14. Laboriosidad |
Primera parte
Yo, tu Ordenador, que soy una máquina, no soy perezoso. Me pongo en marcha tan pronto como me conectan. Tampoco necesito descanso. La averías son mi único reposo y mi protesta por el exceso de trabajo. A veces, me desechan por viejo o por incapaz de asumir las nuevas técnicas.
No sé por qué te digo todo esto. Tal vez porque el título de este tema es laboriosidad. Y en torno a la laboriosidad está la actividad, el trabajo, el descanso y, como vicio opuesto, la pereza.
Y se me ocurre ahora que, tal vez, la pereza, además de no hacer nada, puede ser también moverse mucho en actividades que gustan, como pretexto para no hacer lo que se debe.
La laboriosidad, en cuanto actividad, es algo propio de todo ser vivo. Hasta las plantas son activas en sus procesos vitales. No digamos, pues, el hombre. Pero la laboriosidad en la persona humana, debe tener unas características peculiares. ¿Las estudiamos, para ajustarnos a ellas?