9. El consentimiento de todos los pueblos

  1. La sorpresa de un incrédulo  

   En una reunión de bastantes personas, uno que presumía de no tener fe dijo en voz alta que estaba en contra de la existencia de Dios. Como todos guardaban silencio, dijo:

   - Jamás hubiera creído ser el único que no cree en Dios, entre tantas personas inteligentes. La dueña de la casa le contestó:

   - Se equivoca, señor; no sois el único: mis caballos, mi perro y mi gato comparten con usted ese honor, con la diferencia de que esos buenos animales tienen el talento de no presumir de ello.

(Pintura: Moisés salvado de las aguas. RAFAEL Sanzio de Urbino. Palacio Pontificio Vaticano)

  A. Contesta con una de estas respuestas: fe, esperanza, caridad, lo veía, existía, estaba, conversación, alboroto, silencio, principal, único, destacado, gato, canario, gallo, callar, hablar o presumir

 Solamente uno dijo que no tenía

 Este hombre dijo que Dios no

 Los demás hombres guardaron

 Se equivocaba el hombre porque no era el

 No creían los caballos, el perro y el

 Estos animales no querían


  2. La creación universal del género humano

   A lo largo de la historia algunos pueblos se han equivocado acerca de la naturaleza de Dios: unos han adorado al sol, otros a la luna, a las montañas o a un animal. En otras ocasiones se han fabricado ídolos a los que atribuían sus propias cualidades buenas o malas; pero   todos han reconocido la existencia de una divinidad a la que le han dado culto. Se han construido templos, altares y lugares de sacrificios, tanto entre los pueblos antiguos, como entre los modernos. Plutarco, un historiador de la antigüedad decía:

   - Echad una mirada sobre la superficie de la tierra y hallaréis ciudades sin murallas, sin letras, sin magistrados, pueblos sin casas y sin moneda; pero nadie ha visto jamás un pueblo sin Dios, sin sacerdotes, sin ritos, sin sacrificios.

   Un sabio contemporáneo llamado Quatrefages ha escrito:

   - Yo he buscado el ateísmo o la falta de creencia en Dios entre las razas humanas, desde las más inferiores hasta las más elevadas. El ateísmo no existe en ninguna parte, y todos los pueblos de la tierra, los salvajes de América, como los negros de África, creen en la existencia de Dios

(Pintura: Otoño. ARCIBOLDO, Giuseppe. Museo de Louvre. París)

  B. Señala la respuesta correcta entre los paréntesis: los ídolos, Dios, la divinidad, luna, estrella, galaxia, las estrellas, ídolos, templos, Quatrefages, Platón, Plutarco, ateísmo, fervor, culto, Francia, Hungría o África

 Se han equivocado sobre la naturaleza de

 Han adorado al sol y a la

 Han atribuido cualidades a

 Un historiador de la antigüedad fue

 No existe en ninguna parte el

 Creen en Dios los de América y los de



  3. La creencia de todos los pueblos

   El origen de que todos los pueblos sean creyentes está en Dios mismo, que se dio a conocer a nuestros primeros padres y en el espectáculo del universo, que demuestra la existencia de Dios, como el reloj demuestra la existencia de un relojero.

   Todos los pueblos cultos o bárbaros, en todas las regiones y en todos los tiempos, han admitido la existencia de un ser supremo. Por otra parte, es imposible que todos se hayan equivocado acerca de una verdad tan importante y tan contraria a las pasiones.

(Pintura: Jardín de Edén. BASANO, Jacopo. Galería Doria-Pamphili. Roma)

  C. Selecciona una de estas respuestas: habitantes, hombres, padres, universo, circo, cine, artista, relojero, ídolo, creyentes, ateos, incrédulos, grande, sabio, supremo, olvidado, equivocado o acertado

 Se dio a conocer a nuestros primeros

 Conocemos a Dios por el espectáculo del

 El reloj pide que haya un

 Todos los pueblos son

 Se admite la existencia de un ser

 Es imposible que todos se hayan



 

Si estás matriculado escribe tus datos:
 
Nombre:

Contraseña:

 

Información de la matrícula

| Aplicaciones didácticas | Filosofía | Teodicea | Para imprimir |

®Arturo Ramo García.-Registro de Propiedad Intelectual de Teruel nº 141, de 29-IX-1999
Plaza Playa de Aro, 3, 1º DO 44002-TERUEL