Rafael Pérez de Guzmán
Rafael Pérez de Guzmán fue un militar y torero español, nacido el 16 de noviembre de 1803 en Córdoba y fallecido el 14 de abril de 1838 al hacer frente a los bandoleros que asaltaron la diligencia en la que viajaba en dirección a Madrid por los campos de La Mancha, cerca de La Guardia.
Rafael Pérez de Guzmán | ||
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Rafael Pérez de Guzmán, litografía de Vicente Urrabieta. Ilustración de la Historia del toreo y de las principales ganaderías de España de F. G. de Bedoya, Madrid, 1850. Biblioteca Nacional de España. | ||
Información personal | ||
Nacimiento |
16 de noviembre de 1803 Córdoba | |
Fallecimiento |
14 de abril de 1838 En el camino, cerca de La Guardia | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Torero | |
Alternativa |
1831, Madrid. Padrino: Manuel Romero Carreto | |
Hijo de Enrique Pérez de Guzmán y de Dolores Fernández de Córdoba, condes de Villamanrique de Tajo,[1] su breve carrera taurina y de escasa significación artística, habría representado junto con Luis Mazzantini y El Salamanquino, en razón del rancio abolengo familiar, una especie de alternativa aristocrática al tradicional plebeyismo del toreo a pie.[2] Se inició en el mundo del toreo, contra el parecer paterno y siendo ya militar, con destino en Madrid, al ser apartado temporalmente del servicio por los avatares políticos del momento. Destinado luego en Sevilla asistió a las clases de Pedro Romero y Jerónimo José Cándido en la escuela taurina, antes de abandonar definitivamente el ejército.[3]
Se presentó en Aranjuez el 29 de mayo de 1831 con Roque Miranda y Francisco Montes, Paquiro, que le cedió la muerte de su primer toro, y recibió la alternativa el 13 de junio del mismo año de manos de Manuel Romero Carreto,[3] aunque sobre ello –de lo que nada dice José María de Cossío–,[2] hay diferentes interpretaciones. Sin llegar nunca a brillar, alcanzó cierta fama tanto por sus maneras aristocráticas como por su temeridad ante los toros.[3] De él dice Bedoya que era «matador de mucho valor aunque de bastantes medias estocadas, siempre bien dirigidas»,[4] y Benito Pérez Galdós lo recuerda elogiosamente al comienzo del capítulo XVI del segundo libro de la tercera serie de los Episodios nacionales, el titulado Mendizábal, editado en 1898:
Acompañado de su amigo y mentor D. Pedro Hillo, fue Calpena a las últimas funciones de Toros, y a la apertura de los Estamentos, que se efectuó a mitad de Noviembre con la solemnidad de costumbre, asistiendo la Reina Gobernadora. En la Plaza admiraron la pericia del afamado matador Francisco Montes, y el arrojo y gallardía de D. Rafael Pérez de Guzmán, oficial del Ejército, de la noble casa de Villamanrique, que había cambiado los laureles militares por las palmas toreras, y la espada por el estoque. Tomó la alternativa en Madrid en Junio del 31, y desde entonces fue la más grande notabilidad del arte en aquella década, después del maestro Montes. Con estos compartía el favor del público Roque Miranda, muy inferior a Montes y a D. Rafael en la suerte de matar, pero gran banderillero, capaz de poner pares en los cuernos de la luna.
El 14 de abril de 1838 cuando se dirigía a Madrid para torear por segunda vez con Paquiro la diligencia en la que viajaba fue atacada por los bandidos y al bajar del carruaje dispuesto a repeler el ataque, recibió un balazo que le causó la muerte.
Referencias
- Bedoya, p. 301.
- Baratay y Hardouin-Fugier, pp. 30-31
- Bérard, p. 740.
- Bedoya, p. 304.
Bibliografía
- Baratay, Éric y Hardouin-Fugier, Élisabeth, La Corrida, Paris, PUF, 1995, ISBN 2130468829
- Bedoya, Historia del toreo y de las principales ganaderías de España, Madrid, 1850
- Bérard, Robert (dir.), Histoire et dictionnaire de la Tauromachie, París, Bouquins Laffont, 2003, ISBN 2221092465