Qué celebramos cuando nos reunimos los cristianos

    24. Qué celebramos cuando nos unimos los cristianos

   El Símbolo de la fe nos ha recordado el misterio de la Trinidad -Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo- y el misterio de la salvación en Cristo. Jesucristo fundó la Iglesia para continuar en la tierra su plan de salvación sobre los hombres, hasta el fin del mundo. ¿Qué anunciamos y celebramos los cristianos cuando nos reunimos? ¿Qué anuncia y celebra la Iglesia? El misterio de Cristo; lo único que anuncia y celebra la liturgia es el misterio de Cristo.

    La escena que luego se reproduce -sacada del Catecismo de la Iglesia Católica-, representa el encuentro con Cristo de la mujer hemorroísa, que sufría desde años atrás una grave enfermedad sin que nadie pudiera curarla; al acercarse a Jesús y tocar su manto llena de fe, recobró la salud gracias "a la virtud salida de Él" (Marcos 5,30), como dice el Evangelio.

    Cristo vive y actúa en la Iglesia por medio de los sacramentos, que aplican los méritos de la Redención continuando la obra salvadora que realizó Jesús en el mundo. Los sacramentos son canales que recogen la "virtud que sale" del costado abierto de Cristo, para curar las heridas del pecado y comunicar la vida nueva a los que se le acercan. Por eso, el que quiera vivir la vida de Dios, habrá de participar en la liturgia de la Iglesia, que celebra los misterios de nuestra salvación en unión con Cristo y bajo la acción del Espíritu Santo, para ofrecer a Dios Padre el homenaje de adoración, alabanza y acción de gracias que espera de sus hijos.

1. Qué es la Liturgia de la Iglesia  

   La Liturgia es la obra con la que Cristo -mediante signos sensibles- glorifica al Padre en la unidad del Espíritu y salva a los hombres, actuando como Cabeza invisible en la Iglesia por medio de sus ministros, para perpetuar la obra de la redención del mundo.

    En la Liturgia, pues, la Iglesia ejerce el culto público a Dios, de modo que toda acción litúrgica es obra de Cristo sacerdote y de su Iglesia -acción sagrada por excelencia-, cuya eficacia no se ve igualada por ninguna otra acción de la Iglesia. Por otro lado, La Liturgia es la participación en la oración de Cristo y fuente de vida que mana del Salvador.

2. La Liturgia, obra de la Santísima Trinidad

   En la Liturgia interviene toda la Trinidad. Dios Padre es adorado y alabado como fuente de bendiciones de la creación y de la salvación; Cristo -el único Liturgo- realiza la gloria de Dios y la salvación de los hombres por los sacramentos; el Espíritu Santo -como alma de la Iglesia- vivifica e impulsa la obra de Cristo para llevarla a la perfección.

3. Los sacramentos de la Iglesia

   Aunque más adelante se hablará con detenimiento de los sacramentos, ya podemos señalar que la vida litúrgica de la Iglesia gravita en torno al sacrificio eucarístico y a los siete sacramentos: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de enfermos, Orden sacerdotal y Matrimonio.

4. La celebración de los sacramentos de la Iglesia

   Aunque existen diversas tradiciones dentro de la única Iglesia de Cristo, en las celebraciones litúrgicas hay unos elementos comunes:

    a) Quién celebra. La Liturgia es obra de Cristo total, Cabeza y cuerpo; así toda la comunidad -el Cuerpo de Cristo unido a la Cabeza- es quien celebra. Dentro de las celebraciones no tienen la misma función todos los fieles, sino que algunos, consagrados por el sacramento del Orden, tienen el poder y la misión de representar a Cristo como Cabeza de su Cuerpo.

    b) Cómo celebrar. La celebración litúrgica comprende signos y símbolos que se refieren a la creación (luz, agua, fuego), a la vida humana (lavar, ungir, partir el pan) y a la historia de la salvación (los ritos de la Pascua). Todos estos elementos, por la acción del Espíritu Santo, se hacen portadores de la acción salvífica y santificadora de cristo. Parte principal de toda celebración es la Liturgia de la Palabra. Se acompaña también a veces con cantos y música. Las imágenes sagradas, presentes en la iglesias y en las casas, están destinadas a despertar y alimentar nuestra fe en el misterio de Cristo.

    c) Cuándo celebrar. El domingo, día del Señor, es el día principal de la celebración de la Eucaristía, porque es el día de la Resurrección. Durante el año litúrgico, la Iglesia desarrolla todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y la Navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la espera del final de los tiempos. En el año litúrgico, la Iglesia venera con especial amor a la Santísima Virgen y hace memoria de los mártires y de los demás santos. La Liturgia de las horas u Oficio divino es la oración pública de la Iglesia. Junto a ella se sitúan de manera complementaria, las diversas oraciones del Pueblo de Dios, particularmente la adoración y el culto a la Sagrada Eucaristía.

    d) Dónde celebrar. Cristo es el verdadero Templo de Dios y los cristianos, por la gracia, somos también "templos del Espíritu Santo". Pero la Iglesia tiene necesidad de lugares donde la comunidad pueda reunirse: son nuestras iglesias. En estos templos, muchos de ellos verdaderas joyas de arte, la Iglesia celebra el culto público para gloria de la Santísima Trinidad; en ellos se escucha la Palabra de Dios y se cantan sus alabanzas; se eleva el corazón y se ofrece el sacrificio de Cristo: la Santa Misa; las iglesias son también lugares privilegiados de recogimiento y oración personal.

5. Hemos de participar activamente en la Liturgia de la Iglesia

    Si hemos entendido bien este tema, nos habremos dado cuenta de lo importante que es asistir a las celebraciones litúrgicas de la Iglesia -y especialmente a la Santa Misa- con la mayor atención y devoción. Nuestra Madre la Iglesia nos pide que acudamos a las celebraciones de forma consciente (dándonos cuenta de lo que hacemos), activa (participando en las diversas ceremonias) y fructífera (estando bien preparados para aprovechar al máximo la celebración).


Curso de Catequesis. Don Jaime Pujol Balcells y Don Jesús Sancho Bielsa. EUNSA. Con la autorización de Don Jesús Sancho





 
    SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
 

    1. Objetivo. Asistir siempre con devoción a cualquier celebración litúrgica de la Iglesia y, especialmente, a la Santa Misa.


    2. Actividades.-Sacar por impresora el texto. Cada alumno lo subraya y contesta a estas preguntas:

        a) ¿Cómo interviene la Santísima Trinidad en la liturgia?

        b) ¿Cuáles son los siete sacramentos?

        c) ¿Qué celebramos el domingo?

        d) Escribe los misterios del año litúrgico.

        e) ¿Cómo participar mejor en las celebraciones de la Iglesia?

    3. Puesta en común. Varios chicos leen sus respuestas.

    4. Propósito de vida cristiana. Hacer frecuentes visitas a la iglesia o templo más cercano, que es siempre un lugar privilegiado para el encuentro con Dios y la oración.


    CATECISMO

    1. ¿Qué es la Liturgia?

    - La Liturgia es la obra con la que Cristo -mediante signos sensibles- glorifica al Padre en la unidad del Espíritu, actuando como Cabeza invisible de la Iglesia por medio de sus ministros, para perpetuar la obra de la redención en el mundo.

    2. ¿Quién interviene en la Liturgia?

    - En la Liturgia intervienen las tres Personas de la Santísima Trinidad.

    3. ¿Qué es el domingo?

    - El domingo es el día en que resucitó Jesús, y por eso se llama también "día del Señor"; reservado para el descanso, permite dedicarlo a Dios, viviendo con ilusión la celebración de la Eucaristía, la atención espiritual de cada uno y el cuidado especial de la familia. Siendo el centro del año litúrgico, es como una celebración semanal de la Pascua.

    4. ¿Qué es el año litúrgico?

    - El año litúrgico es la celebración continuada y orgánica del misterio de Cristo en la Iglesia -que se repite anualmente-, desde la Encarnación hasta Pentecostés, y la expectativa de la dichosa esperanza de la venida del Señor.


    ORACIÓN

Cántico de los tres jóvenes.

Cantemos el himno de los tres jóvenes, que los santos cantaban en el horno encendido alabando al Señor. (T.P. Aleluya.)

1. Obras todas del Señor, bendecid al Señor: y alabadle y ensalzadle por todos los siglos de los siglos.

2. Ángeles del Señor, bendecid al Señor; cielo, bendecid al Señor.

3. Aguas todas que estáis sobre los cielos, bendecid al Señor; milicias todas del cielo, bendecid al Señor.

4. Sol y luna, bendecid al Señor; estrellas del cielo, bendecid al Señor.

5. Lluvia y rocío, bendecid al Señor; vientos todos de Dios, bendecid al Señor.

6. Fuego y calor, bendecid al Señor; frío y calor, bendecid al Señor.

7. Rocíos y escarchas, bendecid al Señor; hielo y frío, bendecid al Señor.

8. Heladas y nieves, bendecid al Señor;  noches y días, bendecid al Señor.

9. Luz y tinieblas, bendecid al Señor; relámpagos y nubes, bendecid al Señor.

10. Bendiga al Señor la tierra; alábele y ensálcele sobre las cosas por todos los siglos.

11. Montes y collados, bendecid al Señor; plantas todas que nacéis en la tierra, bendecid al Señor.

12. Fuentes, bendecid al Señor; mares y ríos, bendecid al Señor.

13. Ballenas y peces todos que os movéis en las aguas, bendecid al Señor; todas las aves del cielo, bendecid al Señor.

14. Bestias todas y ganados, bendecid al Señor; hijos de los hombres, bendecid al Señor.

15. Bendiga Israel al Seños, alábele y ensáncele eternamente.

16. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor.

17. Espíritus y almas de los justos, bendecid al Señor; vosotros, santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

18. Vosotros, Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor; loadle y ensalzadle por todos los siglos.

19. Bendigamos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo; alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.

20. Bendito eres, oh Señor, en el firmamento del cielo; y digno de alabanza y gloria por todos los siglos.

Salmo 50

1. Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento.

2. Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza.

3. Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras.

4. Alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con cuerdas y órgano.

5. Alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes; todo ser que alienta alabe al Señor.

Gloria al Padre...

Cantemos al Señor el himno de los tres jóvenes que los Santos cantaban en el horno encendido, alabando al Señor. (T.P. Aleluya.)

¡Señor, apiádate!

¡Cristo, apiádate!

¡Señor, apiádate!

Padre nuestro...

V. Y no nos dejes caer en la tentación.

R. Mas líbranos del mal.

V. Alábente, Señor, todas tus obras.

R. Y tus santos te bendigan.

V: Gócense los Santos en la gloria.

R. Alégrense en sus moradas.

V. No a nosotros, Señor, no a nosotros.

R. Sino a tu nombre sea la gloria.

V. Escucha, Señor mi oración.

R. Y llegue a Ti mi clamor.

V. El Señor esté con vosotros.

R. Y con tu espíritu.

Oración.

1. Oh Dios, que hiciste apacibles para los tres jóvenes las llamas del fuego: concede benignamente a tus siervos que no nos abrase la llama de los vicios.

2. Rogámoste, Señor, te dignes prevenir con tu inspiración nuestras acciones y acompañarlas con su auxilio: para que toda oración y obra nuestra tenga en Ti su principio, y sostenida por Ti llegue a su término.

3. Rogámoste, Dios Todopoderoso, que apaguemos las llamas de nuestros vicios, pues concediste a San Lorenzo vencer el incendio que le atormentaba. Por Cristo nuestro Señor. Amén.


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