Dos amigos

    Dos amigos.

    Dos amigos se encuentran. Para concretar un poco, supongamos que uno de ellos es un lepero. Entonces va y le dice al otro:

    -Hombre, Manolo, ¡qué alegría verte! ¿Qué es de tu vida?

    -Pues ahora me estoy dedicando a la Lógica.

    -Anda, ¿y eso qué es?

    -Pues mira, se trata de... bueno, mejor te lo explico con un ejemplo. Tú eres ecologista, ¿verdad?

    -Sí.

    -Entonces te gusta la naturaleza.

    -Claro.

    -Y también te gustan los animales y los pájaros y los peces.

    -Pues sí.

    -Por ejemplo. los meros.

    -Ya te digo, un mero bien hecho...

    -Y claro, si te gustan los meros, también te gustará el mar.

    -Pues sí, yo me voy todos los años a la playa.

    -Y si te gusta el mar, también te gustarán los yates.

    -Sí, si pudiera...

    -Claro, ahora imagínate que tienes un yate con la cubierta llena de mujeres.

    -¡Fffff!

    -¿A que te gustan?

    -¡Toma!

    -Bueno, pues ves, esto es la lógica. Sabiendo tan solo que eres ecologista puedo llegar a deducir que te gustan las mujeres.

    -Ah, qué curioso...

    Total, que se despiden, y luego el lepero se encuentra con otro amigo.

    -Hombre, qué casualidad, ¡si acabo de ver a Manolo!

    -Ah, ¿sí? ¿Y qué es de su vida?

    -Pues ahora se dedica a la Lógica.

    -Ah... y ¿qué es eso?

    -Pues... mira, te lo voy a explicar con un ejemplo. ¿Tú eres ecologista?

    -Pues la verdad es que no.

    -Entonces, ¡eres marica!


De bares y camareros


-Camarero, camarero, mi plato está mojado.

-No, señor, no es que esté mojado, eso es la sopa.


-Camarero, camarero, quisiera tomar un huevo frito grasiento y un filete de cerdo quemado, con una ensalada aguachinada.

-Lo siento, señor, aquí no servimos así.

-¿Cómo que no? Ayer mismo.


Esto es un hombre que entra a un restaurante y le pide a un camarero el menú del día. El camarero le entrega la hoja, en donde se puede ver que es un menú algo caro (6.000 pesetas). Al leer aquello, le pregunta al camarero:

-¿Oiga, y aquí no hacen descuento a los colegas?

-¿Pero usted también es camarero?

-No, pero soy ladrón.


Un hombre muy tímido entra en una cafetería.

-Me da... me da... esto... un café.

-¿SOLO?

-Bueno, deme, deme... dos.


Un tío entra en un bar y pide un cubata. Cuando se lo va a tomar, se le acerca un mono que había por ahí y le mete una pata dentro del vaso. Este hombre se lo toma un poco a cachondeo y pide otro cubata, pero el mono le repite la gracia. Gruñendo, pide un tercer cubata sin dejar de mirar al mono, pero cuando el camarero se lo sirve resulta que el mono es demasiado rápido y le vuelve a meter la pata. Ya cabreado, este tío intenta pegarle una patada al mono, y, cuando falla, le dice al camarero:

-Oiga, usted sabe por qué cada vez que pido un cubata se acerca el mono que hay en fondo del bar, se sube a la barra y mete su pata derecha dentro de mi vaso?

-Pues no, mire, yo acabo de empezar a trabajar aquí, ¿por qué no se lo pregunta al pianista, que ha estado aquí desde hace mucho tiempo?

Total que va el tío al pianista y le dice:

-Oiga, ¿usted sabe por qué cada vez que pido un cubata se acerca el mono que hay en el fondo del bar, se sube a la barra y mete su pata derecha dentro de mi vaso?

-Pues mire, así de repente no caigo, pero si se me la tararea...


Era tan... tan... 


Era un tío tan feo, tan feo, tan feo, que para ir al zoo tenía que comprar dos entradas, una para entrar y otra para salir.


Era un tío tan gafe, tan gafe, tan gafe, que le atropelló un coche que estaba aparcado.


Era un tío tan pobre, tan pobre, tan pobre, que no podía prestar atención.


Era un tío tan tonto, tan tonto, tan tonto,  que para ganar dinero apostaba haciendo solitarios.


Era un tío tan tonto, tan tonto, tan tonto,  que pasó una noche entera estudiando antes de un examen de sangre.



 Aplicaciones didácticas 

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®Arturo Ramo García.-Registro de Propiedad Intelectual de Teruel nº 141, de 29-IX-1999
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