Si tienes menos de 18 años, necesitarás el permiso de uno de tus padres para que te perforen las orejas. Si necesitas el permiso de tu mamá, hay varias medidas que puedes adoptar. Averigua cómo cuidar las orejas perforadas para demostrarle que eres responsable. Elabora una lista de motivos válidos por los cuales quieres tener aretes. A partir de allí, conversa con tu mamá cuando esté tranquila. Pregúntale con amabilidad y explica tu situación. Si se niega, puedes esforzarte por llegar a un acuerdo con ella. También puedes pedirle que te deje perforarte las orejas en una fecha futura.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Adoptar medidas preliminares

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    Lee sobre cómo cuidar las orejas perforadas. Si tu mamá nota que sabes cómo cuidar las orejas perforadas, podría estar más cómoda con la idea. Lee sobre los cuidados posteriores para las orejas perforadas. Demuéstrale que cuidarás de tus orejas y no sufrirás una infección a causa del procedimiento.
    • Dile que conseguirás aretes de oro, ya que estos son menos propensos a causar infecciones en comparación con otros metales.
    • indícale que te limpiarás los lóbulos cada día por 4 a 6 semanas luego del procedimiento.
    • Dile que te lavarás las manos primero, te aplicarás alcohol isopropílico o un ungüento antibacteriano con un hisopo, y te lavarás las orejas con cuidado.
    • Asimismo, indícale que girarás cada arete después de la limpieza para evitar que los agujeros se cierren alrededor de ellos, lo que los mantendrá en su lugar.
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    Idea buenas razones por los que quieras aretes. Si tu mamá es más tolerante, algo como “Simplemente me parece que lucen geniales” podría bastarle. Sin embargo, muchos padres tendrán sus dudas en torno a las orejas perforadas. Trata de concebir un motivo por el que quieras perforarte las orejas y que convenza a tu madre.[1]
    • Conversa sobre tu propia confianza personal. Podrías decir algo como “Sentiría que puedo expresarme con los aretes. Podría usar aretes para expresar mi personalidad, lo que me podría ayudar a sentirme más seguro”. También podrías decirle algo como “Sé que todas las invitadas de la boda de mi prima Abril usarán un tipo específico de arete. Pensé que sería genial que también forme parte de ello”.
    • Evita los motivos como “Todos los usan”, ya que es poco probable que esto convenza a tu mamá.
    • Sin importar tu motivo, asegúrate de que sea sincero. No digas que crees que los aretes mejorarán tu autoconfianza si no es así. Tienes que ser sincero con tu mamá, ya que esto demuestra madurez. Si luces como una persona madura, será más probable que tu mamá acepte.
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    Conversa con un amigo que tenga las orejas perforadas. Si tienes un amigo con las orejas perforadas, podrías preguntarle cómo ha convencido a su mamá. Es probable que haya tenido la misma conversación, y podría brindarte consejos especiales sobre cómo obtener la respuesta que quieres.
    • Elige a un amigo con padres que posean valores similares a los de los tuyos. Si le preguntas a un amigo con padres más tolerantes, quizás la conversación que ha tenido con ellos no haya sido tan difícil.
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    Reflexiona sobre cómo tener la conversación. Antes de tener una conversación, piensa en lo que dirás. Pasa mucho tiempo considerando qué quieres lograr con la conversación. Esto te ayudará a mantenerte encaminado cuando converses con tu mamá.[2]
    • A simple vista, querrás obtener permiso para que te perforen las orejas. Sin embargo, debes pensar en otros deseos más profundos durante esta conversación.
    • Tendrás que crecer un poco y tomar tus propias decisiones. Tu mamá tendrá que confiar en que eres responsable.
    • Asimismo, debes abordar la conversación queriendo escuchar la versión de tu mamá. Recuerda que una conversación se da en dos vías. Debes prepararte para escuchar la perspectiva de tu mamá, incluso si no es algo que quieras escuchar.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Conversar con tus padres

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    Habla con tu mamá en el momento adecuado. Antes de la conversación, determina en qué momento tu mamá suele estar disponible. También considera en dónde podrías conversar con más comodidad. Por ejemplo, si tienes muchos hermanos, quizás no debas conversar sobre ello en la sala en donde tus hermanos suelen jugar videojuegos. En lugar de ello, podrías conversar en tu dormitorio, en donde hay menos distracciones.[3]
    • Encuentra un momento en el que tu mamá esté en casa y no esté ocupada. Por ejemplo, quizás suela tener tiempo libre los miércoles por la noche justo después de la cena.
    • No obstante, sé un poco flexible, ya que los horarios están sujetos a cambios. Piensa en varias horas en las que podrías hablar con ella.
    • Cuando encuentres el momento adecuado, podrás iniciar la conversación con algo simple. Di algo como “Mamá, ¿puedo preguntarte algo?”.[4]
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    Sé directo y sincero. Si quieres que tu mamá confíe en ti, tendrá que creer en lo que dices. Dile con sinceridad por qué quieres tener aretes. También sé directo en torno a ello. No te vayas por las ramas y, en lugar de ello, explica tu razón sin dudar.[5]
    • Indica de inmediato de qué quieres hablar. Di algo como “Mamá, me gustaría mucho que me perforaran las orejas y esperaba que me dieras permiso”.
    • A partir de allí, dale un motivo sincero por el que quieras perforarte las orejas. Por ejemplo, dile “Simplemente pienso que me vería muy bien y sería una manera grandiosa de mejorar mi estilo y expresarme más. Creo que me sentiría un poco mejor conmigo mismo si pudiera colocarme aretes que expresen quién soy”.
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    Escucha su opinión. No tienes que dominar la conversación, ya que te haría lucir como alguien que quiere discutir y que, por lo tanto, es inmaduro. Si quieres que tu mamá te escuche, esfuérzate por escuchar su versión. Incluso si te dice algo que no te agrada, dedica un tiempo a escuchar antes de responder.[6]
    • Tu mamá podría tener muchos motivos por los que no quiere que te perfores las orejas. Podría pensar que eres muy joven o podría preocuparse de que sea demasiado caro. Sin importar cuál sea el motivo, trata de escuchar.
    • Dile que entiendes. Tu mamá debe sentir que la has escuchado. Puedes responder algo simple como “Entiendo que pienses que soy un poco joven para esto”.
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    No discutas ni te quejes. Puedes indicarle a tu mamá por qué estás en desacuerdo con ella o persuadirla para llegar a algún tipo de acuerdo. Sin embargo, no debes quejarte de inmediato. No te quejes, no ruegues ni discutas con ella si se niega o duda. Es poco probable que estas acciones la convenzan para estar de acuerdo.[7]
    • Por ejemplo, no digas algo como “¡Claro que tengo la edad suficiente! Todas las chicas en la escuela tienen las orejas perforadas. La mamá de Sara le ha dado permiso. ¡Por favor!”.
    • En lugar de ello, ofrece una respuesta madura. Di “Entiendo que pienses que soy un poco joven para ello, pero muchas chicas de mi edad tienen las orejas perforadas. Mi amiga Sarah ha podido cuidar muy bien sus piercings, y he estado leyendo sobre cómo son estos cuidados. Sé que puedo encargarme de ello, incluso si soy un poco joven”.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Lidiar con los obstáculos

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    Llega a un acuerdo. Tu mamá podría dudar de dejar que te perforen las orejas, en especial si es muy estricta. Sin embargo, podrían llegar a un acuerdo. Si te dice no por ahora, conversa con ella sobre un posible acuerdo.[8]
    • Si no está de acuerdo, pregúntale por qué se niega. Una vez que descubras la razón, trata de pensar en un acuerdo razonable.
    • Imagina que está preocupada por el costo. En este caso, podrías ofrecerte a pagar la mitad del costo de los piercings con dinero que ganes repartiendo periódico. Si a tu mamá le preocupa que seas muy joven, observa si estaría dispuesta a aceptar después de tu próximo cumpleaños.
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    Acepta un “No” al principio. Si no pueden llegar a un acuerdo, por el momento acepta su respuesta negativa. Si aceptas su decisión de forma madura, esto le dará una buena imagen de ti. En el futuro, podría estar dispuesta a dejar que tengas un poco más de libertad en torno a tus decisiones personales.
    • Puedes terminar la conversación diciendo algo como “Entiendo. No quieres que me perfores las orejas ahora, y no hay ningún problema. Gracias por escucharme de todas formas”.
    • Siempre debes terminar este tipo de conversaciones de manera positiva. Esto hará que tu mamá y tú se sientan positivos sobre lo que ha ocurrido.
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    Vuelve a intentarlo en el futuro. Si se ha negado por el momento, no hay mucho que puedas hacer. Sin embargo, espera unos meses y vuelve a tocar el tema. Si has sido responsable y respetuoso, tu mamá podría haber cambiado de opinión.[9]
    • Pregunta con el mismo respeto con el que lo hayas hecho la primera vez. Nuevamente, no te sorprendas si su respuesta sigue siendo “No”. Debes estar dispuesto a aceptarlo.

Consejos

  • Pregunta si puedes perforarte las orejas para tu cumpleaños u otra ocasión especial. Esto les demostrará a tus padres que no solo los quieres como una satisfacción instantánea, sino como algo que quieres tanto como para esperar por ello.
  • Trata de hacer trabajos pequeños para ella siempre que puedas a fin de hacer que esté de buen humor.
  • Si dice que no sin importar lo amable que seas, pídele que fije una fecha en la que puedas perforarte las orejas, así tendrás algo que esperar con ansias.
  • Escribe un discurso persuasivo sobre el motivo por el que deberías perforarte las orejas. Esto podría impresionarla y mostrarle tu madurez.

Acerca de este wikiHow

Stephanie Anders
Coescrito por:
Propietaria de Royal Heritage Tattoo and Piercing
Este artículo fue coescrito por Stephanie Anders. Stephanie Anders es la propietaria y directora de Royal Heritage Tatoo and Piercing, un estudio de tatuajes y piercings ubicado en Los Ángeles, California. Stephanie tiene más de 10 años de experiencia en piercing y su lista de clientes incluye estrellas como Jennifer Aniston, Jessica Alba, Cameron Diaz, Nicole Richie, Gwyneth Paltrow y Sharon Osbourne. Este artículo ha sido visto 5823 veces.
Categorías: Tú y tus padres