Ramiro Ledesma

Ramiro Ledesma Ramos (Alfaraz de Sayago, 23 de mayo de 1905-Aravaca, 29 de octubre de 1936) fue un ensayista, filósofo y político jonsista español. Director de La Conquista del Estado, fue una figura clave en la articulación intelectual del fascismo español.[1]

Ramiro Ledesma

Retrato de Ramiro Ledesma hacia 1930.
Información personal
Nacimiento 23 de mayo de 1905
Alfaraz de Sayago (España)
Fallecimiento 29 de octubre de 1936 (31 años)
Aravaca (España)
Causa de muerte Ejecución por arma de fuego
Nacionalidad Española
Información profesional
Ocupación Ensayista, político, escritor, filósofo y funcionario
Empleador Correos y Telégrafos
Partido político JONS (1931-1934)
FE de las JONS (1934-1935)
Firma

Aliado con Onésimo Redondo, ambos fundarían en 1931 las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), que se fusionaron en 1934 con la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera y Julio Ruiz de Alda para dar lugar a Falange Española de las JONS (FE de las JONS). Enfrentado con Primo de Rivera, fue expulsado de la organización en 1935, volviendo, tras fracasar en la reactivación de las antiguas JONS, a dedicarse a la actividad intelectual. Después del inicio de la Guerra Civil, que le sorprendió en el Madrid leal a la Segunda República, fue secuestrado por milicianos y finalmente asesinado.

Biografía

Orígenes y años de formación

Nació el 23 de mayo de 1905 en Alfaraz de Sayago,[2] una pequeña localidad de la provincia de Zamora que apenas rondaba los quinientos habitantes. A los pocos años se trasladó con su familia a Torrefrades, donde su padre ejercía la profesión de maestro.

Ingresó muy joven en el cuerpo de Correos y Telégrafos, y después de varios destinos recaló en Madrid, donde terminó el bachillerato. Frecuentó el Ateneo y consiguió darse una amplia y sólida cultura, en buena medida autodidacta. En 1926 se matriculó en la Facultad de Ciencias y en la de Filosofía de la Universidad de Madrid, en la que coincidió con docentes como José Ortega y Gasset, Julián Besteiro, Xavier Zubiri, Manuel García Morente, Manuel B. Cossío y Fernando de los Ríos, mostrando Ledesma particular predilección por el primero, de quien se acabó convirtiendo en uno de sus más asiduos seguidores.[3] Profundizó en el estudio del filósofo Martin Heidegger y colaboró, desde muy joven, en La Gaceta Literaria, revista cultural fundada y dirigida por Ernesto Giménez Caballero,[4] donde se expresaba la generación del 27, en la que a partir de 1929-1930 empezarían a cobrar eco —por influencia de su director— posiciones de inspiración fascista.[5]

En 1929 su colaboración alcanzaba la más selecta de las publicaciones culturales españolas: la Revista de Occidente, fundada y dirigida por Ortega. Sufría de un defecto en la pronunciación de la erre que limitó su potencial como orador y del cual se mofaría en última instancia José Antonio Primo de Rivera.[6]

Participación política

A la altura de 1930, después de acumular una cantidad ingente de lecturas filosóficas (de autores españoles, alemanes, franceses e italianos), «el nuevo concepto más importante para él fue el Angst heideggeriano», en opinión de Payne. «La angustia y la amenaza de la nada —concluye el historiador estadounidense— sólo podían ser superadas por la voluntad y el logro, por una acción que se fuese convirtiendo cada vez más en acción directa».[7]

Articuló las bases del nacionalsindicalismo en España, doctrina de «tercera posición» partidaria de la planificación económica calificada como sindicalismo nacional o fascismo a la española.

Para su difusión, de marzo a octubre de 1931 se sirvió de los veintitrés números del semanario La Conquista del Estado —reflejo del periódico italiano La conquista dello Stato, dirigido por Curzio Malaparte— en la que «propugnaba una política parecida a la de los nazis».[8] Tras la creación de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista) y ya como aliado de Onésimo Redondo, Ledesma Ramos comenzó un acercamiento a Falange Española, que le condujo al triunvirato, por fusión de ambas formaciones políticas, de FE de las JONS junto a Julio Ruiz de Alda y José Antonio Primo de Rivera en febrero de 1934. La unificación entre dichas organizaciones surgió de la iniciativa del propio Ledesma Ramos, asistente al acto fundacional de Falange Española.[9]

Salida de FE de las JONS

Sin embargo, Ledesma Ramos se apartó de la formación en enero de 1935, interpretándose su salida desde los antiguos jonsistas como fruto de su disconformidad con la evolución de FE de las JONS, próxima al reformismo burgués y alejado de la vía revolucionaria proletaria que decían defender sus partidarios. «La literatura falangista, al interpretar estas querellas, dio énfasis a las diferencias teóricas y políticas; pero fundamentalmente fueron el resultado de las ambiciones personales de ambos lados».[10] En cualquier caso, tras su salida llevó a cabo un intento fallido de reactivación de las JONS como grupo independiente y se mantuvo claramente alejado de la Falange, pese a que presentaría de nuevo su ayuda a título personal a José Antonio Primo de Rivera en 1936. En 1935 había publicado el libro ¿Fascismo en España? (con el seudónimo de «Roberto Lanzas»), que incluía fuertes descalificaciones contra Primo de Rivera y la Falange. De 1935 es también su Discurso a las juventudes de España, que puede considerarse como la obra doctrinal más consistente del fascismo español.

Guerra civil española

Nada más producirse el abandono de Falange, el 16 de febrero de 1935 editó el primer número del semanario La Patria Libre (del que solo salieron siete números, el último el 30 de marzo de 1935). Y una semana antes de la sublevación militar, el 11 de julio de 1936, publicó el primer y único número de la revista Nuestra Revolución, donde pedía a sus lectores «apoyos, adhesiones, hombros que se junten con los nuestros para llevar al triunfo la bandera social, nacional y revolucionaria que hoy necesitan de modo urgente los españoles».[11]

Pocos días después del golpe militar contra la República que al fracasar daría paso a la guerra civil española, fue detenido en la calle de Santa Juliana, en el barrio de Bellas Vistas de Madrid, cerca de su domicilio, e internado en la prisión de Ventas. De allí fue «sacado», junto a otros presos, entre los que se encontraba el destacado escritor Ramiro de Maeztu y el jefe de la Falange Española de Villaverde Albino Hernández Lázaro,[12] para ser asesinado por fusilamiento en las tapias del cementerio de Aravaca el 29 de octubre de 1936.[13]

Pensamiento

Se ha señalado la influencia en su ideología de Nietzsche, además de autores como Fichte, Hegel, Heidegger, Unamuno, Ortega y Gasset,[14] Giovanni Gentile,[15] Georges Sorel, Valois,[16] Joaquín Costa,[17] Oswald Spengler y Nicolai Hartmann.[18] Fue admirador del nacionalsocialismo y de Adolf Hitler, hasta el punto de imitar el peinado de este último.[19] De acuerdo con Stanley G. Payne, fue «el primer intelectual que definió un fascismo español relativamente claro y preciso».[20] Su mensaje era accidentalista en la cuestión de la forma de Estado.[21] Ledesma, que despreciaba a José María Albiñana —al que adscribió una «gesticulación reaccionaria»—,[22] fue calificado en 2004 por el escritor falangista Gustavo Morales como «el más claro engarce con el fascismo original».[23] Llegó a plantear la posibilidad de articular una alianza con la CNT frente al marxismo —proposición calificada como «ilusión sin porvenir» por Ferran Gallego—.[24]

Para Ledesma, se había acabado el tiempo del terrorismo secreto y se abría una nueva etapa en la que serían milicias uniformadas y perfectamente disciplinadas las que ejerciesen la violencia que sus objetivos políticos precisaban[25] al estilo de los camisas negras italianas o los camisas pardas de Hitler. Aunque Ramiro Ledesma jugó en ocasiones a la confusión y llegó a publicar «A Ramiro Ledesma y a sus camaradas —escribió con el seudónimo de Roberto Lanzas en ¿Fascismo en España?— les van mejor las camisas rojas de Garibaldi que las negras de Mussolini».

La violencia de estos grupos, especialmente contra grupos de izquierda, no tardó en ser frecuente. Un fuerte antiliberalismo y antimarxismo (incluyendo en este a todas las corrientes obreristas) inundaba su propaganda, así como un rechazo al sistema parlamentario y democrático. Aunque en La Conquista del Estado exigía la extirpación del marxismo por ser «materialista, antiespañol y subversivo», daba la bienvenida a todos los regímenes revolucionarios del extranjero, incluyendo la Unión Soviética, e incluso declaró que prefería un sistema económico de tipo soviético en España siempre que este fuera puramente español antes que del dominio de la «burguesía extranjera».

El número 4 de la publicación (4 de abril) pedía la inmediata revocación de todas las concesiones al capital extranjero. Esa edición fue retirada por la policía, pues en el número anterior se había insistido en la intención del grupo de «imponer violentamente su política». En el número del 4 de junio, la misma publicación sostenía:[26]

¡Viva el mundo nuevo del siglo XX!
¡Viva la Italia fascista!
¡Viva la Rusia soviética!
¡Viva la Alemania de Hitler!
¡Viva la España que haremos!
¡Abajo las democracias burguesas y parlamentarias!

Tras su salida de FE de las JONS, Ledesma llegó a esbozar en Discurso a las juventudes de España (1935) un proyecto imperial que consideraba imprescindible para la realización nacional plena, detallando una serie de reivindicaciones, que, comenzando por «recuperar» Gibraltar, pasaría por la unión con el «gran pueblo portugués», abriéndose como marco de expansión una línea norteafricana «desde el Atlántico a Túnez» con «muchas ilusiones» enterradas y «mucha sangre española», apostando también por la profundización de vínculos «con todo el gran bloque hispano de nuestra América».[27]

Fundamentalmente agnóstico, no se muestra en sus escritos una inquietud de signo religioso marcada y llegó a mofarse de la religiosidad de Redondo.[28] Con todo, su agnosticismo entraría en crisis, al parecer, poco antes de su asesinato.[1]

Bibliografía de Ledesma

  • El sello de la muerte (Novela), Prólogo de A. Vidal y Planas, Madrid, Ed. Reus, 1924.
  • El Quijote y nuestro tiempo (Ensayo), Prólogo de Tomás Borrás, Madrid, Ed. Vassallo de Mumbert, 1971. (Edición póstuma; texto inédito desde 1924).
  • Escritos filosóficos. Estudio preliminar de Santiago Montero Díaz, Madrid, 1941. Reedición: La filosofía, disciplina imperial, Madrid, Tecnos, 1983.
  • Discurso a las juventudes de España, Madrid, Ediciones «La Conquista del Estado», 1935. 8.ª edición, con Estudio preliminar de Pedro Carlos González Cuevas, Madrid, Biblioteca Nueva, 2003.
  • ¿Fascismo en España?, Madrid, Publicaciones «La Conquista del Estado», 1935 (con el seudónimo Roberto Lanzas).
  • Escritos políticos - JONS, 1933-1934, Madrid, Edición de Trinidad Ledesma Ramos, 1985, 275 págs.
  • Escritos políticos. LA CONQUISTA DEL ESTADO, 1931, Madrid, Edición de Trinidad Ledesma Ramos, 1986, 329 págs.
  • ¿Fascismo en España? LA PATRIA LIBRE, NUESTRA REVOLUCIÓN, Madrid, Edición de Trinidad Ledesma Ramos, 1988, 315 págs.
  • Obras completas, Madrid/Barcelona, Fundación Ramiro Ledesma - Círculo Cultural «La Conquista del Estado», 2004, 4 vols.
  • Ramiro Ledesma Ramos. Antología falangista I, Selección, introducción, notas e índices de Pedro José Grande Sánchez, SND Editores, 2021, 894 págs.

Bibliografía sobre Ledesma

  • Borrás, Tomás: Ramiro Ledesma Ramos, Madrid, Editora Nacional, 1971, 791 págs.
  • Casali, Luciano: Società di massa, giovanni, rivoluzioni. Il fascismo di Ramiro Ledesma Ramos, Bolonia, CLUEB, 2003, 253 págs.
  • Cuadrado Costa, José: Ramiro Ledesma Ramos. Un romanticismo de acero, Madrid, Ed. Barbarroja, 1990, 111 págs.
  • Gallego, Ferran: Ramiro Ledesma Ramos y el fascismo español, Madrid, Síntesis, 2005, 431 págs.
  • Gallego, Ferran: «La realidad y el deseo. Ramiro Ledesma en la genealogía del franquismo», en Ferran Gallego y Francisco Morente (eds.), Fascismo en España. Ensayos sobre los orígenes sociales y culturales del franquismo, Barcelona, El Viejo Topo, 2005, págs. 253-447.
  • González Cuevas, Pedro Carlos: «Ledesma Ramos o el imposible fascismo español», Introducción a Ramiro Ledesma Ramos, Discurso a las juventudes de España, Madrid, Biblioteca Nueva, 2003, págs. 11-38.
  • Sánchez Diana, José María: Ramiro Ledesma Ramos. Biografía política. Madrid, Editora Nacional, 1975, 352 págs.
  • Soto Carrasco, David: La conquista del estado liberal: Ramiro Ledesma Ramos, Valencia, Kyrios, 2013, 340 págs.

Notas

  1. Simancas Tejedor y Moraleja, 2001, p. 252.
  2. Jiménez Cortacans, 2013, pp. 56-57.
  3. Soto Carrasco, 2011, pp. 83-84.
  4. Tusell, 1999, p. 82. «Giménez Caballero, su editor, admirador entusiasta de Mussolini, fue un representante característico del vanguardismo literario y del fascismo español».
  5. Selva, 2000, pp. 156-163, para la evolución que se produce en Ledesma —a la sombra en buena medida de Giménez Caballero— desde su lugar como comentarista filosófico y científico de La Gaceta Literaria hasta el lanzamiento de La Conquista del Estado.
  6. Preston, 2002, p. 223.
  7. Payne, 1997, p. 136.
  8. Thomas, 1976, p. 134.
  9. Tusell, 1999, p. 82.
  10. Jackson, 1979, p. 169.
  11. «A los lectores de NUESTRA REVOLUCIÓN», Nuestra Revolución, núm. 1, 11 de julio de 1936.
  12. «In memoriam Archivado el 17 de noviembre de 2018 en Wayback Machine.», ABC, 10 de agosto de 1939. Consultado el 19 de agosto de 2014.
  13. Anónimo, «Ramiro Ledesma Ramos (1905–1936)». Consultado el 17 de abril de 2007. Otras fuentes —como la citada en la nota anterior— sitúan su muerte en la madrugada del 1 de noviembre.
  14. Simancas Tejedor y Moraleja, 2001, pp. 248, 252 y 255.
  15. González Cuevas, 2001, p. 130.
  16. Perfecto García, 2012, p. 85.
  17. Saz, 1986, p. 188.
  18. Núñez Seixas, 2015, pp. 42-43.
  19. Thomas, 1976, p. 134. «Ledesma llevó su admiración a Hitler hasta el extremo de copiar el mechón de pelo que le caía sobre la frente»;Simancas Tejedor y Moraleja, 2001, p. 258. «durante un tiempo a Ledesma le gustaba ir peinado como Hitler»;Payne, 1995, p. 258 «He temporarily affected a hitlerian hairstyle»;Thomas, 1966, p. 177. «Clearly affected as he was by Hitler (whom he tried to copy physically)...»
  20. Payne, 1997, p. 135.
  21. Sesma Landrin, 2012, p. 62.
  22. Gil Pecharromán, 2013, p. 143.
  23. Morales, 2004, p. 10.
  24. Gallego, 2005b, p. 268.
  25. Gallego, 2005a, p. 167.
  26. Payne, 1997, p. 140.
  27. Parra Montserrat, 2012, pp. 97-98.
  28. Simancas Tejedor y Moraleja, 2001, pp. 247-252.

Referencias bibliográficas

Enlaces externos

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