35. El Matrimonio |
1. El sacramento del Matrimonio
El Matrimonio es el sacramento que santifica la unión del hombre y la mujer, y les da la gracia para que vivan en paz y críen hijos para el cielo.
Como unión natural del hombre y la mujer, el Matrimonio existe desde el principio del mundo. Dios mismo lo estableció en el Paraíso terrenal cuando bendijo a Adán y Eva, diciéndoles: "Procread y multiplicaos y llenad la tierra." (Génesis 1, 28).
Como sacramento fue instituido por Jesucristo. La tradición ha visto la presencia de Jesús en las bodas de Caná como una confirmación del valor divino del Matrimonio.
Por tanto, entre los cristianos solo hay un Matrimonio verdadero: el Matrimonio-sacramento contraído en la Iglesia. El matrimonio civil no tiene más valor que el de una simple ceremonia legal ante el Estado.
Las propiedades del Matrimonio son dos: la unidad y la indisolubilidad.
- Unidad quiere decir la unión de un solo hombre con una sola mujer.
- Indisolubilidad implica que el vínculo del matrimonio entre los esposos no se puede romper, sólo lo rompe la muerte de uno de los dos, y mientras vivan no es válido ni lícito contraer otra unión. El divorcio está formalmente condenado por Jesucristo y por la Iglesia. "Lo que Dios unió, el hombre no lo separe." (Mateo 19,6). El Matrimonio debe estar unido por varias razones: por el bien de los hijos; por el bien, la felicidad y la seguridad de los esposos, que se quiebra y desaparece cuando el divorcio se introduce en la sociedad; por el bien de toda la sociedad humana, pues cuando las familias son estables, será mayor el orden y bienestar de la sociedad y los individuos.
La materia del sacramento es la mutua entrega de los esposos. La forma es la aceptación recíproca que hacen el uno del otro en presencia del párroco. Los ministros de este sacramento son los dos contrayentes y el sujeto es toda persona bautizada, libre de impedimento.