Tu perico australiano puede vivir de 12 a 14 años si lo cuidas bien. Sin embargo, podría enfermarse incluso con el mejor cuidado. Dado que son animales de presa en la naturaleza, podrían ocultar los signos de su enfermedad. Esto puede hacer que tengas dificultades para determinar si el ave está enferma. Supervisa los cambios en su comportamiento y los signos físicos que podrían indicar la presencia de un problema. Si te preocupa que esté enfermo, llévalo a un veterinario aviar tan pronto como puedas.

Método 1
Método 1 de 3:
Observar su comportamiento

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    Trata de jugar con él. Si parece no estar interesado en ninguno de sus juguetes ni en jugar contigo, este podría ser un signo de que no se siente muy bien, en especial si normalmente es activo y juguetón.[1]
    • Cuando un perico se siente mal, puede lucir perezoso o sin energía, incluso si hace un esfuerzo por responderte o jugar contigo.
    • Si te muerde cuando extiendes el dedo o tratas de jugar con él, este es otro signo de que podría estar enfermo. Estos pericos no suelen morder, pero si están enfermos, podrían hacerlo por miedo o dolor.[2]

    Consejo: si tienes otros pericos en la misma jaula, observa cómo interactúa con ellos. Por naturaleza, estas aves son sociables. Si evita a las otras aves, esta será otra señal de que quizás no se sienta bien.

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    Escucha cambios en la vocalización. Los pericos suelen vocalizar mucho. Sin embargo, los cambios en la manera en la que suelan hacerlo pueden indicar que está enfermo o estresado. Los gritos o chirridos pueden ser un signo de que tiene dolor. Por otro lado, si ya no vocaliza tanto como antes, este podría ser un signo de que está enfermo.[3]
    • Los gritos o chirridos también pueden ser un signo de que está aburrido o triste por otro motivo. Préstales atención a las pistas en su entorno. Si no ha comido su alimento favorito en mucho tiempo o si no puede acceder a sus juguetes favoritos, quizás solo esté molesto o aburrido.
    • Si no vocaliza y también luce aletargado, este es un signo sólido de que está enfermo.

    Consejo: los chirridos descontrolados son poco comunes en estos pericos. Como animales de presa, por lo general no llamarán la atención de forma innecesaria. Si el ave está chirriando, llévala al veterinario para al menos descartar toda causa médica.

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    Supervisa su alimentación. Si está enfermo, probablemente no coma. Un menor apetito es un signo común de un problema de salud. Si no come, empezará a bajar de peso, lo que puede generar problemas de salud adicionales y generar mucha tensión en el ave.[4]
    • Diferencia las semillas consumidas de las enteras en el tazón de comida. La cáscara puede confundirse con una semilla entera, por lo que podrías creer que el ave tiene mucha comida cuando en realidad ya se ha acabado.[5]
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    Observa por cuánto tiempo se mantiene en silencio y sin moverse. Un perico saludable casi nunca se quedará quieto cuando esté despierto. Si se sienta quieto por periodos largos, este podría ser un signo de que se siente mal.
    • Estos pericos son animales de presa; por ello, si están enfermos, su instinto será evitar llamar la atención. Ellos saben que los depredadores atacarán a las aves enfermas o débiles. Si el tuyo luce retraído y trata de evitar la atención, probablemente se siente mal.
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    Nota si hay cambios en el comportamiento de posarse. Los pericos australianos son animales de hábito y podrían tener un posadero favorito que les guste usar. Ellos también suelen posarse en un punto alto de la jaula. Si el tuyo pasa el tiempo en el piso de la jaula, podría estar enfermo.
    • Si tienes varias aves, por lo general una que esté enferma querrá aislarse de las demás. Eso suele hacer que se esconda en el suelo, en donde las demás no la molesten.
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    Aléjate a una buena distancia de la jaula para observar al ave. Dado que estos pericos son animales de presa, pueden tratar de actuar con normalidad y ocultar sus verdaderas debilidades si estás cerca y notan que los observas. Este es un instinto de supervivencia, ya que los depredadores atacan a las presas débiles. Podrías notar un comportamiento más extraño si te distancias de la jaula o si te sientas en un lugar en el que el ave no se percate de tu presencia.[6]
    • Si tienes una cámara web u otro monitor de video, podrías configurarlo con una vista hacia la jaula y mirarla a la distancia de esta forma. Si estás en otra habitación, el perico no tendrá idea de que lo observas.

Método 2
Método 2 de 3:
Identificar los signos físicos

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    Nota con qué frecuencia hincha las plumas. Un perico saludable hinchará sus plumas para conservar el calor o como una manera de relajarse antes de dormir. No obstante, si el tuyo lo hace cuando está despierto y permanece así por un periodo prolongado, también podría estar enfermo.[7]
    • Revisa la temperatura del aire del ambiente en la jaula y a sus alrededores. La temperatura debe estar entre 16 y 21 °C (60 y 70 °F). Si la jaula está cerca de una ráfaga de aire, podría estar muy fría para el perico a ciertas horas del día.

    Consejo: incluso si la temperatura del aire es adecuada para el perico, podrías elevarla un poco para ver si el ave relaja las plumas.

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    Observa si tiene las plumas mal cuidadas. Busca plumas que estén desaliñadas o grasosas. El aseo adecuado de las plumas es esencial para la supervivencia de un ave en la naturaleza; por ello, un mal aseo es un signo sólido de que está enferma.[8]
    • Si hay heces pegadas a las plumas de la cloaca, este también puede ser un buen signo de que está enfermo.
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    Determina si tiene un peso insuficiente. Tócale el hueso que pasa por el centro de su pecho (conocido como la quilla), siempre y cuando te deje hacerlo. Si sobresale como una navaja, esto indica que el ave está malnutrida. Si está saludable, este hueso será casi imperceptible cuando pases el dedo por su pecho.[9]
    • Una pérdida de peso significativa puede ser peligrosa para las aves pequeñas como los pericos, y es un signo de que el ave tiene una mala salud.
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    Revisa el color y la consistencia de sus heces. Las heces sueltas o líquidas pueden ser un signo de que está enfermo. Las heces con bultos y comida no digerida también son un signo de que su sistema digestivo no funciona de forma apropiada.
    • Si el color o la consistencia de sus heces ha cambiado, lleva una muestra al veterinario para que le haga más análisis.
    • Si tienes varias aves, podrías tener que aislar a la que consideres enferma, para así poder determinar con más facilidad a qué ave le pertenecen las heces que han cambiado.
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    Observa si su nariz (cera) está demasiado húmeda o con secreciones. Su nariz está justo por encima de la parte más ancha de su pico. Por lo general, debe estar seca y transparente. Si notas alguna descarga o humedad alrededor de ella, o si la humedad seca ha formado secreciones, este es un signo de que tiene problemas respiratorios.[10]
    • Es normal que estas aves estornuden de vez en cuando, tal como las personas. No obstante, si estornuda de forma constante o si siempre tiene la nariz húmeda, probablemente esté enferma.
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    Escucha si respira con rapidez. Si el perico respira por el hocico con rapidez, este podría ser un signo adicional de que tiene la nariz obstruida y problemas para respirar. Si respira por el hocico, por lo general estará sentado, con las plumas hinchadas y con el pico parcialmente abierto.[11]
    • Si mueve la cola de arriba a abajo cuando respira, este es otro signo de que tiene problemas para respirar.

Método 3
Método 3 de 3:
Cuidar a un perico enfermo

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    Llévalo a un veterinario aviar tan pronto como notes los signos de enfermedad. Los pericos ocultan los signos de enfermedad con frecuencia, sobre todo en las etapas iniciales. Para cuando los signos se vuelvan lo suficientemente evidentes como para notarlos, el ave podría estar grave.[12]
    • Los pericos suelen empeorar con mucha rapidez. Considera todo signo de enfermedad como una emergencia médica.

    Consejo: el ave tendrá una probabilidad mucho mayor de recuperarse si la llevas al veterinario tan pronto como puedas después de notar los signos, en lugar de esperar o tratar de cuidarla por tu cuenta.

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    Coloca al perico enfermo en cuarentena, alejado de las demás aves. Si tienes varias aves, separa a la enferma tan pronto como sea posible, para que la enfermedad no se propague. Incluso si solo tienes un perico, es una buena idea que lo coloques en una jaula más grande para que se recupere de la enfermedad.[13]
    • Limpia bien la jaula y reemplaza toda la comida y el agua antes de dejar que algún ave regrese. Esto ayudará a evitar que la enfermedad se propague.
    • Observa a las demás aves con cuidado a fin de garantizar que ninguna de ellas contraiga la enfermedad del perico enfermo.
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    Coloca su jaula en un lugar tranquilo y cálido mientras se recupera. Por lo general, estas aves pueden estar a una temperatura ambiente de 16 a 21 °C (de 60 a 70 °F), pero un perico enfermo necesitará un poco más de calor. Mantén su jaula en una habitación pequeña con una temperatura de hasta 32 °C (90 °F), salvo que tenga fiebre.[14]
    • Puedes usar una almohadilla térmica bajo la jaula o lámparas térmicas para elevar la temperatura en la jaula. Si usas lámparas térmicas, no las dejas encendidas por la noche.

    Consejo: un perico con frío esponjará las plumas. Uno con fiebre elevará las alas lejos de su cuerpo y también podría jadear.

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    Deja expuesta la jaula de recuperación a la luz natural del sol. La luz del sol le brinda vitamina D, la cual es esencial y puede mejorar su estado de ánimo y acelerar la recuperación. Expón al ave enferma a la luz directa del sol hasta por 8 horas al día.[15]
    • Si vives en un área en donde no recibes mucha luz natural del sol, usa lámparas de espectro completo para brindarle los rayos UVA y UVB que necesita.
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    Reduce el estrés del perico lo más que puedas mientras se recupera. Coloca la jaula fuera del camino y déjala en un lugar en el que las personas u otras mascotas no lo molesten. Deja un lado de la jaula cubierto, y cúbrela por completo durante la noche.[16]
    • Un ave enferma debe dormir como mínimo 12 horas cada día. Sostenla lo menos posible y asegúrate de no interrumpir su sueño.
    • No coloques ningún juguete ni otras distracciones en su jaula de recuperación. Estos artículos podrían evitar que duerma o animarla a mantenerse activa.
    • Si tienes posaderos en la jaula de recuperación, deben ser lo suficientemente bajos como para que el perico no se lesione si se cae.

Consejos

  • Algunas anomalías en el comportamiento podrían ser un signo de que el perico está demasiado estresado, sobre todo si el veterinario no identifica ninguna enfermedad específica. Si recientemente has hecho cambios en su entorno, por lo general regresará a la normalidad si regresas las cosas a la posición en la que estaban.[17]
  • Busca signos de enfermedad todos los días, incluso si el perico luce totalmente saludable. Esto te permitirá adelantarte a la enfermedad lo más que puedas si llega a enfermarse.[18]

Advertencias

  • Si ves algún signo de sangre o hemorragia en el perico o en la jaula, haz lo posible por identificar la fuente de la hemorragia y detenerla de inmediato. Por lo general, puedes usar maicena para detenerla, salvo que la herida sea grave. Una vez que hagas todo lo posible por detener la hemorragia, lleva al perico al veterinario lo más pronto posible.[19]

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Categorías: Aves