La oración del Señor: "Padrenuestro"

    59. La oración del Señor: "Padre nuestro"

    Un día, después de haber orado Jesús a su Padre celestial, uno de los discípulos se le acercó y le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos" (Lucas 11,1). Entonces les enseñó el Padrenuestro: "Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal" (Mateo 6,9-13).

    El Padrenuestro ha de ser nuestra oración preferida, puesto que nos la ha enseñado el mismo Dios.

1. El Padrenuestro, principal oración cristiana

    La oración fundamental del cristiano es el Padrenuestro, que los Apóstoles aprendieron de labios de Jesús. Por eso se la conoce también como "oración dominical", porque viene del Señor. Tertuliano afirma que "la oración dominical es, en verdad, el resumen de todo el Evangelio". Es, pues, indudable que se trata de la oración más perfecta de todas, siendo la oración por excelencia de la Iglesia. Como no podía ser menos, el Padrenuestro jalona la oración constante de la Iglesia y de cada cristiano particular: en la Misa, en los sacramentos, en la liturgia de las horas, en los sacramentales, en el Rosario...

2. Jesucristo nos enseñó el Padrenuestro

    Como se ha visto, Jesucristo mismo nos enseñó las palabras con las que debemos dirigirnos a nuestro Padre del cielo. Somos sus hijos por la gracia, sabemos que nos ama y que está dispuesto a darnos lo que le pidamos en el nombre de su Hijo Jesucristo. Por eso el Padrenuestro es, sin duda, la oración que más agrada a Dios.

    Debemos rezarlo con atención y devoción, dándonos cuenta de lo que decimos y logrando que el corazón se identifique con las peticiones que pronunciamos con la boca. Nos ayudará el conocer del sentido del Padrenuestro.

3. Contenido del Padrenuestro

    El Padrenuestro consta de una invocación inicial y de siete peticiones, que se refieren -las tres primeras- a la gloria de Dios Padre: la santificación de su nombre, la venida de su reino y el cumplimiento de la voluntad divina; las otras cuatro presentan al Padre nuestros deseos o necesidades.

    Invocación inicial: Padre nuestro que estás en el cielo. Nos dirigimos a Dios, Señor y Padre nuestro, reconociéndonos criaturas e hijos suyos; y decimos "nuestro", porque el Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo, miembros de la Iglesia y hermanos de todos los hombres.

    1ª petición: Santificado sea tu Nombre. Pedimos que el santo Nombre de Dios -sólo Él es infinitamente santo- sea reconocido y honrado por nosotros y en nosotros, lo mismo que en toda nación y en cada hombre.

    2ª petición: Venga a nosotros tu reino. Pedimos a Dios que reine en las almas por la gracia, que se extienda su reino por toda la tierra y que después nos dé el reino de la gloria.

    3ª petición: Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Pedimos que cuantos vivimos en este mundo unamos nuestra voluntad a la de su Hijo Jesucristo, para que cumplamos siempre su voluntad, como la cumplen los bienaventurados en el cielo.

    4ª petición: Danos hoy nuestro pan de cada día. Pedimos que nos dé lo que necesitamos para el sustento y conservación de nuestra vida corporal y espiritual.

    5ª petición: Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Pedimos que la misericordia de Dios perdone nuestros pecados -cosa imposible si nosotros no perdonamos de corazón a los que nos han hecho algún mal-, siguiendo el ejemplo de Jesucristo y con su ayuda.

    6ª petición: No nos dejes caer en la tentación. Le pedimos auxilio para vencer las tentaciones y perseverar en su gracia, que implica discernimiento, fortaleza, vigilancia y la gracia grande de la perseverancia final.

    7ª petición: Y líbranos del mal. Al final el cristiano -junto con la Iglesia- pide a Dios que manifieste la victoria conquistada por Cristo sobre Satanás, príncipe de los demonios, que se opone frontalmente a Dios y a su plan de salvación. Pedimos, pues, que nos libre de los males, principalmente del pecado y de la muerte eterna.

    Para confirmar las peticiones decimos: Amén, queriendo significar: así se lo pido al Señor y así lo espero de su divina misericordia. Amén significa "así sea", el deseo de que se realice lo que hemos pedido.

4. Rezar con devoción el Padrenuestro

    Siendo el Padrenuestro una oración tan bella y que tanto agrada a Dios, es lógico que procuremos rezarlo con especial atención; no podemos hacerlo maquinalmente repitiendo palabras sólo con la boca, sino poniendo la inteligencia y el corazón, es decir, con atención y devoción.


Curso de Catequesis. Don Jaime Pujol Balcells y Don Jesús Sancho Bielsa. EUNSA. Con la autorización de Don Jesús Sancho





 

    SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
 

    1. Objetivo. Poner atención y devoción en la oración vocal, especialmente al rezar el Padrenuestro y el Avemaría.
 

    2. Actividades.-Formar equipos de 4 ó 5 chicos y contestar a estas preguntas:

        a) ¿Cómo nos enseñó Jesús el Padrenuestro?

        b) ¿Cómo debemos rezarlo?

        c) Explica la "invocación inicial".

        d) Comenta las siete peticiones.

        e) ¿Qué es rezar con devoción el Padrenuestro?
 

    3. Puesta en común. Los secretarios de los equipos leen las contestaciones.

    4. Propósito de vida cristiana. Meditar alguna vez el Padrenuestro y el Avemaría para comprender mejor lo que se reza.


        CATECISMO

    1. ¿Cuál es la oración más excelente?

    - La oración más excelente es el Padrenuestro, que nos enseñó el mismo Jesucristo, porque en ‚l pedimos todo lo que podemos desear.

    2. ¿Debemos invocar a Dios como Padre? 

    - Debemos invocar a Dios como Padre porque nos lo ha revelado el Hijo de Dios hecho hombre, en quien, por el bautismo, nos hacemos hijos adoptivos de Dios.

    3. ¿Qué pedimos al decir "santificado sea tu Nombre”?

    - Al decir "santificado sea tu nombre" pedimos la gloria de Dios y la salvación de los hombres; que Dios sea conocido y amado por nosotros y por todos los hombres.

    4. ¿Qué pedimos al decir: “venga a nosotros tu Reino”? 

    - Al decir "venga a nosotros tu Reino" pedimos el crecimiento del Reino de Dios en nosotros y en el mundo y la venida gloriosa del Reino de Dios al final de los tiempos para siempre.

    5. ¿Qué pedimos al decir: “hágase tu voluntad”? 

    - Al decir "hágase tu voluntad" pedimos al Padre, en unión con Jesucristo, que se realice en nosotros y en el mundo su plan de salvación.

    6. ¿Qué pedimos al decir: “danos hoy nuestro pan de cada día”?

    - Al decir "danos hoy nuestro pan de cada día" pedimos el alimento terrenal y también el Pan de Vida,  que son la Palabra de Dios y el Cuerpo de Cristo, alimento de nuestras almas.

    7. ¿Por qué decimos: "perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”? 

    -Decimos "perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden" para implorar la misericordia de Dios, que vendrá sobre nosotros, si perdonamos a los que nos ofenden con el ejemplo y la ayuda de Cristo.

    8. ¿Qué pedimos al decir: “no nos dejes caer en la tentación” ?

    - Al decir "no nos dejes caer en la tentación" pedimos al Señor que nos aparte de todo pecado y nos conceda el don de sabiduría y fortaleza, la gracia de la vigilancia y la perseverancia final.

    9. ¿Qué pedimos al decir: “líbranos del mal”? 

    - Al decir “libranos del mal" pedimos a Dios, junto con la Iglesia que se manifieste la victoria de Cristo sobre Satanás que se opone personalmente a Dios y a su plan de salvación.  Con el "Amén" final expresamos nuestro deseo sobre las siete peticiones, Así sea".


    ORACIÓN

    Padrenuestro

    Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

    Avemaría

    Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.


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