Sector cuaternario
El sector cuaternario es una parte de la economía cuyas características más mencionadas son basarse en el conocimiento y ofrecer servicios imposibles de mecanizar, tales como la generación e intercambio de información, tecnología, consultoría, educación, investigación y desarrollo, planificación financiera entre otros servicios o actividades principalmente intelectuales.[1][2] El término se ha utilizado asimismo para describir a los medios de comunicación, la cultura y el gobierno:[3] puede ser clave en el desarrollo de una mejor juventud ya que incluye también la educación.
En el sector cuaternario, las empresas invierten para asegurar una mayor expansión, lo que se ve como un medio de generar mayores márgenes o rentabilidad de las inversiones. La investigación se dirige hacia la reducción de costes, aprovechamiento de los mercados, la producción de ideas innovadoras, nuevos métodos de producción o métodos de fabricación más eficientes, entre otros. Para muchos ramos, como la industria farmacéutica, el sector cuaternario es el de más alto valor añadido, ya que crea productos de los que la firma se beneficiará en un futuro la empresa.
El sector cuaternario incluye las actividades vinculadas al desarrollo y la investigación de nuevas tecnologías. Estas tecnologías de punta se aplican a todos los sectores de la economía y llevan la delantera en la investigación científico-tecnológica; son, por ejemplo, la microelectrónica, la informática, la robótica, la industria aeroespacial, las telecomunicaciones y la biotecnología. Por esta naturaleza el sector requiere de importantes inversiones en capital humano altamente capacitado.
Características
El sector cuaternario se caracteriza por realizar actividades de innovación, imposibles de mecanizar y relacionadas con el valor intangible de la información, abarcando la gestión y la distribución de esta y su aplicación en cualquier parte de los otros tres sectores productivos. Así pues, que se dedica a recabar información y aplicarla para obtener productos, servicios o procesos innovadores. Es un sector de gran crecimiento, pese a haber sido exagerado en ocasiones.
este sector incluye servicios altamente intelectuales de la investigación, el desarrollo, la innovación y la información, como asesoría tecnológica, asesoría fiscal, programación, etc.., especialmente universitaria; pero también la investigación básica y aplicada. Originalmente se le consideraba como parte del sector terciario, pero su importancia, cada vez más creciente y diferenciada, ha hecho que algunos autores aboguen por considerarlo como un sector separado.[4] Sin embargo, no existe acuerdo entre los economistas, por lo que las definiciones y contenidos del término varían según el autor y de hecho, algunos incluyen en él el sector de ocio, el entretenimiento o la administración de cada país. Pese a ello, la mayoría encuadran en él aquellas empresas e instituciones que prestan servicios relacionados con la tecnología más puntera, como la informática y las TIC (tecnologías de información y comunicación), la robótica, la domótica, la telemática, la consultoría (asesoría para empresas) y de la I+D+I (investigación, particularmente en los campos científicos).
Su origen está en un tratamiento más detallado de la clasificación de las tareas productivas en tres sectores económicos, pero con el propósito de diferenciar ciertas actividades tradicionalmente consideradas como parte del tercer sector o sector servicios, ya que tales servicios intelectuales incluyen la característica de que han resultado imposibles de mecanizar o automatizar. Por ejemplo, algunos países se ha conseguido que los robots hagan funciones de camareros o que recojan y analicen muestras en otros planetas,[5] mismos o responder a preguntas abiertas.
Este sector es especialmente importante en los países desarrollados y requiere una mano de obra altamente cualificada, al contrario de los demás, pero autoras como Lourdes Casanova niegan que dicho patrimonio se mantenga en el siglo XXI con casos como China, India o Brasil que aparecen en determinados índices con algunas de las empresas más innovadoras del mundo.[6]
Importancia
El sector cuaternario cobra importancia por ser visto como aquel donde las compañías invierten con la perspectiva de asegurar futuras expansiones. La investigación sería dirigida hacia la reducción de costos, la expansión de mercados, la expansión de ideas innovadoras, el lanzamiento de nuevos productos o la introducción de nuevos métodos de producción y manufactura. Se comenta que para muchas industrias ellas las farmacéuticas como Pfizer, este sector es el más valioso, puesto que crea futuras líneas de productos de las que las mismas se beneficiaran a largo plazo.
Es un sector que puede abarcar todo tipo de actividades, como las agrícolas (con casos como la programación de los sistemas de riego por goteo) o las mineras (caso de la localización de metales con valor industrial descubriendo los lugares impactados por asteroides o meteoritos), pero donde más han despuntado ha sido en las empresas orientadas al empleo de tecnología avanzadas como las biotecnológicas, las de programación de aplicaciones, microelectrónica o asesoría financiera.[7]
Véase también
Referencias
- Tor Selstad (1967). «The rise of the quaternary sector. The regional dimension of knowledge-based services in Norway, 1970-1985» (en inglés). informaworld. «... k of industry that involves the intellectual services. That is research, development, and information. »
- «What are some example of jobs in the Quaternary Industry?» (en inglés). Yahoo! Answers. 17 de junio de 2010. Archivado desde el original el 17 de octubre de 2012. Consultado el 30 de marzo de 2013.
- «ICTs, industry and the new teacher model» (en inglés). Asian Correspondent. 17 de junio de 2010. Archivado desde el original el 30 de julio de 2012. Consultado el 30 de marzo de 2013.
- Mejía Quintana y siguientes,.
- «Robots e industria» (vídeo). Madrid: Fundación Juan March. 25 de abril de 2016. Consultado el 17 de junio de 2016.
- Casanova, Lourdes (2010). «Las multinacionales latinoamericanas en los albores de una gran oportunidad». Revista de Administração de Empresas (RAE) 50 (4). Fundação Getulio Vargas. pp. 439-445.
- Pachón Orjuela, 2005, p. 16.