25. El buen samaritano |
1. Misión de los setenta y dos discípulos
Después de esto designó el Señor a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar a donde él había de ir. Y les decía:
- La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rogad, pues, al señor de la mies que envíe obreros a su mies. Id: he aquí que yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa ni alforja ni sandalias, y no saludéis a nadie por el camino. En la casa en que entréis decid primero: paz a esta casa. Y si allí hubiera algún hijo de paz, descansará sobre él vuestra paz; de lo contrario, retornará a vosotros. Permaneced en la misma casa comiendo y bebiendo de lo que tengan, pues el que trabaja es merecedor de su salario. No vayáis de casa en casa. Y en aquella ciudad donde entréis y os reciban, comed de lo que os pongan; curad a los enfermos que haya en ella, y decirles: el Reino de Dios está cerca de vosotros. Pero la ciudad donde entréis y no os reciban, saliendo a sus plazas, decid: hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies lo sacudimos contra vosotros; pero sabed esto: el Reino de Dios está cerca. Os digo que Sodoma en aquel día será tratada con menos rigor que aquella ciudad (Lucas 10, 1-12)
---
La Iglesia, en nombre del Señor, ruega encarecidamente a todos los laicos que
respondan gustosamente, con generosidad y prontitud de ánimo, a la voz de Cristo
que en esta hora los invita con mayor insistencia, y a los impulsos del espíritu
Santo.
(Pintura: Bodas de Caná. DAVID, Gerard. Museo de Louvre. París)Jesucristo