Scolopacidae

Los escolopácidos (Scolopacidae) son una familia de aves caradriformes. Es una familia grande y diversa de pequeñas y medianas aves costeras, incluyendo archibebes, zarapitos, agujas, agujetas, vuelvepiedras, andarríos, falaropos, y correlimos, entre otros. La mayoría de las especies comen pequeños invertebrados recogidos del barro o de la tierra. La variación en la longitud de las patas y los picos permite que diferentes especies pueden buscar alimento en el mismo hábitat, particularmente en la costa, sin competencia directa para la alimentación.

Scolopacidae
Rango temporal: Oligoceno-Reciente

Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Charadriiformes
Suborden: Scolopaci
Familia: Scolopacidae
Rafinesque, 1815
Géneros
Véase el texto

Descripción

La menudilla es la especie más pequeña de correlimos.

Los correlimos muestran una considerable variedad de tamaños y apariencia, la amplia gama de formas corporales refleja una amplia gama de nichos ecológicos. Los correlimos varían en tamaño desde la menudilla, con tan sólo 18 gramos (0 lb) y 11 cm (4,3 plg) de longitud, hasta el zarapito de Siberia, con hasta 66 cm (26,0 plg) de longitud, y el zarapito real, con hasta 1,3 kg (2,9 lb). Dentro de las especies existe una considerable variación en los patrones de dimorfismo sexual. Los machos son más grandes que las hembras en los combatientes y en varios correlimos, pero son más pequeños que las hembras en los correlimos, zarapitos, falaropos y agujas. Los sexos son de tamaño similar en las agachadizas, chochas y los correlimos trinitarios. En comparación con la otra gran familia de aves zancudas, los chorlitos (Charadriidae), suelen tener los ojos más pequeños, la cabeza más delgada y el pico más largo y fino. Algunas tienen las patas bastante largas, y la mayoría de las especies tienen tres dedos hacia delante con un dedo trasero más pequeño (la excepción es el correlimos, que carece de dedo trasero).[1]

Los correlimos están más orientados a los métodos de búsqueda de alimentos táctiles que los chorlitos, que favorecen los métodos de búsqueda de alimentos más visuales, y esto se refleja en la alta densidad de receptores táctiles en las puntas de sus picos. Estos receptores están alojados en una ligera hinchazón córnea en la punta del pico (excepto para el correlimo de rompientes y los dos vuelvepiedras). La forma del pico es muy variable dentro de la familia, lo que refleja las diferencias en la ecología de la alimentación. La longitud del pico en relación con la longitud de la cabeza varía desde tres veces la longitud de la cabeza en el zarapito americano hasta algo menos de la mitad de la longitud de la cabeza en el correlimos de Tuamotu. Los picos pueden ser rectos, ligeramente curvados hacia arriba o fuertemente curvados hacia abajo. [1] Como todas las aves, los picos de los correlimos son capaces de cinesis craneal, literalmente, ser capaz de mover los huesos del cráneo (aparte del movimiento obvio de la mandíbula inferior) y específicamente doblar la mandíbula superior sin abrir toda la mandíbula, un acto conocido como rinocinesis. Se ha planteado la hipótesis de que esto ayuda a la hora de sondear, ya que permite abrir parcialmente el pico con menos fuerza y mejora la manipulación de las presas en el sustrato. La rinocinesis también es utilizada por los correlimos que se alimentan de presas en el agua para atrapar y manipularlas.[2]

Distribución, hábitat y movimientos

Los playeros pasan la temporada no reproductiva en Roebuck Bay, Australia Occidental.

Los correlimos tienen una distribución cosmopolita, y aparecen en la mayor parte de las superficies terrestres del mundo, excepto en la Antártida y en los desiertos más secos. La mayoría de la familia se reproduce en latitudes moderadas y altas del hemisferio norte, siendo de hecho las aves reproductoras más septentrionales del mundo. Sólo unas pocas especies se reproducen en regiones tropicales, diez de las cuales son agachadizas y becadas y la especie restante es el insólito correlimos de Tuamotu, que se reproduce en la Polinesia Francesa (aunque antes de la llegada de los humanos al Pacífico había varias otras especies de correlimos polinesios).[1]

Dieta y alimentación

A grandes rasgos, existen cuatro estilos de alimentación empleados por los correlimos, aunque muchas especies son flexibles y pueden utilizar más de un estilo. El primero es el picoteo con sondeo ocasional, que suelen realizar las especies de hábitats más secos que no tienen suelos blandos o barro. El segundo método, y el más frecuente, es el sondeo de suelos blandos, lodos y arenas en busca de presas. El tercero, utilizado por las "Tringas", consiste en correr en aguas poco profundas con el pico bajo el agua persiguiendo a los peces, un método que utiliza la vista además de los sentidos táctiles. El último método, empleado por los falaropos y algunos andarríos Calidris, consiste en picotear el agua en busca de pequeñas presas.[1] Unas pocas especies de escolopácidos son omnívoras hasta cierto punto, tomando semillas y brotes además de invertebrados.

Géneros

Según la clasificación del Congreso Ornitológico Internacional:[3]

Además, se conocen varios géneros extintos:[4]

  • Becassius
  • Elorius
  • Parvelorius
  • Scolopacimilis

Referencias

  1. T.Piersma, Josep del Hoyo, Andrew Elliott, Sargatal Jordi (1996). org/details/handbookofbirdso0003unse/page/444/mode/1up «Family Scolopacidae (Snipes, Sandpipers and Phalaropes)». Handbook of the Birds of the World. Volume 3, Hoatzin to Auks. Barcelona: Lynx Edicions. pp. 444-487. ISBN 978-84-87334-20-7.
  2. Estrella, Sora; Masero, José A. (2007). «El uso de la rinocinesis distal por parte de las aves que se alimentan en el agua». Journal of Experimental Biology 210 (21): 3757-3762. PMID 17951416. doi:10.1242/jeb.007690.
  3. Gill, F & D Donsker (Eds). 2012. IOC World Bird Names (v 3.2).
  4. Vanesa L. De Pietri and Gerald Mayr (2012). «An assessment of the diversity of early Miocene Scolopaci (Aves, Charadriiformes) from Saint-Gérand-le-Puy (Allier, France)». Palaeontology 55 (6): 1177-1197. doi:10.1111/j.1475-4983.2012.01182.x.
  • Gibson, R. & A. Baker (2012): Multiple gene sequences resolve phylogenetic relationships in the shorebird suborder Scolopaci (Aves: Charadriiformes). Mol. Phyl. Evol 64:66-72.

Enlaces externos

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