No hay nada más frustrante que trabajar mucho en el maquillaje por la mañana solo para que a la hora del almuerzo ya se haya desvanecido. ¿Cuál es el punto de perfeccionar tu maquillaje de ojos felinos si para el momento en que vas a salir ya se ha borrado o se está corriendo? Por fortuna, si te aplicas muy rápida y fácilmente una prebase de ojos, puedes estar tranquila de que tu maquillaje de ojos se quedará en su lugar todo el día.

Método 1
Método 1 de 2:
Escoger una prebase

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    Elige el tono correcto de la prebase. Generalmente para el uso cotidiano se recomienda buscar una que sea del mismo tono de la piel o un poco más clara. Esta opción te proporcionará la apariencia más natural posible si no te aplicas sombras y solo utilizas delineador, y no alterará el tono de las sombras añadiéndoles pigmentación.[1]
    • Si vas a utilizar sombras oscuras o un maquillaje de ojos ahumados, busca una prebase más oscura para añadirle profundidad a tu estilo.[2]
    • Si vas a utilizar varios colores y quieres que resalten mucho, prueba una prebase blanca.[3]
    • Puedes excluir el uso de sombras y elegir una prebase que tenga un color interesante mezclado en su fórmula.[4]
    • Piensa en una prebase correctora si tienes ojeras o quieres iluminar tus ojos. Las que tienen un tinte amarillo o durazno neutralizan los tonos morados, marrones y de "moretones" que tienen las ojeras.[5]
    • Una prebase con un poco de verde puede neutralizar la piel rosada o enrojecida.[6]
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    Elige el acabado de tu prebase. Las de tipo mate son excelentes para usarlas a diario porque suelen durar más y le proporcionan una base más neutra al maquillaje de ojos. Incluso si tu piel no es grasosa, los párpados suelen incorporar un poco de grasa en el transcurso del día y el acabado mate te ayudará a absorberla y mantener el maquillaje en su lugar.[7]
    • Un acabado satinado o brillante estará bien para cuando no tengas sombras sobre la prebase o tengas pensado utilizar unas que tengan brillos. Ten en mente que estas opciones no tienen la misma adherencia que las de tipo mate. Por otro lado, no debes utilizar una sombra mate sobre una prebase brillante porque se verá fuera del lugar.[8]
    • Si tienes la piel muy seca, prueba una prebase en gel o una que ilumine la piel.[9]
    • Las prebases mate combinan tanto con las sombras mate como con las brillantes. Así podrás agregar todo el brillo con el maquillaje y no con la prebase.[10]
    • Estas son particularmente efectivas en los climas calurosos y húmedos porque controlan la grasa y el brillo de la piel.[11]
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    Elige la textura de tu prebase. Estos productos vienen en forma de gel, crema, líquido o barra. Su textura determinará la sensación que te dejará en los párpados y el tiempo que durará. Las prebases en gel normalmente son las que duran más y se pueden utilizar con cualquier tipo de sombras. Además, son excelentes para los climas calurosos y reducen al máximo la formación de pliegues.[12]
    • Las prebases en crema tienen la textura del mousse y son las más fáciles de encontrar. Estas funcionan con la mayoría de las sombras, pero pueden sentirse un poco pesadas en los párpados.
    • Las prebases líquidas son muy ligeras, pero suelen mostrar pliegues si se aplican de manera muy ligera. Al momento de aplicarla, asegúrate de mezclarla bien en las líneas de los párpados.[13]
    • Las prebases en barra se pueden aplicar directamente sobre el párpado, en lugar de utilizar un dedo o una brocha. Son muy convenientes por esta razón, pero podría ser difícil calcular la cantidad que se utiliza.[14]
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    Elabora tu propia prebase o utiliza una alternativa natural si se te acaba la tuya. El gel de sábila (o aloe vera) y la leche de magnesia sin sabor ni aroma pueden actuar como sustitutos de la prebase en un momento de apuro. Ambos elementos absorberán el exceso de grasa y, además, la sábila puede humectar los párpados. Solo aplícate un poco con la ayuda de un hisopo y cuida de que no te caiga en los ojos.[15] Mezcla los siguientes ingredientes para elaborar tu propia prebase:
    • 1/2 cucharadita de bálsamo labial ablandado (ponlo debajo de un chorro de agua por 1 minuto)
    • 1 cucharadita de almidón de maíz
    • 1 1/2 cucharadita de base líquida del tono de tu piel
    • Combina todos los ingredientes en un recipiente pequeño.[16]
    • Puedes utilizar un poco de cera de petróleo (vaselina) si no tienes bálsamo labial, pero no tendrá el mismo poder de fijación que la cera de este último.[17]
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Método 2
Método 2 de 2:
Aplicarte la prebase

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    Límpiate el rostro y aplícate un humectante. Es fundamental comenzar siempre con el rostro limpio, habiendo retirado toda la grasa y la suciedad que podría encontrarse en tu piel. Por otro lado, el humectante hará que el maquillaje no reseque tu piel. Espera al menos 20 segundos después de aplicártelo o hasta que la piel se sienta seca y no humedecida.[18] Si el humectante todavía está húmedo, podría interferir con la aplicación de la prebase.
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    Coloca un poco de prebase en la parte posterior de tu mano, casi del tamaño de un grano de arroz. Si bien debe cubrir los párpados por completo, si utilizas demasiado podría salirte el tiro por la culata, pues podría provocar que tu maquillaje se haga bolas o grumos, o tenga una apariencia terrosa o brillante.[19] Si te echas muy poco, tu maquillaje de ojos no durará.
    • Esta cantidad de prebase debe ser suficiente para ambos ojos.
    • Siempre es mejor comenzar con poco producto e ir aumentándolo en capas si es necesario en lugar de empezar con demasiado y tratar de retirarlo después. Recuerda que menos es más cuando de prebases se trata.
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    Humedece tu dedo anular o una brocha pequeña con la prebase y aplícala en tu párpado presionándola ligeramente. Presiona levemente, da golpecitos, uniformiza y extiende (pero no frotes) la prebase en tu piel.[20] Puedes empezar cerca de la esquina interior de los ojos, y esparcirla hacia fuera y arriba en dirección a la ceja y el extremo externo del párpado o puedes comenzar en el centro e ir esparciendo hacia fuera y arriba. Escoge la opción que mejor te acomoda.
    • Un dedo (limpio) es el instrumento perfecto para aplicarse la prebase y la mayor parte del tiempo será lo único que necesitarás. Con él podrás controlar fácilmente la cantidad de producto que vas a aplicar y el calor que despiden las puntas puede ayudarte a esparcirlo.
    • Una brocha de maquillaje pequeña podrá llegar bien a los recovecos y extremos cerca del conducto lagrimal y la línea de pestañas, y normalmente contribuye a que la aplicación sea uniforme.
    • Sé delicada en todo momento y nunca tires de la piel que está alrededor del ojo, pues podrías hacer que se caiga y le aparezcan arrugas más adelante.
    • Trabaja bien la prebase en los pliegues de tus párpados. La función de este producto es rellenar las líneas finas de la piel de modo que el maquillaje no se asiente en ellas.[21]
    • Si vas a usar maquillaje en el párpado inferior, utiliza una brocha delgada o tu dedo para aplicarte la prebase a lo largo de la línea de pestañas presionando ligeramente.
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    Deja que la prebase se absorba y se seque (unos 20 segundos) y luego maquíllate como de costumbre.[22] Tu párpado debe sentirse como un lienzo uniforme y tus sombras deben deslizarse sin problemas. Si tiene una apariencia apelmazada o grumosa, habrás utilizado demasiada prebase y tendrás que reducir un poco la cantidad en la siguiente aplicación.[23]
    • Asimismo, puedes utilizar la prebase para fijar el polvo de cejas en esta parte del rostro.[24]
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