Traspaso de poderes

Traspaso de poderes es la sucesión entre un gobierno y el siguiente; un periodo en el que las administraciones saliente y entrante deben entregar y recibir el control de los mecanismos de poder y de los espacios físicos desde donde se ejerce, así como la información necesaria, evitando en lo posible el vacío de poder. Usualmente se realiza algún tipo de escenificación o ceremonia simbólica.[1] La alternancia en el poder se realiza habitualmente de forma pacífica, en las democracias como consecuencia de un resultado electoral; la toma del poder de forma violenta, o al menos sin el consentimiento del poder saliente, se produce mediante golpes de estado o revoluciones.

Diferentes regímenes políticos

Jefes de Estado

En las repúblicas presidencialistas, el nuevo presidente de la República suele ser proclamado con una ceremonia de investidura presidencial en la que el anterior le hace entrega de algún elemento simbólico del poder (como un bastón de mando o una banda presidencial). En el sistema político estadounidense está muy codificado el periodo denominado transición presidencial,[2] que va desde la proclamación del resultado electoral (noviembre) hasta la "inauguración" (en enero del año siguiente) de la nueva presidencia con la ceremonia de jura del hasta entonces "presidente electo".

En las repúblicas parlamentarias o no presidencialistas, en que el poder ejecutivo es ejercido por el jefe de Gobierno, el ceremonial es menos solemne, pero igualmente lo hay. Lo mismo ocurre en las monarquías parlamentarias (similares funciones -que no incluyen el poder gubernamental- tienen un rey en una monarquía constitucional -España o Suecia- y un presidente de una república parlamentaria -Italia o Alemania-). Dado que es el Parlamento el que realiza la investidura, tras las elecciones legislativas se realiza una tramitación que puede incluso no concluir con el traspaso de poderes al candidato previsto inicialmente. Es proverbial la rapidez con que se produce el traspaso de poderes en el Reino Unido (en cuestión de horas entra el nuevo "inquilino de Dowing Street").

En las monarquías (independientemente de su naturaleza antigua, medieval o moderna, absoluta o limitada), a no ser que se produzca una abdicación o una asociación al trono,[3] la sucesión se produce, por orden sucesorio, tras la muerte del rey anterior; momento en el que se produce un interregno, la discontinuidad entre dos reinados que puede suscitar problemas. Para evitarlos se estableció en algunas monarquías la fórmula "el rey ha muerto, viva el rey", con lo que incluso antes de la coronación del nuevo rey, ya quedaba en la práctica proclamado (en la tradición española, alzando pendones como reconocimiento).[4]

Otros cargos

En el caso de España, para el caso de los ministros, se simboliza con una cartera; en el caso de los alcaldes, con una vara o bastón. En muchas tradiciones militares, un sable o espada.

Cesión o entrega del mando

En contextos militares, el mando en plaza se cede o entrega por el que lo ocupa al que le releva en él; en el caso de una sucesión pacífica, entre mandos del mismo ejército. Cuando lo que ha ocurrido es la toma militar o rendición de una plaza, especialmente cuando se realiza mediante capitulación (es decir, con algún tipo de negociación que permite el encuentro), suele realizarse una ceremonia formal en la que el poder se trasmite entre los jefes de las fuerzas enemigas. La espada o las llaves de la ciudad, inicialmente un mecanismo efectivo, se convirtieron en un elemento simbólico que el vencido entregaba al vencedor.

Referencias

  1. «Cómo se realiza el traspaso de poderes tras unas elecciones». Practicopedia. Consultado el 25 de febrero de 2018.
  2. Halchin, L. Elaine (November 16, 2016). "Presidential Transitions: Issues Involving Outgoing and Incoming Administrations". crs.gov. Congressional Research Service. Fuente citada en United States presidential transition
  3. Ariel Sribman, La asociación al trono y la competencia titular-sucesor en La sucesión del poder.
  4. Mensaje de la nueva reina Isabel I (posteriormente conocida como "la Católica") a todas las ciudades de Castilla tras la muerte de Enrique IV, 1474 (citado en Giles Tremlet, Isabel la Católica: La primera gran reina de Europa):
    Vos mando [...] alcedes pendones por mí, reconosçiendome por vuestra Reyna y señor natural, e al muy alto e muy poderoso príncipe, el rey Don Fernando, mi señor, como a mi legítimo marido, con las solemnidades en tal caso acostumbrada
    Juan de Maldonado, José Quevedo, El movimiento de España, ó sea Historia de la revolucion conocida con el nombre de las Comunidades de Castilla, 1840:
    En el mismo dia que la reina espiró, á la larde en Medina del Campo alzaron pendones por la reina doña Juana, como propietaria de estos reinos, y por el rey D. Felipe, su legítimo marido, que luego fueron jurados reyes en las cortes de Toro, que mandó reunir el mismo D. Fernando el 11 de enero de 1505 (Sandoval, hist. de Carlos V, I, 17 y 19)
    En el DRAE, "alzar" o "levantar pendones" o "banderas" se define como "Convocar gente de guerra - Hacerse cabeza de un bando, grupo o tendencia" Real Academia Española. «pendón». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).
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