2. Dios sale al encuentro
 del hombre: la Revelación
(Juego de palabras)

  Introducción

    San Agustín es uno de los santos más notables que ha tenido la Iglesia y uno de los hombres más sabios del cristianismo. Después de una vida apartada de Dios se bautizó, llegando a ser obispo de Hipona, en el norte de África escribió mucho y tiene un libro especialmente sugestivo: Las Confesiones, donde cuenta su conversión y proclama el anhelo o deseo de Dios inscrito en el corazón de la criatura:

    "Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza: grande es tu poder, y tu sabiduría no tiene medida (...). Y el hombre, pequeña parte de tu creación, quiere alabarte. Tú mismo le incitas a ello, haciendo que encuentre sus delicias en tu alabanza, porque nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti".

  Ideas principales

1. El deseo de Dios en el corazón

    El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, que ha sido creado por Dios y para Dios; Dios no deja de atraer al hombree hacia sí, y sólo en Dios encuentra la paz, la verdad y la alegría, que no cesa de buscar.

   El hombre es un ser religioso. Como decía San Pablo en Atenas, "en Dios vivimos, nos movemos y existimos" (Hechos 17, 28).

2. El olvido o negación de Dios

    Pero el hombre puede olvidarse de Dios, e incluso rechazarlo o negar su existencia, ¿Motivos? La ignorancia, el rebelarse contra el mal que se sufre o se ve, los afanes del mundo y de las riquezas, el mal ejemplo de algunos que se llaman cristianos, ideas contrarias a la religión, y la actitud del pecador que -por miedo- se oculta a Dios y huye ante su llamada.

   Ninguno de estos pretextos justifica el olvido o la negación de Dios.

3. Se puede conocer la existencia de Dios por medio de la razón natural

    El hombre puede conocer la existencia de Dios por dos caminos: uno, natural, y otro sobrenatural. Por el camino natural llegamos a Dios a través de la naturaleza y la creación. Vemos el Sol, la Luna, las estrellas y nos preguntamos: ¡quién ha hecho todo eso? ¿quién ha ordenado todos los astros para que sigan sus órbitas perfectamente? Solo lo puede hace un Dios creador.

4. Dios sale al encuentro del Hombre

    El segundo camino para conocer la existencia de Dios es la revelación. Dios ha comunicado muchos conocimientos a los que no podemos llegar con nuestra inteligencia, ni con la ciencia. Se dio a conocer, en primer lugar, a los primeros padres, Adán y Eva; después de la caída por el pecado original, no los abandonó sino que les prometió la salvación y ofreció su alianza. Luego, con Abrahán, eligió al pueblo de Israel. Por fin, Dios se reveló plenamente enviando a su propio Hijo, Jesucristo.

5. Jesucristo, Palabra del Padre

    Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre. Es la Palabra única, perfecta y definitiva de Dios Padre. Jesucristo ha dicho ya todo lo que Dios quería decirnos a los hombres, de manera que ya no habrá otra Revelación después de Cristo.

6. Las fuentes de la Revelación: Sagrada Escritura y Tradición

    La Revelación de Dios se encuentra en la Sagrada Escritura y en la Tradición divina. La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios transmitida por escrito, y consta de los libros inspirados por Dios que forman la Biblia: 45 del Antiguo Testamento (antes de venir Jesucristo a la tierra) y 27 del Nuevo Testamento. La Tradición es la revelación divina encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles, y transmitida íntegra de viva voz a la Iglesia.

7. La Iglesia, custodia e intérprete del depósito de la fe

    Cristo confió a su Iglesia la Revelación de Dios, contenida en la Sagrada Escritura y en la Tradición. A ese tesoro lo llamamos depósito de la fe. Cristo lo ha confiado a la Iglesia para que lo custodie, interprete, profese y predique a todo el mundo. Ésta es la doctrina cristiana, que la Iglesia no se cansa nunca de enseñar a los hombres y mujeres de todas  las edades y de todas las épocas.

8. Conocer la Biblia

    La Iglesia tiene gran veneración por la Sagrada Escritura, destacando los cuatro evangelios que ocupan un lugar verdaderamente privilegiado, pues su centro es Cristo Jesús. En la Misa, después de leer el Evangelio, el sacerdote lo besa en señal de veneración y respeto. Es lógico que todo cristiano conozca la Sagrada Escritura, especialmente los Evangelios, y que dedique un tiempo a leerla y meditarla. Como dice San Jerónimo: "desconocer la Escritura es desconocer a Cristo".


Curso de Catequesis. Don Jaime Pujol Balcells y Don Jesús Sancho Bielsa. EUNSA. Navarra. 1982. Con la autorización de los autores.


  Contesta a cada pregunta con una palabra y escríbela en un papel para escribirla después en el juego de palabras:


 El Hijo de Dios hecho hombre es...
 San Agustín escribió Las...
 El hombre es un ser...
 El camino de la Revelación es...
 Todos debemos conocer la...
 La Sagrada Escritura se ha transmitido por...
 Por viva voz se transmite la...
 Dios eligió al pueblo de Israel por...
 San Agustín fue obispo de...
 El hombre se olvida de Dios por...

Juego de palabras

Las diez preguntas:  

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