Los científicos toman en cuenta cinco olas de extinción de animales en la historia de la Tierra, incluida la de los dinosaurios, y muchos creen que en la actualidad hemos entrado en una sexta.[1] Sin embargo, esta vez la causa principal son los humanos, por medio de la reducción y destrucción de los hábitats, la caza excesiva, la contaminación, las interrupciones en las cadenas tróficas y la introducción de especies no nativas, por mencionar algunos factores. Más allá de la pérdida permanente de las especies, la extinción amenaza los avances médicos y científicos posibles provenientes de la vida animal, e incluso quizás nuestra cadena trófica (por la alteración de la cadena de polinización). Podría parecerte un problema demasiado grande como para que cualquier persona sola haga una diferencia, pero hay varios cambios que todos podemos hacer para evitar que las especies en peligro de extinción desaparezcan.

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer cambios en tu entorno

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    Busca especies locales que necesiten ayuda. Los animales en peligro de extinción pueden parecerte un problema lejano, pero es probable que haya especies amenazadas, como osos, aves o insectos, cerca de ti.
    • Las plantas invasoras que sobrepasan la vegetación nativa y los animales invasores que no tienen depredadores pueden combinarse para diezmar poblaciones enteras de animales nativos. Ten en cuenta la diferencia existente entre las especies invasoras y las no nativas. Las primeras son específicamente especies que prosperan y superan a las especies nativas. De hecho, la mayoría de nuestros alimentos de origen animal y vegetal no son nativos.
    • Al plantar, elige plantas y flores que sean nativas de la zona. Es más probable que la vegetación nativa atraiga aves, mariposas y otros insectos, y demás animales también nativos que podrían estar en peligro de extinción.
    • Retira hierbas invasoras y plantas no nativas, favoreciendo las variedades de la zona.
    • Construye comederos de aves adecuados para las especies nativas.
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    Cultiva de manera natural. Elimina el uso de pesticidas químicos en tu jardín y favorece los productos naturales. Dales a las especies amenazadas o en peligro de extinción de tu área la oportunidad de desarrollarse sin enfrentarse a toxinas innecesarias. Además, una escorrentía podría esparcir los químicos de los pesticidas lejos de tu casa, de modo que terminarán afectando un hábitat mayor de lo que piensas.
    • “El control de plagas integrado” es una opción que se basa en métodos “naturales” para combatir las plagas y las plantas no deseadas. Por ejemplo, si tienes un problema con pulgones, atrae mariquitas que se alimenten de ellos. La creencia que tienen las personas que practican la permacultura (y también otras) es que si tienes una gran cantidad de caracoles o babosas en tu jardín, el problema no es precisamente la cantidad de dichos animales, sino la falta de patos que se alimenten de ellos y los mantengan a raya.
    • Asimismo, empieza a hacer composta para crear un fertilizante natural y de origen bien local, en lugar de marcas comerciales llenas de químicos y traídas de lejos.
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    Considera tus necesidades de espacio. Muchas personas sueñan con tener un patio trasero enorme con un césped verde y prístino, pero la invasión cada vez mayor de los hábitats silvestres por parte de los humanos es una de las causas principales de que haya especies en peligro de extinción.
    • Considera la posibilidad de convertir tu patio en un paisaje comestible. En las zonas afectadas por sequías, el uso de plantas nativas o acostumbradas a estas condiciones puede ayudar a que las especies animales sobrevivan.
    • Cuando sea momento de mudarte a una casa nueva, piensa detenidamente sobre la cantidad de espacio que realmente necesitas. Además, toma en cuenta los beneficios de vivir en un lugar más pequeño (por ejemplo, ¡menos césped que cortar!) o en un área de desarrollo ya en curso en lugar de un enclave periférico recién hecho.
    • Si no tienes planeado mudarte, piensa en la posibilidad de reducir tu huella en tu propiedad. ¿Permitirías que parte de tu terreno vuelva a un estado más natural, por ejemplo, reemplazando el césped por plantas nativas que crezcan solas?

Método 2
Método 2 de 3:
Combatir la contaminación y el cambio climático

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    Compra productos orgánicos de origen local. Apoya a los agricultores que evitan los pesticidas químicos y pueden distribuir sus cultivos al mercado sin un consumo de combustible significativo (y contaminación). Todas las medidas para prevenir la contaminación contribuyen a las especies en peligro de extinción y ayudarás a que la agricultura orgánica sea una opción social y económicamente consciente para los agricultores.
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    Reduce, reutiliza y recicla. Si tu municipalidad tiene algún programa de reciclaje, aprovéchalo al máximo. Si no existe ningún programa disponible, crea uno. Mantén la mayor cantidad de tu basura fuera de los vertederos.
    • Los vertederos ocupan un espacio valioso y, al parecer, una parte de los desechos (como las bolsas y botellas de plástico) llega inevitablemente a los hábitats silvestres o a los grandes remolinos de basura que encontramos en el mar, lo que tiene consecuencias negativas para la vida animal.
    • Cada vez que sea posible, compra productos y alimentos no empaquetados. Lleva tus propias bolsas a la tienda y así reducirás la cantidad de basura y desechos que produces, sin mencionar la contaminación que se origina a causa de la elaboración y distribución de los paquetes. Las ballenas y los tigres te lo agradecerán.
    • Empieza una iniciativa entre tus vecinos para compartir herramientas especializadas y que casi no se utilizan. Existen buenos ejemplos de personas que colaboran con las bibliotecas locales para tener una sección de préstamo de herramientas.
    • Dona juguetes, libros, juegos y ropa usados, además de otros objetos, a hospitales, albergues, guardarías o instituciones de caridad.
    • Antes de tirar algo a la basura, piensa en maneras creativas de reutilizarlo. Quizás un florero hecho de un inodoro no sea tu estilo, pero una mesa vieja y destartalada podría usarse como una mesita de trabajo agradable.
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    Piensa en alternativas a conducir. Camina o monta la bicicleta para ir al trabajo o al mercado. Hacerlo es bueno para tu cuerpo y no produce emisiones de carbono que afecten de manera negativa el equilibrio climático delicado de la tierra. Usa el transporte público siempre que puedas.
    • Cuando uses un auto, conduce más lentamente. El atropello de animales está aumentando conforme sus hábitats y las de los humanos se están sobreponiendo más y más. Esta es una amenaza particular para algunas especies en peligro de extinción.[2]
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    Ahorra energía apagando las luces y los aparatos eléctricos cuando no los utilices. Desconecta los televisores, las computadoras y cualquier otro aparato que siga consumiendo energía aunque esté apagado. Esta medida detendrá el consumo "oculto" de estos artefactos.
    • De este modo, reducirás la contaminación que daña los hábitats de las especies en peligro de extinción mientras ahorras dinero. No está mal. Hazlo un hábito en tu propia vida y compártelo con los demás. Diles que puedes ahorrarles algo de dinero y ayudar a los osos polares al mismo tiempo.
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    No desperdicies agua. No dejes correr el agua mientras te cepilles los dientes y usa aparatos que ahorren agua en tus inodoros, caños y cabezales de ducha. Arregla rápidamente las cañerías y los grifos que goteen. Incluso un goteo menor puede desperdiciar grandes cantidades de agua a la larga.
    • Utiliza un riego por goteo u otros dispositivos para el ahorro de agua en el jardín. Si es legal en el lugar donde vives, considera la posibilidad de instalar un sistema de “aguas grises” que emplee el agua de las duchas y los lavabos en el riego del jardín. Si en verdad quieres comprometerte, instala un inodoro de compostaje.
    • La demanda de agua cada vez mayor de los humanos conlleva cambios en los ecosistemas de agua dulce que sobrepasan la reducción de los niveles de este elemento. Por ejemplo, construir represas para hacer reservorios puede evitar que el salmón llegue a sus lugares de desove.

Método 3
Método 3 de 3:
Trabajar juntos

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    Apoya a los parques nacionales, las reservas naturales y las áreas silvestres que protegen los hábitats de los animales en peligro de extinción. Visítalos, gasta dinero en ellos u ofrécete de voluntario en alguno.
    • Enséñales a los niños sobre la protección de las especies en peligro de extinción. Muchos parques tienen programas y recorridos turísticos especiales para ellos.
    • Cuando viajes, toma en cuenta el ecoturismo en las áreas que están haciendo esfuerzos por proteger grandes números de especies en peligro de extinción. Por ejemplo, hay muchas personas de Madagascar, una nación insular al este del continente africano que tiene un ecosistema único y frágil, a las que les gustaría preservar sus especies en peligro de extinción. Proporciónales los incentivos económicos para hacerlo.[3]
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    Deja la naturaleza como la encuentres. Cuando vayas a un parque nacional o simplemente camines por un bosque, sigue las reglas y realiza acciones sencillas para mantener el área inmaculada: recoge la basura; sigue las normas concernientes al uso de fuego; deja las flores, los huevos e incluso las piedras y ramas donde los encuentres. Solo tómate fotos y deja huellas.
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    Únete a un grupo de conservación de la vida silvestre. Hay muchas organizaciones nacionales e internacionales que trabajan para proteger a las especies en peligro de extinción, e incluso podrías encontrar organizaciones locales en tu área. Es posible que realicen labores tan simples como retirar la hierba y plantar especies nativas en la reserva natural más cercana. Únete a ellos o crea un grupo tú mismo.
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    Alienta a los agricultores y a los grandes hacendados a establecer hábitats de vida silvestre y a no cortar bosquecillos de árboles antiguos. Si conoces a alguien en esta situación, infórmale de los beneficios de hacerlo. De lo contrario, únete a una organización que apoye a los agricultores y otros actores a tomar esta decisión.
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    Une tu voz a la de otros y hazte escuchar. Se dice que "el que no llora no mama" por una buena razón. Si crees que las especies en peligro de extinción merecen protección por su beneficio y el nuestro, haz que los demás lo sepan. Una mayor consciencia es el primer paso para lograr un cambio positivo.
    • Ponte en contacto con tus representantes electos. Pídeles que apoyen no solo las leyes que protejan a las especies en peligro de extinción en tu país o en el extranjero, sino también las medidas que reduzcan la contaminación y hagan frente al cambio climático.
    • Exprésate en tu comunidad. Contribuye a elaborar folletos. Habla en una escuela, biblioteca o centro comunitario. Ayuda a las personas de una manera amigable pero decidida a ver el panorama completo, de cómo las cosas pequeñas que hacemos (o no) afectan a todo el sistema, incluyendo a las especies en peligro de extinción. Diles cómo la pérdida de especies crea un efecto dominó que los afectará de alguna manera también y no solamente con respecto a los animales que podrán ver en el zoológico.

Acerca de este wikiHow

Kris Jensen
Coescrito por:
Director de Regenerative Communities Collective
Este artículo fue coescrito por Kris Jensen. Kris Jensen es el director de Regenerative Communities Collective, una consultoría de diseño que se centra en el diseño regenerativo. Anteriormente, fue el director ejecutivo de San Bruno Mountain Watch en California. Ha sido un activista ambiental por más de 25 años. Este artículo ha sido visto 112 613 veces.