26. Varias enseñanzas |
1. La mujer adúltera
Jesús marchó al Monte de los Olivos. De mañana volvió de nuevo al Templo, y todo el pueblo venía a él; se sentó y se puso a enseñarles.
Los escribas y los fariseos trajeron una mujer sorprendida en adulterio y poniéndola en medio le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés en la Ley nos mandó lapidar a éstas; ¿tú qué dices? Esto lo decían tentándole, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en la tierra.
Pero como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
- El que de vosotros esté sin pecado que tire la piedra el primero. E inclinándose de nuevo, seguía escribiendo en la tierra. Al oírle, se iban marchando uno tras otro, comenzando por los más viejos, y quedó solo Jesús y la mujer, de pie, en medio. Jesús se incorporó y le dijo:
Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?. Ella respondió:
- Ninguno, Señor. Díjole Jesús:
- Tampoco yo te condeno; vete y desde ahora no peques más. (Juan 8, 1-11)
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Que cada uno mire a sí mismo, entre en su interior y póngase en presencia del
tribunal de su corazón y de su conciencia, y se verá obligado a confesarse
pecador.
(Pintura: Cristo y la adúltera. CRANACH, Elder, Lucas. Museo de Bellas Artes. Budapest)
2. Enseñanzas de Jesús
1. Jesús es la luz del mundo. Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida (Juan 8, 12-20).
2. Incredulidad de los judíos, que son hijos del diablo. Y les decía: Vosotros sois de abajo... por esto os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creyereis que soy el Cristo, en vuestro pecado moriréis. Vosotros no sois hijos de Abraham. Si Dios fuese vuestro Padre, me amaríais. Vosotros sois hijos del diablo, y, como él, homicidas. (Juan 8, 20-45).
3. Jesús afirma su divinidad. Jesús termina esta enseñanza afirmando expresamente su divinidad: ¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? En verdad os digo que el que guardare mi palabra no morirá eternamente. Mi Padre es el que me glorifica. En verdad os digo que antes que Abraham fuese, Yo soy. (Juan 8, 46-59).
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El Señor se aplica a sí mismo esta imagen bajo un doble especto: es la luz que
ilumina la inteligencia por ser la plenitud de la Revelación divina y es también
luz que ilumina el interior del hombre para que pueda aceptar esa Revelación y
hacerla vida suya. Jesús pide, por tanto, que se le siga para llegar a ser
hijos de la luz, aunque sabe que muchos le rechazarán para que no sean
descubiertas sus malas obras.
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3. El Buen Pastor En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es un ladrón y un salteador. Pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero y las ovejas atienden a su voz, llama a sus propias ovejas por su nombre y las saca fuera. Cuando ha sacado fuera a todas las ovejas, camina delante de ellas y las ovejas le siguen porque conocen su voz. Pero a un extraño no le seguirán, sino que huirán de él porque no conocen la voz de los extraños. Jesús les propuso esta comparación, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. Entonces dijo de nuevo Jesús: En verdad, en verdad os digo que yo soy la puerta de las ovejas. Todos cuantos han venido antes que yo son ladrones y salteadores, Pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si alguno entra a través de mí, se salvará; y entrará y saldrá y encontrará pastos. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo vine para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El pastor da su vida por sus ovejas. El asalariado, el que no es pastor dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye -y el lobo las arrebata y las dispersa-, porque es asalariado y no le importan las ovejas. |
Yo soy el buen pastor, conozco las mías y las mías me conocen. Como el Padre me conoce a mí, así yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente. Tengo poder para darla y tengo poder para tomarla de nuevo. Este es el mandato que he recibido de mi Padre.
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El Señor hace uso de esta imagen, tan familiar a sus oyentes, para mostrarles
una enseñanza divina: ante voces extrañas, es necesario reconocer la voz de
Cristo -actualizada de continuo por el Magisterio de la Iglesia- y seguirle,
para encontrar el alimento de nuestras almas.
(Pintura: Transfiguración de Cristo. DAVID, Gerard. Museo de Brujas)
A. Contesta a cada pregunta con una palabra y escríbela en un papel para escribirla después en el juego de palabras:1. Trajeron una mujer sorprendida en... |
2. El que no tenga pecado tire la primera... |
3. Jesús con el dedo escribía en la... |
4. El que me sigue tendrá la luz de la... |
5. El que guarda mi palabra no morirá... |
6. El Padre es el que me... |
7. El que no entra por la puerta es un... |
8. Las ovejas siguen al pastor porque conocen su... |
9. Dijo Jesús: Yo soy el buen... |
10. El buen pastor por sus ovejas da la... |
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