independientes —en neerlandés y francés— y otro para servicios comunes, así como una sede en el bulevar Auguste Reyers de Bruselas. Este sistema se mantuvo durante diecisiete años, hasta que la reforma federalista de 1970 condujo a la división de BRT en tres empresas públicas independientes, una por cada comunidad lingüística, a partir de 1977.

En lo que respecta a la radiodifusión francófona, el 12 de diciembre de 1977 se aprobó un decreto para modificar el nombre de la empresa por el de «Radio Televisión Belga de la Comunidad Francesa» (RTBF), que ha mantenido desde entonces. Durante los años 1980 el grupo se asoció con otras televisiones francófonas para crear el canal internacional TV5 Monde (1984) y fomentar las coproducciones entre Bélgica, Francia y Suiza. Además, RTBF impulsó en 1988 un segundo canal de televisión, Télé 21, dedicado a la emisión de cine y documentales. A partir de 1989 se aprobó la emisión de bloques publicitarios para financiar su actividad.

En julio de 1997 se modificaron los estatutos de RTBF para convertirla en una empresa pública autónoma con carácter cultural. Funcionaría bajo un contrato con la comunidad francófona, donde se fijan los derechos y objetivos de la empresa y que tendría una vigencia de cinco años.[2]

RTBF cambió toda su imagen corporativa y estructura de canales de televisión en 2004, con «La Une» como generalista y «La Deux» como opción alternativa. Tres años después estrenó su tercer canal «La Trois».

En 2019, con el lanzamiento de la radio digital, RTBF amplia su oferta radial con dos emisoras exclusivas para DAB, Viva + (éxitos clásicos) y Jam (música del mundo).

En 2020, en plena pandemia, el ente refuerza su programación en la radio y la televisión, incluyendo el lanzamiento de una nueva marca destinada a la generación Y, llamada Tipik, que reemplazó a La Deux en televisión y Pure FM en la radio.

Torre de telecomunicaciones de RTBF en Bruselas

RTBF es una empresa pública autónoma con carácter cultural desde la reforma de sus estatutos en 1997. Su misión y objetivos están fijados en los estatutos del grupo y en los acuerdos de gestión (de cinco años de vigencia) que firma con el gobierno de Valonia, donde se regulan las normas y condiciones para garantizar su soporte económico. La sede central está en el bulevar Auguste Reyers de Bruselas.[2]

Dentro de los puntos que figuran en los acuerdos de gestión, se establecen las siguientes obligaciones para la programación:[3]

1. Desarrollo de una información imparcial, objetiva e independiente del poder político y comercial.
2. Dotarse de instrumentos eficaces para asegurar la calidad de los servicios audioviduales, en particular de la información al ciudadano.
3. Conseguir que la programación de cobertura a las demandas de la sociedad civil, tales como la educación, la lucha contra la discriminación o la igualdad.
4. Vigilar el buen uso de la lengua francesa como instrumento cohesionador de la Región Valona.

El mayor órgano dentro de RTBF es el Consejo de Administración, donde todos sus miembros son elegidos por el parlamento de la Región Valona, proporcionalmente a la representación de los grupos políticos en el parlamento. Su mandato dura una legislatura. Esta junta se compone de trece miembros y dos comisarios del gobierno, que se encargan de velar por el respeto al interés general, las leyes, el equilibrio financiero y el cumplimiento del acuerdo de gestión.[4] El consejo designa un presidente y dos vicepresidentes, que junto al administrador general constituyen un comité permanente.[5]

El cargo más visible de la RTBF es el administrador general, encargado del desarrollo diario del grupo y apoyado por un equipo que incluye a los siete departamentos más importantes de la empresa.[5] Este cargo es designado directamente por el gobierno de la comunidad francófona. Por debajo se encuentra el comité de dirección.[4]

RTBF es miembro activo de la Unión Europea de Radiodifusión y participa en el canal internacional francófono TV5 Monde.

Los servicios de radio y televisión de RTBF están disponibles en radio y televisión digital solo para Valonia y Bruselas, pero pueden sintonizarse en toda Bélgica a través del cable y televisión por internet.

El 13 de diciembre del 2006, a las 20:21 horas, el primer canal de televisión de RTBF interrumpió su programación para emitir un boletín informativo falso en el que se anunciaba que Flandes había proclamado la independencia, disolviéndose el Estado belga. Antes de comenzar el experimento, llamado Bye Bye Belgium, apareció brevemente un texto sobre fondo negro que rezaba lo siguiente «Esto no es más que una ficción». Sin embargo, las líneas telefónicas de la RTBF habían recibido miles de llamadas y muchos medios de comunicación se hicieron eco de la noticia como si fuera real durante la media hora que duró el programa.[6] El presentador hizo una ronda de conexiones en directo con los periodistas de la cadena, que informaban desde el lugar de la noticia de las reacciones desde el Parlamento flamenco o el valón, e incluso anunció que el rey Alberto II había huido para exiliarse en el Congo.[6]

Tras el programa se generó una gran polémica.[6] El primer ministro belga, Guy Verhofstadt, lo calificó de «mal gusto» e irresponsable,[7] mientras que los políticos de la Región Flamenca lamentaron que RTBF «caricaturizara» sus aspiraciones y pidieron la dimisión de los responsables de la empresa. Además se generó un debate sobre la confianza de los medios de comunicación. El presidente de RTBF, Jean-Paul Philippot, afirmó que se hizo para comprobar la capacidad de confianza en los medios de los belgas y observar si la población contrastaba las informaciones. Además, se negó a dimitr y pudo mantenerse en el cargo.[6]

Durante todo el reportaje se hace énfasis de forma indirecta en la posibilidad de un montaje, especialmente en el uso remarcado de la palabra «ficción» por parte de varios reporteros con frases como «puede parecerlo, pero aseguramos que no es "ficción"».[6]

• Sitio web oficial de RTBF (en francés)
• Radios digitales de la RTBF (en francés)