Reinaldo III de Este

Nació en el Palacio Ducal de Módena, era el único hijo del tercer matrimonio de Francisco I de Este, duque de Módena. Su madre era Lucrecia Barberini,[1] hija de Taddeo Barberini y Ana Colonna.

Reinaldo, de constitución débil y enferma, fue destinado a la carrera eclesiástica. Estudioso fiel, fue enviado a estudiar ciencia y filosofía en la Universidad de Módena.

El papa Inocencio XI lo creó cardenal diácono en el consistorio del 2 de septiembre de 1686, de momento el Papa había concedido una dispensa especial por no haber recibido todavía las órdenes menores en el momento de su ascenso a cardenal, agravado por el hecho de tener un tío en el Sacro Colegio de Cardenales. El 20 de diciembre de 1688 recibió la púrpura cardenalicia y el título diaconal de Santa María della Scala. Participó en el cónclave de 1689 que eligió el Papa Alejandro VIII y de nuevo en la de 1691 que eligió el Papa Inocencio XII.

Cardenal Reinaldo de Este.

La situación en el ducado de la familia Este, mientras tanto, se convirtió en tragedia, ya que estaba claro que su sobrino Francisco II había muerto sin herederos y, como tal, el 21 de marzo de 1695 el papa Inocencio XII aceptó su renuncia a la carrera eclesiástica que le permite la suceder el trono de la familia para preservar el linaje de Este en el trono de Módena.

Ascendió al trono poco después de su renuncia, tras la muerte de Francisco II, obtuvo el gobierno del ducado de Módena y tuvo todo el poder, pero se mantuvo la necesidad casi inmediata de encontrar una esposa para el nuevo duque, una necesidad que dada su carrera eclesiástica nunca había supuesto.

Así fue que Reinaldo se casó con la princesa Carlota de Brunswick-Luneburgo (1671-1710), la hija mayor del duque Juan Federico de Brunswick-Luneburgo y Benedicta Enriqueta del Palatinado, prima del rey Jorge I de Gran Bretaña, emparentando así con la mayor parte de los principados de Alemania.

Reinaldo se casó con Carlota en Módena el 11 de febrero de 1696.[2] Reinaldo quería fomentar las relaciones entre Módena y Brunswick, cuya casa reinante era la casa de Hannover. El matrimonio se celebró espléndidamente, a pesar de los problemas financieros en Módena, el artista Marcantonio Franceschini fue comisionado para pintar una habitación, el Salone d'onore en el palacio ducal en honor del matrimonio.

En 1699 su cuñada Guillermina Amalia de Brunswick-Luneburgo, se casó en Módena, con el hijo del emperador Leopoldo I de Habsburgo, José (1678 - 1711), quien se convirtió en emperador, a su vez, Reinaldo emparentaba incluso con los Habsburgo.

Carlota murió en el Palacio Ducal de Módena después de dar a luz a una hija en septiembre de 1710. La niña también murió. Fue enterrada en la iglesia de San Vincenzo en Módena.

Para tratar de aliviar las condiciones de la gente común, que la crisis económica había ido, literalmente matando de hambre,controló de cerca el mercado de granos, arrestando incluso a algunos nobles que practicaban el agiotaje, y el precio se redujo significativamente. Continuaron los acuartelamientos alemanes, pero impuso, para su mantenimiento, impuesto a los propietarios de tierras, a la que fue sometido el mismo, y así mejorar las condiciones de vida de los campesinos.

La muerte de Carlos II de España desencadenó la Guerra de Sucesión Española (1702), que una vez más trajo dolor y miseria a Italia. Reinaldo intentó salir adelante lo mejor que pudo, declarándose nominalmente neutral, pero el 1 de agosto de 1702, los franceses vienen de Reggio a Módena, donde los alemanes se vieron obligados a huir, y Reinaldo tuvo que huir a Bolonia.

En febrero de 1707, después de un largo asedio en el que Reinaldo participó, las tropas alemanas expulsaron a los franceses de su capital. En el tratado de paz resultante, Reinaldo adquirió el ducado de Mirandola y el marquesado de Concordia, pero no consiguió recuperar Comacchio, en poder de los Estados Pontificios desde 1598. En 1721, intentó establecer una relación más amigable con Francia al casar a su hijo Francisco con Carlota Aglaé de Orleans, hija del duque Felipe II de Orleans, regente de Francia durante la infancia del rey Luis XV. Carlota Aglaé recibió una gran dote, 1,8 millones de libras, la mitad de la misma fue aportada en el nombre del joven rey Luis XV, por orden del Regente. Desde su país de adopción, Carlota Aglaé recibió un ajuar compuesto por diamantes y retratos de su futuro esposo. Sin embargo, el matrimonio de su hijo era una fuente de interminables problemas y preocupaciones para Reinaldo: su nuera era de lo más caprichosa y licenciosa que se pueda imaginar.

Con el fin de mantener la paz en la corte, Reinaldo tuvo que construir para ellos una residencia separada en Rivalta, en Reggio Emilia, en lugar de tenerlos en el Palacio Ducal.

Las finanzas ducales nunca se recuperaron del desembolso de 200.000 dobles: la lira modenense y la libra reggiana se debilitaron, mientras que creció el desorden monetario debido a la emisión de monedas devaluadas. A estos problemas se añadieron los enormes gastos para la construcción de la villa en Rivalta, donde luego pasó a residir su hijo Francisco con su esposa Carlota, un complejo que, de acuerdo a sus contemporáneos, competía por ostentación con Versalles.

También un fracaso fue un intento de obtener el Ducado de Parma a través del matrimonio de su hija, Enriqueta, con Antonio Farnesio, duque de Parma. Cuando el duque murió sin un heredero, Isabel de Farnesio, la reina de España, adquirió el ducado para su hijo, Carlos III de España, miembro de la Casa de Borbón.

En 1733 la Guerra de Sucesión polaca comenzó. Reinaldo, aunque nominalmente neutral, secretamente se alió con Austria. Una vez más las tropas francesas le obligaron a trasladarse a Bolonia en 1734 tras la batalla de San Pietro, pero la paz en 1736 volvió a ser favorable para el Este, que obtuvo el condado de Novellara y Bagnolo in Piano.

Pocos días después murió, dejando la regencia a sus hijas solteras Benedicta y Amalia, porque su hijo Francisco estaba en Hungría al servicio del emperador Carlos VI para combatir a los turcos.