Roberto Robaina

En 1979 se hizo líder universitario,[1] luego fue diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba y en 1991 ingresó al Buró Político del Partido Comunista Cubano (PCC), siendo su miembro más joven.[2] En 1993 fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores y mostró un punto de vista aperturista con Europa Occidental y América Latina, en momentos que Cuba atravesaba una crisis tras el fin de los estados socialistas europeos y la disolución de la Unión Soviética.[1]

No obstante, en 1999 fue destituido y reemplazado por Felipe Pérez Roque.[1][2] Luego en 2002, por denuncia de Raúl Castro, Robaina fue expulsado del PCC de manera "deshonrosa" por "deslealtad", corrupción y autopromocionarse como candidato a líder del país en una eventual transición poscastrista.[2] También fue denunciado por tener contactos no oficiales con empresarios extranjeros y de tener relaciones con el exgobernador mexicano Mario Villanueva, miembro del cártel de Juárez.[1][2]

Robaina aceptó que recibió una donación de 25 mil dólares de Villanueva para renovar la cancillería cubana y de que buscaba "autopromocionarse" de cara al futuro.[2] En la expulsión, Robaina también fue inhabilitado como diputado y sería reubicado en un trabajo modesto, sin protagonismo alguno y sin capacidad de mando.[1][2]

Expulsado de la política, Robaina pasó un tiempo en la restauración del bosque de La Habana y fue donde inició su faceta como pintor en 2004.[1] Una de sus primeras pinturas fue un electrocardiograma que realizó poco después de su expulsión.[1]

Ha participado en colectivas en La Habana y ha expuesto sus cuadros en Argentina, Chile, México y Panamá. Su especialidad es el formato grande y el acrílico, inclinando su gusto por el arte contemporáneo y la pintura abstracta.[1]

En 2011 abrió un café temático con exposición de sus pinturas como su negocio familiar.[1]

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