El sacramento del Matrimonio

    36. El sacramento del matrimonio

   "Hace unos días hablaba con un amigo; es algo mayor que yo. En la conversación salieron cosas de cuando éramos pequeños. Un poco emocionado me dijo: Todavía recuerdo cuando, siendo niño, mi madre me daba un beso al acostarme, después de ayudarme a rezar mis oraciones. Yo estaba contento y feliz al sentirme querido por mi madre. Mi padre también tenía detalles que me gustaban. Solía, en invierno, junto al fuego, sentarme en sus rodillas. Entonces me contaba muchas cosas de sus viajes, de cuando él era joven y tuvo que trabajar mucho para salir adelante. Recuerdo aquellos momentos con verdadera nostalgia. Siempre esperaba que mi padre regresara del trabajo con la ilusión de que me contara muchas aventuras.

    ¿Y cómo están ahora tus padres?, le pregunté. -Son muy ancianos, me dijo; mi madre está muy enferma, ya no se levanta de la cama. Los dos viven conmigo. Mi padre, cuando estoy en el trabajo, la cuida con todo esmero y cariño".

    El amor de estos padres para su hijo, y los detalles de amor que tenían entre si esos esposos, nos hacen pensar en la grandeza del sacramento de matrimonio. ¿Sabemos agradecer lo que nuestros padres hacen por nosotros? ¿Les ayudamos en sus necesidades? ¿Procuramos hacerles la vida agradable? ¿Nos acordamos de rezar por ellos todos los días?

1. Institución del matrimonio en el paraíso terrenal

   El libro del Génesis enseña que Dios creó al hombre varón y mujer, con el encargo de procrear y multiplicarse: "Hombre y mujer los creó, y los bendijo Dios, diciéndoles: Procread y multiplicaos y llenad la tierra" (Génesis 1,27-28). Entonces instituye Dios el matrimonio, y lo instituye -como fin principal- para tener hijos y educarlos; como fin secundario, para que los esposos se ayuden entre si: porque "no es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle una ayuda semejante a él" (Génesis 2,18).

    En consecuencia, el matrimonio es algo sagrado por su misma naturaleza, y los esposos son colaboradores de Dios participando del poder divino de dar la vida, al preparar el cuerpo de los nuevos seres en los que Dios infunde el alma creada a su imagen y semejanza, destinados a darle gloria y a gozar de Él en el cielo.

2. El matrimonio, sacramento cristiano

   Jesucristo elevó a la dignidad de sacramento el matrimonio instituido al comienzo de la humanidad. El matrimonio entre cristianos es imagen de la unión de Jesucristo y su esposa la Iglesia. La tradición cristiana ha visto la presencia de Jesús en las bodas de Caná como una confirmación del valor divino del matrimonio.

    Por tanto, entre cristianos, sólo hay un verdadero matrimonio: el que Jesucristo santificó y elevó a la dignidad de sacramento. Por eso, ningún católico puede contraer el llamado "matrimonio civil"; tal unión no sería válida, ya que no tiene más valor que el de una simple ceremonia legal ante el Estado. Entre católicos sólo es válido el matrimonio-sacramento contraído en la Iglesia.

3. La propiedades del matrimonio

   El matrimonio, tanto en la condición de institución natural como en la de sacramento cristiano, está revestido de dos propiedades esenciales: la unidad y la indisolubilidad.

    Unidad quiere decir que el matrimonio es la unión de un solo hombre con una sola mujer: "Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se adherirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una sola carne" (Génesis 2,24).

    Indisolubilidad quiere decir que el vínculo conyugal no puede desatarse jamás: "Lo que Dios unió no lo separe el hombre", dice el Evangelio (Mateo 19,6; 5,32; Lucas 16,18). El divorcio, pues, está prohibido. Dios ha querido que fuese así por varias razones: por el bien de los hijos; por el bien, la felicidad y la seguridad de los esposos, que desaparece cuando el divorcio se introduce en la sociedad; por el bien de toda la sociedad humana, pues la humanidad se compone de familias, y cuanto más sólidas y estables sean éstas, mayor será el orden y el bienestar de la sociedad y de los individuos.

4. Efectos del sacramento de matrimonio

   El sacramento de matrimonio aumenta la gracia santificante en quienes lo reciben. Hay que recibirlo, pues, en estado de gracia; si no, se comete un sacrilegio, aunque el matrimonio puede ser válido.

    También comunica los auxilios especiales que necesitan los esposos para santificarse dentro del matrimonio, para educar a sus hijos y cumplir los deberes que contraen al casarse. Estos deberes son, para con ellos mismos: amarse y respetarse, guardarse fidelidad y ayudarse mutuamente; con respecto a los hijos: alimentarles, vestirles, educarles religiosa, moral e intelectualmente y asegurar su porvenir.

    Los ministros del sacramento son los mismos contrayentes; sin embargo, debe celebrarse ante testigos delante del párroco o delegado suyo; si no, es inválido.

5. El matrimonio, camino de santidad

   El sacramento de matrimonio concede a los esposos las gracias necesarias para que se santifiquen y santifiquen a los demás. Es deber de toda la familia -también de los hijos- facilitar ese clima humano y cristiano en el que se consigue que los hogares sean luminosos y alegres, sacrificándose para lograr las virtudes humanas y sobrenaturales de una familia que empezó santificada con un sacramento.


Curso de Catequesis. Don Jaime Pujol Balcells y Don Jesús Sancho Bielsa. EUNSA. Con la autorización de Don Jesús Sancho





 

    SUGERENCIAS METODOLÓGICAS

 

    1. Objetivo. Esforzarse por hacer agradable la vida de las personas con las que se convive.
 

    2. Actividades.-Sacar por impresora el texto. Cada alumno lo subraya y contesta a estas preguntas:
 

        a) ¿Qué detalles de cariño se observan en este relato inicial?

        b) ¿Cuál es el fin principal y secundario del matrimonio?

        c) Diferencias entre el sacramento y el matrimonio civil.

        d) ¿En qué consiste la indisolubilidad del matrimonio?

        e) ¿Cuáles son los deberes de los padres con los hijos?
 

    3. Puesta en común. Varios chicos leen sus respuestas.

    4. Propósito de vida cristiana. Estimar en mucho este sacramento y ayudar a que las demás personas lo entiendan y agradezcan a Dios.


    CATECISMO

    1. ¿Qué es el Matrimonio? 

    - El Matrimonio es el Sacramento que santifica la unión del hombre y la mujer y les da la gracia para que vivan en paz y críen hijos para el cielo.

    2. ¿Cómo hay que recibir el Sacramento del Matrimonio? 

    - Hay que recibir el Sacramento del Matrimonio en gracia de Dios; si se recibe en pecado mortal el Matrimonio es válido, pero se comete un grave sacrilegio.

    3. ¿Entre cristianos puede haber Matrimonio que no sea Sacramento? 

    - Entre cristianos no puede haber Matrimonio que no sea Sacramento, porque Jesucristo elevó a la dignidad de Sacramento el mismo contrato matrimonial de los cristianos.

    4. ¿Cuáles son los bienes y exigencias del Matrimonio?

    - Los bienes y exigencias del Matrimonio son: la procreación y educación de los hijos, la mutua ayuda entre los esposos y el remedio a la concupiscencia.

    5. ¿Cuáles son las propiedades del Matrimonio? 

    - Las propiedades del Matrimonio son la unidad y la indisolubilidad; es decir, ha de ser uno con una y para siempre.

    6. ¿Qué deben hacer los esposos cristianos para vivir  santamente? 

    - Para vivir santamente, los esposos cristianos deben amarse y guardarse fidelidad, recibir los hijos que Dios les dé y educarlos cristianamente.


ORACIÓN

  Salve Regina

    Salve, Regína, mater misericordiae; vita dulcédo et  spes nostra, salve.  Ad te clamámus ‚éxsules filii Hevae.  Ad te suspirámus geméntes et flentes in hac lacrimárum valle.  Eia ergo, advocáta nostra, illos tuos misericórdes óculos ad nos convérte, Et Jesum, benedíctum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium osténde. 0 clemens, o pia, o dulcis Virgo María.

    V. Ora pro nobis.  Sancta Dei Génitrix.

    R. Ut digni efficiamur promissiónibus Christi. 

    Oremus

    Omnípotens sempiterne Deus, qui gloriósae Vírginis  Matris Mariae corpus et ánimam, ut dignum Filii tui habitáculum éffici mererétur, Spíritu Sancto cooperante, praeparásti: da, ut cuius commemoratióne laetámur; eius pia intercessióne, ab instántibus malis et a morte perpétua liberémur.  Per eúmdem Christum Dóminum nostrum.

    R. Amén.

    V. Divinum auxílium maneat semper nobíscum.

    R. Amén.


| Página principal | Valores |

Vida cristiana | Arriba |

 Anterior  | Siguiente |
 

®Arturo Ramo García.-Registro de Propiedad Intelectual de Teruel nº 141, de 29-IX-1999

Plaza Playa de Aro, 3, 1º DO 44002-TERUEL (España)