Los problemas entre los padres e hijos son comunes y, en ocasiones, eternos o atemporales. Si quieres mejorar tu relación con tus padres, ¡no eres el único! Afortunadamente, existen algunas medidas que puedes adoptar, como evaluar la causa subyacente de los problemas, cultivar una relación más madura y enfocarte en cambiar tu pensamiento y comportamiento. Si actualmente tienes una relación mala o regular con ellos, pero deseas mejorarla, sigue leyendo para conocer los pasos que puedes dar para lograrlo.

Método 1
Método 1 de 2:
Cambiar tu actitud

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    Actúa primero. No esperes a que tus padres intenten mejorar la relación. Si quieres desarrollar un mejor vínculo con ellos, comienza de inmediato y actúa primero.[1]
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    Sé agradecido. Valora todo lo que tus padres han hecho por ti, todas las veces que te han ayudado y las oportunidades en que han influenciado tu forma de pensar. Al sentir agradecimiento por ellos, es posible que estés más dispuesto a mejorar la relación y llegar a un acuerdo, o que puedas perdonarlos más fácil cuando te molestes con ellos.[2]
    • Diles que valoras y agradeces todo lo que han hecho por ti. Las personas pueden sentirse dolidas si creen que no son valoradas, incluso tus padres.
    • Demuestra agradecimiento a través de acciones. Hazles un lindo obsequio o, si vives con ellos, ocúpate de más quehaceres sin que te lo pidan. ¡Seguramente se sentirán más felices contigo!
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    Crea una separación emocional de tus padres. Esto no quiere decir que no te preocupes o quieras a tus padres. Sin embargo, si no te apegas tanto desde las emociones, serás menos propenso a participar en discusiones o desacuerdos con ellos. De esta forma, podrás alejarte de cualquier situación con mayor facilidad para no dañar la relación. Es posible crear una separación emocional de dos formas principales.[3]
    • Enfócate menos en buscar su aprobación. Procura definir tu personalidad y autoestima bajo tus propios parámetros.
    • Reconoce tu pasado y sigue adelante. Quizás la relación con tus padres haya sido difícil en el pasado. Recuerda estas instancias y evalúa el rol que has desempeñado en la relación con tus padres, pero no permitas que defina el futuro del vínculo.[4]
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    Haz un esfuerzo por ver las cosas desde su perspectiva. Con frecuencia, las personas no se llevan bien porque no tienen en cuenta la perspectiva del otro. Una vez que puedas sentir empatía con respecto a la visión de los demás y comprender sus motivos, podrás llegar a un acuerdo y mejorar la relación.[5]
    • Acepta el hecho de que tus padres son diferentes. Se han criado de otra forma y pertenecen a otra generación con normas y reglas de conducta diferentes, con tecnologías y formas de pensar distintas, y con padres que han aplicado un estilo de crianza que seguramente no es el mismo que el de la actualidad.[6] Piensa que sus vidas pueden haber sido diferentes de la tuya, y evalúa como esas historias distintas pueden haber contribuido a los problemas en la relación.
    • Usa esta información cuando hables acerca de mejorar la relación. Recuérdales que los tiempos cambian y pídeles que piensen en su relación con sus propios padres. Procura que recuerden algún problema en su relación con sus padres producto de las diferencias generacionales.
    • Por ejemplo, si tu relación con tus padres es difícil porque no aprueban que te mudes con tu pareja antes de casarte, recuérdales que las personas de su generación solían ser más conservadoras, pero que los tiempos han cambiado y que es muy común mudarse sin casarse en la actualidad.[7]
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    Desarrolla tu propia identidad. Está BIEN y es incluso saludable que pienses por cuenta propia y tengas tus opiniones sobre las cosas.[8] Adopta un nuevo sentido de autonomía y separación de tus padres para que la relación mejore de manera orgánica.
    • Desarrolla el autoconocimiento. Deja a un lado las opiniones que los demás tienen de ti con respecto a cómo debes vivir, incluidos a tus padres, y hazte algunas preguntas importantes. Asegúrate de responder ciertas preguntas con sinceridad, como cuáles son los sentimientos que más quieres experimentar, cuáles son las actividades que más disfrutas realizar, cuáles son tus talentos o qué tipo de persona eres.[9]
    • Evalúa si estás de acuerdo con la opinión de tus padres porque realmente crees que es así o porque tienes una inclinación automática a creer lo que ellos creen (como tus relaciones, la política o incluso cosas simples como tu equipo deportivo favorito, entre otros).
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    Piensa en ellos no como tus padres, sino como otros adultos. Si sigues viéndolos como tus padres, es posible que te comportes inadvertidamente de forma infantil, lo que puede promover la dinámica de relación que quieres mejorar.
    • Por ejemplo, si sigues esperando que te apoyen económicamente, podrías dejar la puerta abierta a que te sigan dando consejos indeseados o sentirte culpable para que pases más tiempo con ellos.[10]

Método 2
Método 2 de 2:
Cambiar la dinámica de la relación

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    Descubre la causa subyacente. Evalúa cuál es el problema que tienes con la relación con tus padres. Existen muchos motivos por los que quizás quieras mejorarla.
    • Quizás sientas que te brindan demasiados consejos indeseados, te tratan como si fueras un niño, no respetan tus opiniones, te hacen sentir culpable para que pases más tiempo con ellos, o les falten el respeto a tus amigos o cónyuge. Asegúrate de tener una buena idea del aspecto específico que quieres mejorar de la relación.
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    Sé respetuoso. Por más que no estés de acuerdo con su estilo de crianza, valores o principios, sé cortés con tus padres. Esto te ayudará a evitar que adopten una postura de crianza defensiva.
    • Existen muchas formas en que puedes ser respetuoso. Escoge palabras educadas (como "lo siento" o "¿Les molestaría si…?"), habla con modestia ("quizás suceda que…", en vez de "definitivamente es así") y permite que terminen de hablar antes de decir lo que quieras decir.
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    No permitas que las cosas empeoren. Si tienes una discusión con tus padres, haz todo lo posible por arreglar las cosas cuanto antes. Esto les demostrará que realmente te importa la relación y, además, habrás discutido por menos tiempo.[11]
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    Conserva la calma. Evita sobreactuar con tus padres para no decir cosas de las que puedas arrepentirte. Esto solo dañará más la relación y hará que sientan que te comportas con inmadurez.[12]
    • Si al interactuar con tus padres sientes que estás por experimentar emociones fuertes, hazte algunas preguntas para volver a evaluar la situación que haya generado dichos sentimientos.[13]
    • Por ejemplo, si no estás de acuerdo con tus padres con respecto a cortar el césped, pregúntate: "Desde un punto de vista general, ¿qué tanto me molesta cortar el césped?".
    • Si no vives con tus padres, pero sientes que se entrometen demasiado en tu vida, te hacen demasiadas preguntas específicas con respecto a tu trabajo o te brindan consejos que no deseas recibir, puedes preguntarte: "¿Cuál es el motivo por el que quieren participar tanto en mi vida? ¿Será que les importo mucho y les preocupa mi seguridad financiera?". Este tipo de preguntas podrían ayudarte a sentirte menos molesto y brindarte una visión que te permita responder. En este caso, puedes aliviar sus dudas con respecto a tu futuro financiero para mejorar la relación.
    • Si has vuelto a evaluar la situación, pero no has podido calmarte, pídeles con educación continuar la conversación cuando estés más tranquilo. Diles que te sientes muy molesto y no quieres decir algo grosero por accidente de lo que podrías arrepentirte más tarde.[14] [15]
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    Sé positivo. Sonríeles a tus padres. Conserva una actitud positiva y cálida. Adopta un lenguaje corporal que transmita que te sientes cómodo y feliz con ellos, y que te preocupa su bienestar. Esto te permitirá marcar la pauta para la conversación y te ayudará a mejorar la relación. Es posible que tus padres imiten tus emociones positivas de manera inadvertida, lo que permitirá crear la atmósfera para cultivar un cambio positivo en la relación.[16]
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    No les pidas consejos, a menos que realmente te interese. En ocasiones, los problemas surgen entre los hijos (en especial, adolescentes y mayores) y los padres porque estos últimos quieren brindar consejos de una forma muy avasalladora que vulnera tu sentido de autonomía.[17]
    • Para evitar este problema, procura pedirles consejos solo cuando estés seguro de que realmente lo deseas. Si tienes pereza para pensar por cuenta propia y les pides un consejo a tus padres, es posible que termines sintiéndote frustrado.
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    Sé abierto y honesto. Una forma de mejorar la dinámica de la relación es estar más dispuesto a hablar con tus padres acerca de las cosas que te generan incomodidad. De esta forma, podrás construir la confianza con ellos para mejorar la relación.
    • Mantén el contacto regular con tus padres para que tengan una mejor perspectiva de tu vida, las cosas que te molestan y aquellas que te hacen feliz. Si no permites que te conozcan bien, será difícil que puedan mejorar la relación. Si los escuchas con atención, es posible que se comporten igual contigo, lo que te permitirá iniciar una conversación para mejorar la relación.[18]
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    Establece límites y crea reglas. Si quieres tener y conservar una relación positiva con tus padres, pero nunca logran ponerse de acuerdo, establece los temas de los que prefieres no hablar con ellos. Este es un mejor abordaje si eres mayor o no vives con ellos. Crea reglas que tanto tú como tus padres acuerden respetar.[19]
    • Siéntate con tus padres y diles que quieres mejorar la relación con ellos, pero que, para lograrlo, crees que sería útil establecer algunas reglas. Pídeles que hagan una lista de las reglas que les gustaría implementar, y crea la tuya.
    • Si eres adolescente o un niño, las reglas pueden incluir no hablar de ciertos temas, permitirte que pienses por tu cuenta o modificar el horario de llegada, siempre y cuando les envíes un mensaje de texto o los llames para demostrarles que eres un hijo responsable.
    • Si eres adulto, las reglas pueden incluir a pedirles que no interfieran en la forma de crianza de tus hijos o que no hagan comentarios negativos de tu pareja.
    • Debatan sobre las diferentes reglas y limítenlas a una lista que todos acuerden. Haz un seguimiento ocasional para saber si tú y tus padres aún se sienten cómodos con las reglas establecidas y acordadas.
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    Evita las discusiones innecesarias. En ocasiones, las discusiones son inevitables. Sin embargo, debes hacer todo lo posible por abstenerte de las peleas innecesarias. Esto puede implicar morderte la lengua cuando tus padres digan algo controvertido. Evalúa si realmente es necesario responder. De ser así, transmite tu opinión con claridad y modestia para evitar una discusión demasiado emocional.
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    Procura que las interacciones sean maduras. Adopta una postura justa y lógica, y demuéstrales a tus padres que eres una persona madura. De esta forma, posiblemente actúen con la misma madurez. En ocasiones, cuando los padres observan que sus hijos actúan con madurez, los tratan en consecuencia.[20]

Consejos

  • Acepta el hecho de que es posible que no puedas cambiar la opinión de tus padres. Si quieres conservar una relación positiva con ellos, comprende que, en gran medida, tendrás que lidiar con tus padres tal como son. Por más que hables con ellos para determinar la forma de cambiar la dinámica de la relación, estas cosas toman tiempo y es difícil cambiar el comportamiento de las personas de forma drástica, en especial a corto plazo. ¡Recuerda ser paciente a medida que intentas mejorar el vínculo con tus padres!

Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 9463 veces.
Categorías: Tú y tus padres