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Síndrome de hiperinmunoglobulinemia D


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Sinónimos:
Deficiencia parcial de mevalonato quinasa; Hiperinmunoglobulinemia D con fiebre recurrente; HIDS; Deficiencia parcial de mevalonato quinasa; Hiperinmunoglobulinemia D con fiebre recurrente; HIDS; SHID; Síndrome de hiper-IgD; Hiperinmunoglobulinemia D con fiebre periódica Aprenda más

El síndrome de hiperinmunoglobulinemia D es la forma menos grave de una enfermedad metabólica conocida como deficiencia de mevalonato quinasa. Se considera una enfermedad autoinflamatoria, en que hay episodios recurrentes (ataques) de inflamación crónica sin explicación, caracterizados por episodios periódicos de fiebre, y otros síntomas como dolor en las articulaciones, nódulos linfáticos hinchados, erupción cutánea, dolores de cabeza, y dolor abdominal. La mayoría de los episodios duran varios días y ocurren periódicamente a lo largo de la vida. La frecuencia de los episodios y su gravedad varían mucho de un caso a otro.[1][2] Estos ataques pueden ocurrir de forma espontánea o pueden ser desencadenados por vacunas, infecciones, estrés emocional, o esfuerzo físico. El crecimiento y el desarrollo cognitivo generalmente no se ven afectados. El síndrome de hiperinmunoglobulinemia D es causado por mutaciones en el gen MVK que proporciona instrucciones para la fabricación de la enzima llamada mevalonato quinasa. Las mutaciones resultan en la deficiencia parcial de la enzima. Una forma más severa de deficiencia de mevalonato quinasa se conoce como aciduria mevalónica.[3][4] Se hereda de una manera autosómica recesiva.[1][4] El tratamiento es con anakinra, y otros medicamentos, pero no todos los pacientes mejoran. En la mayoría de los casos, la frecuencia de los ataques de la enfermedad disminuye con el tiempo.[2]
Última actualización: 7/3/2017

El síndrome de hiperinmunoglobulinemia D se caracteriza por altas fiebres periódicas que pueden estar asociadas con otros síntomas, incluyendo:[3][5][2]
  • Escalofríos
  • Ganglios linfáticos hinchados (linfadenopatía)
  • Dolor abdominal
  • Diarrea
  • Dolor de cabeza
  • Dolor articular
  • Aumento del tamaño del hígado (hepatomegalia) y / o aumento del tamaño del bazo (esplenomegalia)
  • Lesiones de la piel
  • Úlceras aftosas
La mayoría de los ataques duran varios días y ocurren periódicamente durante toda la vida.[1] La frecuencia de los episodios y su gravedad varían mucho de un caso a otro.[1][3] El primer ataque muchas veces comienza durante la infancia.[5] Los pacientes pueden no tener síntomas entre los ataques. Sin embargo, en algunos pacientes, los ataques pueden ser tan frecuentes que los síntomas persisten.[3] Los ataques pueden ocurrir de forma espontánea o pueden ser desencadenados por vacunas, infecciones, o estrés emocional o físico. Los pacientes no tiene problemas de crecimiento ni problemas cognitivos, de forma general.[5] [1]

Las complicaciones de la enfermedad a veces observadas en los adultos incluyen amiloidosis, adherencias abdominales, y muy raramente contracturas articulares.[5] También hay algunos pacientes que tienen una forma intermediaria de deficiencia de mavelonato quinasa entre el síndrome de hiperinmunoglobulinemia D y la aciduria mevalonica y que sufren de una enfermedad neurológica con o sin fiebre periódica.[2]

Última actualización: 7/3/2017

El síndrome de hiperinmunoglobulinemia D es causado por mutaciones en el gen MVK que codifica la enzima mevalonato quinasa. Las mutaciones conducen a una deficiencia parcial de la enzima mevalonato quinasa.[3][5]

El enzima mevalonato quinasa convierte una sustancia llamada ácido mevalónico en mevalonato-5-fosfato. Este es el segundo paso en el proceso de producción del colesterol. El colesterol se convierte más tarde en hormonas esteroides y ácidos biliares. Las hormonas esteroides son necesarias para el desarrollo y la reproducción normales, y los ácidos biliares se utilizan para digerir las grasas.[6] 

La enzima mevalonato quinasa también ayuda a producir otras sustancias que son necesarias para ciertas funciones celulares, como el crecimiento celular, la maduración celular (diferenciación), la estructura de la célula (el citoesqueleto), la actividad genética (expresión) y la producción y modificación de proteínas. Un papel de esta enzima en el proceso de la inflamación todavía no se entiende completamente, pero se sabe que la vía de mevalonato produce colesterol, y también algunos compuestos que son esenciales para la modificación de proteínas después que son formadas (post-traducción) que es necesaria para la correcta interacción y función de estas proteínas. La modificación defectuosa de las proteínas da lugar a varios problemas, incluyendo una respuesta de inflamación exagerada y demasiada secreción de una sustancia inflamatoria conocida como IL - 1.[6]
Última actualización: 7/3/2017

El síndrome de hiperinmunoglobulinemia D se hereda de forma autosómica recesiva, lo que significa que las dos copias del gen MVK deben estar mutadas. Los padres de una persona con una enfermedad autosómica recesiva tienen cada uno una sola copia del gen mutado (son portadores) y,  en general, no tienen señales o  síntomas de la enfermedad.[1][5]
Última actualización: 7/3/2017

El tratamiento se hace básicamente con una medicación llamada anakinra, pero no todos los pacientes mejoran. Por lo general, cinco a siete inyecciones diarias son suficientes para prevenir una recaída temprana. Anakinra también se puede utilizar para prevenir los ataques inducidos por vacunas en casos en que los pacientes que necesitan inmunizaciones.[6]

En 2015, un grupo de expertos de diferentes países propuso recomendaciones para el manejo de varias enfermedades inflamatorias incluyendo el síndrome de hiperinmunoglobulinemia D. Las recomendaciones para el tratamiento incluyen:[7]
Si la terapia anti-IL-1 y anti TNF no proporciona una mejoría significativa, se puede usar el tocilizumab.[7]
Última actualización: 7/3/2017

La esperanza de vida no se acorta excepto en raros casos en los que se producen infecciones graves o amiloidosis renal. No hay anomalías neurológicas o morfológicas aparentes. Entre los ataques de fiebre, los pacientes generalmente no tienen síntomas. Los ataques continúan durante toda la vida, aunque pueden disminuir un poco después de la adolescencia.[3] Un estudio de seguimiento a largo plazo mostró que la frecuencia de los ataques disminuye con el tiempo, pero alrededor de la mitad de los pacientes mayores de 20 años todavía pueden tener seis o más ataques al año, lo que puede afectar mucho la calidad de vida.[6]
Última actualización: 7/3/2017

Los grupos de apoyo y las organizaciones de ayuda pueden ser de utilidad para conectarse con otros pacientes y familias, y pueden proporcionar servicios valiosos. Muchos proporcionan información centrada en el paciente, e impulsionan la investigación para desarrollar mejores tratamientos y para encontrar posibles curas. Pueden ayudar a encontrar estudios de investigación, y otros recursos y servicios relevantes. Muchas organizaciones también tienen asesores medicos expertos o pueden proporcionar listas de médicos y/o clínicas. Visite el sitio en la red del grupo que le interese o póngase en contacto con ellos para conocer los servicios que ofrecen. Recuerde que la inclusión en esta lista no representa un aval de GARD.

Organizaciones de Apoyo para esta Enfermedad

Sitios o Redes Sociales en la Internet

Organizaciones de Apoyo General


Estos recursos proporcionan más información sobre esta condición o de los síntomas asociados. Los recursos en la sección “Información detallada” contiene lenguaje médico y científico que puede ser difícil de entender. Es posible que desee revisar esta información con un médico.

Información Detallada

  • El American College of Rheumatology tiene información sobre esta enfermedad.
  • El Guía Metabólica un proyecto de Sant Joan de Déu, un hospital maternoinfantil de la Universidad de Barcelona y la Associació Catalana de Trastorns Metabólics Hereditaris, ofrece información acerca esta enfermedad.

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  1. Hyper IgD Syndrome. National Organization for Rare Disorders (NORD). 2017; http://www.rarediseases.org/rare-disease-information/rare-diseases/byID/1169/viewAbstract.
  2. Jos W M & van der Meer AS. The challenge of autoinflammatory syndromes with an emphasis on hyper-IgD syndrome. Rheumatology. 2016; 55(2):23-29. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27856657.
  3. Shinawi M, Scaglia F. Hereditary Periodic Fever Syndromes. Medscape Reference. 2017; http://emedicine.medscape.com/article/952254-overview.
  4. Hyper-IgD Syndrome. Online Mendelian Inheritance in Man (OMIM). 2013; http://omim.org/entry/260920.
  5. Frenkel J, Simon A. Hyperimmunoglobulinemia D with recurrent fever. Orphanet. 2011; http://www.orpha.net/consor/cgi-bin/OC_Exp.php?lng=EN&Expert=343.
  6. Sönmez HE & Özen S. A clinical update on inflammasomopathies. Int Immunol. April 6, 2017; https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28387826.
  7. Ozen S & Demir S. Monogenic Periodic Fever Syndromes: Treatment Options for the Pediatric Patient. Paediatr Drugs. May 11, 2017; https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28497352.