Zacarías (papa)
Zacarías (en latín: Zacharias) (Calabria, 679-Roma, 15 de marzo de 752) fue el 91.er papa de la Iglesia católica entre 741 a 752. Fue el último pontífice del denominado papado bizantino.
Zacarías | ||
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Fresco contemporáneo ubicado en la iglesia de Santa María Antigua en el Foro Romano | ||
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Papa de la Iglesia católica | ||
747-15 de marzo de 752 | ||
Predecesor | Gregorio III | |
Sucesor | Esteban II (efímero) | |
Culto público | ||
Festividad | 15 de marzo | |
Atributos | Atributos papales | |
Venerado en | Iglesia católica | |
Información personal | ||
Nombre | Zacarías, hijo de Policrono | |
Nacimiento |
679 Santa Severina, Calabria, Imperio Bizantino | |
Fallecimiento |
15 de marzo de 752 Roma, Reino lombardo | |
Biografía
Primeros años
Apenas se sabe nada de su vida antes de ser consagrado como papa.
Hijo de un colono griego llamado Policrono, Zacarías pertenecía al grupo étnico de los griegos de Calabria.
Papado
En sus primeros años de pontificado, Zacarías consiguió que los lombardos (pueblo germánico que ocupó el norte de la actual Italia) devolvieran algunas ciudades a la Iglesia.
Cuando Zacharías ascendió al trono, la posición de la ciudad y el Ducado de Roma se encontraba en una situación muy grave. Liutprando, rey de los lombardos, estaba preparando una nueva incursión en el territorio romano. El duque de Spoleto Trasamundo, con quien el papa Gregorio III había formado una alianza contra Liutprando, no cumplió su promesa de ayudar a los romanos a recuperar las ciudades tomadas por los lombardos. En consecuencia, Zacharías abandonó la alianza con Trasamundo y trató de proteger los intereses de Roma y el territorio romano mediante la influencia personal sobre Liutprando. A petición del Exarcado de Rávena, Zacharías persuadió a Liutprando para que abandonara el ataque planeado contra Rávena y restaurara el territorio incautado a la ciudad.
Fuera de la península itálica, Zacarías contribuyó a que Pipino el Breve destronara a Childerico III, último rey merovingio. En efecto, Pipino el Breve, mayordomo de Palacio, era el hombre fuerte que gobernaba en la práctica el pueblo franco y Childerico III, el rey débil llamado a dar fin al linaje de Clodoveo. En tal situación, para legitimar su planeada usurpación del trono, Pipino el Breve realiza al papa una comprometedora consulta cargada en apariencia de ingenua búsqueda de la ortodoxa conducta: ¿Quién debía ser el rey de los francos: el que ejercía en la práctica la realeza o quien la ostentaba nominalmente? El papa zanjó la cuestión con este veredicto: «Quien lo es de hecho, séalo de derecho».
Así nació una fuerte relación de vínculos políticos y religiosos entre el Papado y la dinastía Carolingia, fundada por Pipino.
Envió al arzobispo Bonifacio para que coronara a Pipino el Breve rey de los francos en nombre suyo.
Construyó la iglesia original de Santa María sobre Minerva y prohibió el tráfico de esclavos en Roma.
Su fiesta se celebra el 15 de marzo.