Ramón Quadreny

Ramón Quadreny Orellana (Barcelona, 1892-1961) fue un actor, director y guionista español, casado con la actriz María Fortuny y padre de la también actriz María Quadreny (que intervino en varias de las películas de su padre) y del montador de cine Ramón Quadreny Fortuny.

Ramón Quadreny
Información personal
Nacimiento 5 de abril de 1892
Barcelona (España)
Fallecimiento 1961
Barcelona (España)
Nacionalidad Española
Información profesional
Ocupación Actor, director de cine y guionista
Años activo desde 1914

Biografía

Cursó estudios de Peritaje Químico, actividad a la que nunca se dedicó. Su carrera artística la comenzó como actor de teatro, llegando a formar parte de las compañías de Enric Borràs y Margarita Xirgú, dos de las figuras más representativas del teatro catalán de principios de siglo, así como de la compañía de Ricardo Calvo. En los años veinte tendrá compañía propia junto con su esposa María Fortuny.

Desde 1915 comienza a actuar también en películas de cine mudo en la productora Studio Films, a las órdenes de realizadores importantes del momento como Godofredo Mateldi (Redención, 1915), o Joan María Codina y Joan Solà Mestres que primero lo dirigen haciendo de protagonista en Codicia (1918), junto a la estrella de la productora Lolita París, y después en otra producción posterior titulada El botón de fuego (1919).

Para Royal Films, la productora de Ricardo de Baños (otro importante cineasta de la época), rueda Juan José (1917), Los arlequines de seda y oro (1919), serial en el que debuta como actriz de cine Raquel Meller, y Don Juan Tenorio (1922), donde interpreta el papel de Ciuti. Todas estas obras fueron dirigidas por el propio Ricardo de Baños, con su hermano Ramón de Baños en sus funciones habituales de operador de cámara.

Más tarde la aparición del cine sonoro le lleva a dedicarse al doblaje de películas, pero ya en 1937 debuta como director de cine con el cortometraje documental En la brecha financiado por el SIE Films (Sindicato de la Industria del Espectáculo), productora/distribuidora controlada desde la CNT durante la Guerra Civil española.

Después de 1939 decide abandonar por completo el teatro y dedicarse exclusivamente al cine en las distintas facetas de director, guionista y actor.

En 1940 dirige su primer largometraje, La alegría de la huerta, adaptación propia de la zarzuela de Enrique García Álvarez y Antonio Paso. Durante los seis años siguientes realizará otras siete películas más. Casi todas son comedias, no especialmente de altos vuelos, aunque a veces con cierto trasfondo crítico muy soterrado. Suelen estar adaptadas a partir de novelas u obras de teatro célebres en la época y casi todas están protagonizadas por la actriz Josita Hernán. Sólo realizó un melodrama, Sangre en la nieve (1942), protagonizado por Alfonsina Saavedra, Fernando Fernández de Córdoba, Marta Grau y Raúl Cancio, el cual nunca ha sido muy bien valorado por la crítica cinematográfica.

Muñequita (1940) es la adaptación de una novela rosa de Rafael Pérez y Pérez, en la que una princesa se enamora de un marinero que al final resulta ser también heredero de un principado. Intervienen Josita Hernán y su pareja habitual en muchos otros films de aquella época Rafael Durán.

Durante 1943 dirigió el rodaje de tres producciones para CIFESA. En dos de ellas el dúo protagonista lo componen Josita Hernán y Luis Prendes, a los que se une el por entonces galán cómico Fernando Fernán Gómez.

En Mi enemigo y yo, sobre la novela de Luisa María Linares y con guion de Ramón Quadreny y Aureliano Campa (productor de la película asociado a CIFESA), se narra la historia de dos hermanas retiradas del bullicio de la ciudad, Isabel (Josita Hernán) y Beatriz (Leonor Fábregas), que reciben a un escritor (Luis Prendes) del que ambas se enamoran.

El 6 de diciembre de 1943 se estrena La chica del gato basada en la obra del mismo título de Carlos Arniches y adaptada también por Quadreny y Campa. Este proyecto ya había intentado desarrollarlo CIFESA desde tiempo atrás y es probablemente el mayor éxito de Quadreny como director. En la película se comienza describiendo el paisaje de un barrio marginal de Madrid, con sus calles sucias, las casas destartaladas y unos vecinos que se dedican casi en pleno a todo tipo de actividades delictivas, lo cual les lleva a permanecer siempre alerta ante la aparición de cualquier individuo sospechoso de pertenecer a la policía. En medio de este ambiente vive Guadalupe (Josita Hernán), una chica huérfana, ingenua y encariñada con su gato, a la que maltratan sus crueles cuidadores, Eulalio (Luis Pérez de León) y Eufrasia (Ana María Quijada). Estos además pretenden obligarla a seguir sus mismos hábitos criminales, para lo cual la instruyen en la perpetración del robo de pequeños objetos de valor en casas de personas adineradas, opción a la que la protagonista se opone en un principio pero que después no tiene más remedio que tomar cuando se ve agobiada por el hambre. De esta manera se traslada al espectador a un ambiente completamente opuesto al descrito al inicio de la historia, ahora lleno de lujo y de riqueza, en el que se aprovecha para presentar una amable sátira de las clases sociales altas a las que se representa con personajes caprichosos (como doña Chucha, interpretada por Fuensanta Lorente) o llenos de egoísmo y deseo (como Don Sigmundo, creación muy cómica de Juan Espantaleón).

Por último, Una chica de opereta es la adaptación de una novela publicada en 1935 por Concha Linares Becerra titulada Opereta. Además de los actores Josita Hernán, Luis Prendes y Fernando Fernán Gómez ya mencionados más arriba, colaboran José Isbert o Lily Vicenti, especializada en la interpretación de personajes antagónicos a los de las bondadosas protagonistas del cine de la época. La historia empieza narrando la trágica situación de un empleado en una tienda de música (Juan Moreno Rigó) que, acuciado por las deudas, no sabe como hacerse cargo del tratamiento de una de sus hijas afectada por una grave enfermedad (Rosita Valero). Impulsado por su otra hija, Silvia (Josita Hernán), se decide a vender al dueño de la tienda en la que trabaja (Luis Pérez de León) una serie de piezas musicales que ha compuesto. Dicho empleador se las compra a cambio de que no figure en ellas su autoría, solución que no acaba de sacar de apuros a la familia. Sin embargo, durante el transcurrir de estas vicisitudes, Silvia conoce al cantante Armando d’Olvés (Luis Prendes) y a partir de aquí empiezan a encadenarse varias situaciones cómicas que van dando poco a poco un vuelco total al tono de la película. Pudiera interpretarse que, al principio de la trama, Quadreny pretende hacer una exposición crítica sobre la desprotección vivida por un trabajador en apuros que está sometido a la avaricia de su despiadado empleador, pero lo cierto es que este asunto acaba quedando marginado totalmente durante el desarrollo de un film que después del primer tercio su metraje incluye cada vez más escenas musicales y de humor.

Ya el 25 de abril de 1945 se estrena Ángela es así, también sobre una obra de Carlos Arniches y Joaquín Abati titulada Ana María. Una vez más aparecen acreditados como guionistas Quadreny y Campa. Esta historia cuenta como una chica interna en un colegio extranjero, Ángela (Josita Hernán), consigue mediante un ardid el permiso para pasar sus vacaciones de Navidad en casa de Gonzalo, su tío solterón (Fernando Fernández de Córdoba). En esta película hace uno de sus primeros papeles el actor Jorge Mistral.

La última película de Ramón Quadreny también se basa en una obra de teatro, en este caso de los autores Manuel Vela y Carlos Sierra. Lleva como título Eres un caso. La produjo Producciones Campa y fue estrenada en 1946. El protagonista es Inocencio (Fernando Fernán Gómez), un tímido dependiente que trabaja en el comercio de su tío don Florencio (Modesto Cid). Incitado por Fernando (Gerardo Esteban), un amigo suyo estudiante de medicina, Inocencio llega un día borracho a casa. Allí recibe las recriminaciones de don Florencio quien además le dice que para sentar la cabeza deberá casarse con su prima Elvira (Mercedes Mozart).

Como puede verse, la mayor parte del cine de Ramón Quadreny, aunque a veces partía de situaciones crueles o dramáticas que daban juego para el desarrollo de argumentos más complejos, no parecía guiado por grandes pretensiones. Al igual que otras películas de comedia de la época, las comedias de teléfonos blancos, el interés estaba en guiar al espectador, mediante tramas más o menos ingeniosas, hasta ambientes opulentos y bastante irreales donde pudiera evadirse de su realidad cotidiana durante los difíciles años de postguerra.

Algunas de las películas descritas han sido comercializadas no hace demasiados años en vídeo y muchas han sido emitidas por televisión.

Tras su actividad como director Quadreny aún seguirá ligado al mundo del cine como actor, e interpretará algunos papeles no muy destacados en películas posteriores tales como El señor Esteve (Edgar Neville, 1948), Camino cortado (Ignacio Farrés Iquino), o Sucedió en mi aldea (Antonio Santillán, 1954). Su última y breve aparición cinematográfica la hará en Julia y el celacanto de Antonio Momplet (1961).

Filmografía como director

1937 - En la brecha

1940 - La alegría de la huerta

1941 - El trece mil.

1942 - Sangre en la nieve.

1943 - Mi enemigo y yo.

1943 - La chica del gato

1944 - Una chica de opereta.

1945 - Ángela es así.

Referencias

- Diccionario del cine español de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, dirigido por José Luis Borau. Alianza Editorial. Madrid, 1998. (en especial artículo escrito por Casimiro Torreiro Gómez)

- Catálogo del cine español. Películas de ficción 1941-1950. Cátedra/Filmoteca Española. Madrid. 1998.

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