¿Así que quieres cambiar tu risa? Quizá simplemente no te gusta el sonido de tu risa o tal vez alguien más te dijo que no le gustaba. En este caso, trata de determinar qué es lo que está “mal”: ¿es muy ruidosa, un poco tonta o da miedo? Escucha otras risas que te parezcan interesantes y trata de imitar los estilos que te agraden.

Método 1
Método 1 de 3:
Elegir tu nueva risa

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    Elige un nuevo estilo de risa. Si todavía no tienes un estilo en mente, proponte buscar una risa que te agrade. Busca inspiración en todo lugar donde la gente se ría. Por ejemplo, escucha a las personas que conozcas, a personajes de películas y gente de la televisión. Escucha a tus seres queridos y extraños por igual. Mantente en una búsqueda constante para encontrar buenas risas.
    • YouTube y otras páginas de Internet en general son buenas fuentes de ejemplos de habla humana.
    • Piensa en las razones por las que te agradan ciertas risas. Quizá te gusten porque son profundas y vigorosas o porque al oírlas te hacen reír.
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    Imita una risa que te guste. Cuando oigas una risa que te inspire, intenta recordarla o grabarla. Luego, cuando estés solo, encuentra un espejo e intenta imitarla. Dicha imitación puede ser natural si pasas tiempo con otras personas cuyas risas son contagiosas, pero al elegir una risa en particular, puedes volverlo un proceso más intencional.[1]
    • Ten en cuenta que, si imitas la risa de un personaje famoso de la televisión o de una película, las personas podrían darse cuenta. Por lo tanto, decide si eso es lo que quieres.
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    Piensa en la razón por la que quieres cambiar tu risa. Quizá hay algo que no te gusta de tu risa actual: es muy ruidosa, algo tonta o da miedo. Intenta trabajar con una risa que no tenga dichas cualidades indeseables. Sé consciente, cambia dichos aspectos específicos y quizá logres resolver tu problema.[2]
    • Si tu risa es muy ruidosa, intenta reírte un poco más bajo. Si es un poco tonta, es decir, rápida y tiene un tono alto, quizá puedas reírte más lentamente y en un tono más profundo.
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    Considera si hay algo que realmente tienes que cambiar. Con frecuencia las personas no se dan cuenta de que su respiración debe cambiar al reírse. Por ejemplo, muchos hacen sonidos por la nariz al reírse porque es la manera en que su cuerpo se adapta a fin de obtener más oxígeno mientras se ríen. Intenta preguntarle cómo suena tu risa a algunas personas de confianza. Este ejercicio puede ser revelador: si hay algo en tu risa que les fastidia o incomoda, es probable que te lo digan.

Método 2
Método 2 de 3:
Cambiar tu risa

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    Utiliza una grabadora de sonido para estudiar tu risa. Graba tu risa o pídele a alguien que lo haga por ti. Luego, escucha la grabación y determina qué es lo que la hace única o indeseable. Quizá haces sonidos fuertes y frecuentes por la nariz o tal vez tienes una risita muy nerviosa. Conforme trabajes para cambiar tu risa, puedes volver a grabarte para analizar tu progreso y hacer los ajustes necesarios a tu estilo.
    • Si tienes alguna risa específica en mente, considera escuchar la grabación de tu risa y una grabación de la que quisieras tener al mismo tiempo. De esta manera, quizá puedas escuchar mejor las diferencias sutiles entre ambas.
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    Encuentra un lugar donde puedas estar solo. Ríete en el auto, en un área remota o frente al espejo. Cuando te sientas preparado, empieza a reírte tal como quieres. Intenta practicar la risa y haz los ajustes necesarios al sonido.
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    Ríete de verdad. Piensa en algo divertido, pídele a un amigo que te cuente un chiste o mira algo gracioso. Intenta que la risa sea genuina de tal manera que represente mejor el sonido de tu risa en la vida real. Si no encuentras de qué reírte, ríete de lo ridícula que es esta actividad. Mírate al espejo y ríete de ti mismo de vergüenza.
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    Intenta hallar la raíz de tu risa indeseable. Si tu risa es muy nasal, concéntrate en la forma en que tu nariz se tensa cuando te ríes. En vez de eso, intenta redirigir tu risa a través de tu diafragma, una cavidad de aire que se encuentra cerca de tu estómago, justo debajo de los pulmones. Si tu risa es muy ruidosa, intenta reaccionar con más calma.

Método 3
Método 3 de 3:
Practicar tu risa

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    Esfuérzate por utilizar tu nueva risa mientras socializas. Sé consciente de cómo suenas al reírte y hablar. Tal vez tengas que prestar mucha atención en un inicio para poder reírte de la forma elegida de manera consciente. Sin embargo, con el tiempo es posible que el nuevo sonido salga más naturalmente.
    • Si notas que empiezas a reírte como antes, no te frustres. La risa anterior era un hábito que se desarrolló de manera natural con el paso de años de interacciones joviales con otras personas y puede ser difícil controlar el impulso.
    • Lo importante es estar consciente de la forma en que te ríes. Si logras hacerlo, quizá sea más sencillo cambiar dicho sonido.
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    Practica la risa siempre que puedas. Cuando estés solo en casa, practica el nuevo sonido. Ríete hasta estar satisfecho con su sonido. Puedes hacerlo en el auto, en el parque o frente a un espejo. Elige bien el lugar; ten en cuenta que otros podrían sentirse incómodos si te ríes cerca de ellos sin que hayan dicho algo gracioso.
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    No temas dejar que la risa se desarrolle. Si quieres esforzarte por conseguir un estilo específico, es importante recordar que este puede cambiar con la práctica. Al igual que con tu risa natural, que se vio influenciada por el ambiente a tu alrededor (las personas con quienes interactuaste, los personajes de película que adorabas, las risas que te gustaban y que inconscientemente intentabas imitar), tu nueva risa se verá influenciada por nuevas experiencias. Esto no significa que no te gustará, sino que no tienes que ser demasiado quisquilloso con su sonido siempre y cuando te agrade.
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    Utiliza tu nueva risa gradualmente con tus amigos. No sorprendas a todos con tu nueva risa; utilízala cada vez más y con mayor frecuencia. Primero acostúmbrate a ella y, con el tiempo, quizá ni tengas que pensar en cómo te ríes. Tu cerebro se adaptará gradualmente y recordará el tono.[3]

Consejos

  • No te esfuerces demasiado en cambiar tu risa. De lo contrario, podría parecer que finges y tu sonará falsa.
  • Elige una risa natural y procura que se oiga normal.
  • Pídele a alguien que evalúe tu risa. Si piensa que es fastidiosa o que es más molesta que la anterior, crea una nueva.

Advertencias

  • Elige tu nueva risa cuidadosamente. Si es muy ridícula, la gente podría burlarse de ti.

Cosas que necesitarás

  • un espejo
  • alguien que te evalúe tu risa

Acerca de este wikiHow

Ben Whitehair
Coescrito por:
Experto en redes sociales
Este artículo fue coescrito por Ben Whitehair. Ben Whitehair es experto en redes sociales, coach de actuación y director de información (CIO) de TSMA Consulting. Con más de una década de experiencia en redes sociales, se especializa en aprovecharlas para los negocios y el desarrollo de relaciones. También se enfoca el impacto de las redes sociales en la industria del entretenimiento. Se graduó summa cum laude de la Universidad de Colorado en Boulder con una licenciatura en teatro y ciencias políticas, así como con un certificado de ldierazgo. Además de su trabajo como director de información, Ben es un coach de negocios certificado y de mentalidad, así como miembro de la Junta Nacional de SAG-AFTRA. También es un emprendedor exitoso como cofundador de Working.Actor, la principal academia de negocios y comunidad de coaching para actores. Este artículo ha sido visto 25 550 veces.
Categorías: Comunicaciones