La Anunciación |
LA ANUNCIACIÓN
En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de nombre José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María. Y habiendo entrado donde ella estaba, le dijo:
-Dios te salve, María, llena de gracia. El Señor está contigo; tú eres la escogida entre todas las mujeres.
María al oír esto se quedó sorprendida, y pensaba qué podría significar tan extraordinario saludo. Más el ángel le dijo:
-No temas, María, pues a los ojos de Dios has hallado gracia. Vas a concebir en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús (Dios salva). Será grande y llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre. Reinará en la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin.
María dijo al ángel:
-¿Cómo será posible esto puesto que yo no conozco varón?
Y el ángel respondió:
-El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer de ti será llamado santo, Hijo de Dios. Y para que veas que nada es imposible a Dios, tu parienta Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que era estéril.
Y María dijo:
-He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.
El ángel se retiró y en aquel instante del Hijo de Dios se hizo hombre en el seno de María. Era el año 748 de la fundación de Roma.
(Lucas 1, 26-38)
(Texto adaptado por D. Samuel Valero. Biblia infantil. Editorial Alfredo Ortells, S.L. Valencia. página 151)
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