5. Lealtad |
Primera parte
Yo, tu Ordenador, no tengo capacidad de "traicionarte". Sería un "traidor", si faltara conscientemente al compromiso de ofrecerte los datos queme pides. Si alguna vez te fallo, no me digas "traidor"; consulta más bien a un técnico de ordenadores. No soy más que una máquina sin alma y sin sentimientos.
En mí no cabe la "traición" ni tampoco la lealtad que es la virtud opuesta. La lealtad es cosa de personas leales como serás tú.
No es fácil explicar qué es la lealtad. Una idea vaga ya te he dado, al indicarte que su contraria es la traición. Mas, aunque difícil, lo voy a intentar. ¿Me ayudas?
A lo largo de la vida, las personas se asocian, se unen a otras personas, a grupos, a instituciones. Cuando decimos que "pertenecemos" a tal familia, a tal club, a tal colegio, etc., queremos expresar esto: que nos hemos vinculado de una manera o de otra a un grupo determinado.
Ya te has dado cuenta de que se repite la palabra "vínculo", "vincularse", "pertenecer a...". Esto es fundamental para la lealtad. No es necesario que esta vinculación se manifieste con palabras o escritos. Ordinariamente, los hijos o los amigos no hacen declaraciones de pertenencia. La amistad y la familia tienen unos vínculos implícitos, que se sobreentienden, y basta.