El trastorno del espectro autista (TEA) es una variación neurológica compleja que cuenta con diversos niveles y que se manifiesta de formas diferentes en cada persona. Esto hace que sea difícil identificar la manera de educar a un niño autista. Cada niño responde de forma diferente a los métodos de enseñanza; sin embargo, existen algunas estrategias que suelen emplearse para lograr que los niños con autismo alcancen sus metas educativas. Estas estrategias están centradas en las características del autismo, incluidas las diferencias relacionadas con la comunicación, las habilidades sociales, el comportamiento y los problemas sensoriales.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Emplear estrategias que sean de ayuda para la comunicación

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    Ten en cuenta que todos los niños son capaces. Todos los niños con autismo pueden aprender,[1] tan solo necesitan una estrategia que los ayude a asimilar la información adecuadamente.
    • Debes aceptar que siempre puede haber diferencias en los niños con autismo, y no deben ser evaluados de la misma forma que sus compañeros neurotípicos. A los niños autistas se les debe evaluar sobre la base de su propio crecimiento y aprendizaje a lo largo del tiempo.
    • Ten en cuenta que no todos los niños autistas pueden emplear las mismas técnicas que utilizas al enseñar un tema determinado y comprende que algunos que padecen el TEA pueden entenderlo con mucha rapidez.
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    Habla utilizando un lenguaje claro y preciso. Algunos niños autistas pueden tener dificultades para comprender el sarcasmo, las expresiones, los juegos de palabras y los chistes. Cuando hables con ellos, sé lo más preciso y específico posible. Si quieres que hagan algo, di lo que realmente piensas.
    • Por ejemplo, en lugar de decir “Tal vez deberías volver a la pizarra”, di “Quiero que repitas esta actividad”.
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    No emplees órdenes o lecciones verbales largas. Estas pueden confundir a los niños autistas, ya que ellos suelen tener dificultades para procesar las secuencias, en especial si son habladas.[2] Dales un tiempo adicional para procesar lo que dices, pues algunos niños autistas tienen problemas para procesar lo que oyen.
    • Escribe las instrucciones, si el niño puede leer. Las instrucciones escritas y las imágenes podrían ser de utilidad si el niño aún está aprendiendo.
    • Brinda instrucciones en pasos cortos y utiliza oraciones breves siempre que sea posible.
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    Comunícate con el niño utilizando ayudas funcionales siempre que sea necesario. Algunos niños autistas aprenden a comunicarse por medio del lenguaje de señas, de imágenes o de un dispositivo de voz. Si el niño utiliza alguno de estos medios, aprende el sistema para que puedas utilizarlo de manera eficaz.
    • Por ejemplo, quizás debas imprimir diferentes imágenes de comida. A la hora de la merienda, pídele al niño que apunte al alimento que quiera ingerir.
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    Recurre a los subtítulos en una televisión. Esto puede ser de utilidad para los niños que pueden leer y para los que no.
    • Los niños que aún no pueden leer relacionarán las palabras escritas con las habladas. Además, en ocasiones los niños autistas tienen problemas para procesar las palabras habladas, en particular las de la televisión. Los niños que pueden leer también sacarán provecho, ya que además de ver las palabras, podrán escucharlas.
    • Si un niño tiene un programa de televisión favorito, grábalo con subtítulos y úsalo en su clase de lectura.
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Parte 2
Parte 2 de 4:
Emplear estrategias que sean de ayuda para los problemas sociales y conductuales

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    Emplea los intereses específicos para lograr que el proceso de aprendizaje sea más fácil. Muchos niños con autismo se motivan más con sus intereses específicos[3] que con otras cosas, y puedes aprovechar esta pasión para educarlos.
    • Por ejemplo, si un niño adora los autos, puedes usar autos de juguete para enseñarle geografía colocando el auto sobre un mapa y haciendo que “recorra” los diferentes estados o regiones.
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    Educa a un niño con autismo por medio del ejemplo de sus compañeros. Muchos niños con autismo tienen problemas para estar sintonizado con las emociones, las motivaciones y otras señales sociales que surgen por instinto en los niños neurotípicos. Se preocupan por los sentimientos de los demás,[4] pero no siempre entienden por qué las personas se sienten de esa manera.[5] [6] Explicarles de manera clara los problemas sociales puede ser de utilidad, ya que estos pueden ser confusos para muchos niños autistas.
    • Muchos niños con autismo pueden aprender a interactuar de forma apropiada. Ellos tan solo podrían requerir que se les enseñe técnicas de manera explícita, en lugar de dejar que las aprendan solo a través de la observación.
    • Los niños muy pequeños que reciben educación preescolar o inicial pueden aprender tareas sencillas (como diferenciar los colores y las letras, o responder “sí” o “no” a preguntas sencillas) al observar cómo sus compañeros neurotípicos las realizan. Cuando haya trabajos en grupo, puedes hacer que un niño autista con dificultades en cierta área trabaje con un niño neurotípico que sea bueno en esa área. Por ejemplo, si un niño con autismo tiene problemas para diferenciar los colores, haz que trabaje con un niño neurotípico que sea bueno en ello. Un niño con autismo puede aprender a imitar la conducta deseada al observar a su compañero realizando la tarea de manera correcta.[7]
    • Puedes educar a los niños neurotípicos que se encuentren entre el primer año de primaria y nivel secundaria, y que muestren habilidades sociales adecuadas para el desarrollo, para dar el ejemplo a sus compañeros autistas. Ellos pueden dar el ejemplo de las habilidades sociales empleadas en las interacciones, como hacer contacto visual, saludar de forma cordial, compartir ideas, sugerir cambios de forma educada, hablar con un tono de voz cordial, etc. Primero asegúrate de que el niño esté interesado y dispuesto a ayudar.
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    Lee historias para enseñar cuál es la conducta adecuada en diferentes situaciones. Por ejemplo, puedes ayudar a un niño autista a aprender a identificar las emociones leyéndole una historia sobre un niño que esté triste y señalando al ceño fruncido o las lágrimas como ejemplos de tristeza. El niño puede aprender memorizando.
    • Algunos niños con autismo pueden sacar provecho de una técnica conocida como “historias sociales”, las cuales son historias muy breves que describen situaciones sociales. Estas historias son de utilidad, ya que les brindan ejemplos de las conductas que deben adoptar en diferentes situaciones.
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    Elabora un horario que el niño pueda predecir. Muchos niños con autismo se desarrollan de manera adecuada gracias a un horario predecible. Hacer que se sientan seguros sabiendo qué ocurrirá cada día será beneficioso. Si no existe una estructura suficiente, los niños autistas podrían sentirse abrumados.
    • Coloca un reloj análogo en la pared (asegurándote de que se pueda ver con claridad) y pega imágenes que representen las actividades del día y la hora en la que se llevarán a cabo. Revisa este reloj mencionando las horas a las que se llevarán a cabo las actividades. Si el niño tiene problemas para leer relojes análogos (lo cual ocurre con muchos niños autistas), adquiere uno digital que pueda verse con la misma claridad.
    • Los horarios con imágenes también son de utilidad.
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Parte 3
Parte 3 de 4:
Emplear estrategias que sean de ayuda para los problemas sensoriales

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    Designa el espacio en donde le darás clases. Esto es vital, ya que los niños con autismo suelen tener dificultades para lidiar con entornos diferentes o espacios caóticos.
    • Diseña el espacio para las clases, estableciendo áreas separadas y designadas para juguetes, manualidades y para vestirse. Establece un lugar tranquilo donde el niño pueda tomar recesos en caso de que se sienta abrumado.
    • Coloca señales físicas en el piso para las áreas definidas, como colchonetas en las que pueda jugar cada niño, el contorno de un cuadrado hecho con cinta para designar el área de lectura, etc.
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    Identifica la estructura de aprendizaje que el niño haya creado. En algunos casos, esto comprende objetos, conductas o rituales específicos que son de ayuda para el aprendizaje o la memoria. Esto puede ser diferente en cada niño.
    • ¿El niño tiene que caminar para recitar el alfabeto? ¿Sostener una manta le permite leer en voz alta? Sin importar lo que sea, deja que el niño aprenda siguiendo su propia estructura.
    • Algunos niños autistas utilizan audífonos de cancelación de ruido o mantas pesadas para tranquilizarse cuando se sienten abrumados. Respeta sus necesidades para emplear estas herramientas.
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    Permite el comportamiento autoestimulante (stimming). Este consiste en comportamientos como sacudir las manos o mover la mano de forma inquieta, los cuales suelen estar presentes en las personas con autismo.
    • El comportamiento autoestimulante es vital para lograr que los niños con autismo puedan concentrarse[8] [9] y desarrollen una sensación de bienestar.[10]
    • Enséñales a los compañeros del niño a respetar su comportamiento autoestimulante, en lugar de enseñarle al niño autista a reprimirlo.
    • En ocasiones, un niño con autismo buscará una estimulación mordiendo, golpeando o lastimando a otros o a sí mismo. En este caso, lo mejor es conversar con el coordinador de educación especial para idear una forma de controlar el comportamiento del niño y al mismo tiempo hacer que aprenda.[11] Evita decirle a un niño autista que no se autoestimule, ya que eso puede hacerlo sentir mal o avergonzado de sí mismo.
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    Comprende que si un niño autista reacciona a un estímulo de una manera en la que tú o tus compañeros pueden considerar extraña, es probable que sea por una razón. Por ejemplo, si un niño entra en pánico cada vez que alguien toca su cabeza, es posible que sea debido a que es doloroso para él (muchos niños autistas tienen un umbral de dolor muy bajo).
    • Es posible que quieras explicarles a todos miembros de la clase que el estudiante autista no está reaccionando solo para hacer reír a los demás y que no le gusta cualquier que sea el estímulo. Los niños autistas por lo general sufren de bullying de manera inintencional, ya que un niño neurotípico puede encontrar sus reacciones divertidas y no entender cuando algo afecta negativamente a una persona autista.
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Parte 4
Parte 4 de 4:
Conocer las leyes y las mejores prácticas

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    Ten en cuenta que todos los niños tienen derecho a recibir educación, sin importar la discapacidad que tengan. En los EE.UU., la Ley para la Educación de los Individuos con Discapacidades o IDEA (promulgada en 1975) y la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades (promulgada en 1990) son leyes federales que exigen que las escuelas públicas brinden una educación gratuita y accesible para todas las personas.
    • Estas leyes se aplican a los niños que cumplan con los requisitos de elegibilidad en una de las trece áreas, y que tengan una discapacidad que perjudique su rendimiento educativo y haga que necesiten servicios educativos especiales. El trastorno del espectro autista es un diagnóstico considerado por estas leyes.[12]
    • El Estado no solo debe brindar una educación gratuita para todas las personas, esta además debe satisfacer las necesidades particulares de cada persona, las cuales pueden ser diferentes a las de los niños neurotípicos (es decir, los niños que no tengan una enfermedad neurológica, como el TEA).
    • Cada niño que sea apto para recibir servicios de educación especial debe contar con un programa de educación individualizado (Individualized Education Plan o IEP), el cual indique las adaptaciones que el estudiante necesite debido a su diagnóstico.[13]
    • Las adaptaciones razonables para un niño que reciba servicios de educación especial pueden ser muy variadas. Algunos estudiantes solo podrían requerir tiempo adicional para rendir sus exámenes o tecnología de apoyo (como una laptop), pero otros podrían necesitar una educación paraprofesional en grupos pequeños, o una modificación del plan de estudios.[14]
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    Sé respetuoso con la privacidad de tu estudiante siendo confidencial. El trabajo de un profesor es adaptarse al IEP del estudiante sin aislarlo ni divulgar su diagnóstico a los demás alumnos de la clase sin el permiso de sus padres.
    • Por lo general, los estudiantes con necesidades especiales cuentan con diagnósticos clínicos, planes de tratamiento y medicamentos señalados en sus registros educativos. El derecho a la privacidad estipulado por la Ley para la Educación de los Individuos con Discapacidades protege toda esta información. Por ello, si divulgas la información privada del alumno sin el consentimiento de sus padres, la ley te considerará responsable de esta acción.
    • Por lo general, el derecho del estudiante a la privacidad puede omitirse si es necesario saber la información. Los profesores y el personal (instructores, supervisores del área de juegos, empleados de la cafetería, etc.) podrían tener que conocer la condición del niño autista, para comprender sus habilidades comunicativas, limitaciones, obsesiones, arranques, o cualquier otro tipo de manifestación de su condición.[15]
    • Si vives en los EE.UU. y no conoces con certeza los procedimientos de confidencialidad de tu distrito, conversa con el coordinador de educación especial del distrito. Puedes organizar un taller temático para que los profesores aprendan estos procedimientos.
    • Si tienes que implementar una política en una clase o en la escuela para velar por los intereses de un niño con necesidades especiales (por ejemplo, establecer una política de alimentación sin maní en la escuela de un niño alérgico), informa a las familias sobre la política e indícales que el objetivo es proteger a un estudiante que tiene una necesidad especial. Sin embargo, no menciones el nombre del estudiante.
    • Los estudiantes con autismo y sus compañeros de clase se verán beneficiados si los demás estudiantes comprenden el diagnóstico de un compañero con autismo; sin embargo, el profesor no puede revelar el diagnóstico a la clase por motivos de privacidad. Muchos padres proactivos se comprometen a conversar sobre el autismo de su hijo con los compañeros de clase. Planifica una reunión con los padres de los estudiantes en una etapa temprana del año escolar, para indicarles que pueden conversar con los estudiantes en el aula, si lo desean.[16]
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    Brinda un ambiente que sea lo menos restrictivo posible. IDEA exige que los estudiantes con discapacidades tengan derecho a un ambiente que sea lo menos restrictivo posible en el ámbito educativo. Esto quiere decir que el entorno en el que aprendan debe ser lo más parecido posible al de sus compañeros sin discapacidades.[17]
    • Este ambiente será diferente para cada estudiante. Un grupo de personas se encargará de determinarlo y escribirlo en el IEP. Estas personas incluyen a los padres, el personal médico y el personal del departamento de educación especial del distrito escolar. El IEP suele reevaluarse una vez al año, lo que significa que el ambiente menos restrictivo para un estudiante específico puede variar.
    • En muchos casos, esto significa que los niños con autismo deben estudiar en aulas comunes, y no en un aula de educación especial. Esto puede variar según el diagnóstico y el IEP del estudiante; sin embargo, los estudiantes con autismo suelen ser asignados a aulas comunes, siempre que sea posible. A esta práctica se le denomina “incorporación” o “inclusión”.[18]
    • En estas situaciones, el profesor debe encargarse de adaptar el aula a los niños con autismo. El IEP del estudiante indicará muchas de estas adaptaciones. Por otro lado, los profesores capacitados en el tema también podrán adaptar sus estrategias de enseñanza de una manera que favorezca a los procesos de aprendizaje específicos de los niños con autismo y, al mismo tiempo, tendrán que respetar las necesidades educativas de los estudiantes neurotípicos.
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    Evalúa los métodos y las intervenciones de manera individual. Además del IEP, también se evaluarán e implementarán adaptaciones para los estudiantes con autismo, las cuales se basarán en las necesidades específicas de cada estudiante.
    • Conoce al estudiante como persona. Los estereotipos son comunes; sin embargo, los estudiantes con autismo son únicos y pueden expresar su trastorno de diversas formas. Como profesor, debes conocer las capacidades de cada estudiante en las diferentes áreas educativas evaluando su situación actual.
    • Si conoces las fortalezas y debilidades actuales de un estudiante, esto será de utilidad para desarrollar un plan para llevar a cabo intervenciones prácticas. Esto puede aplicarse a las asignaturas académicas, y también a las habilidades sociales y comunicativas.
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Consejos

  • No toques de forma repentina a los niños con autismo. Algunos niños con autismo pueden irritarse demasiado o incluso sentir mucho dolor si los tocan. Si el niño es extremadamente hipersensible al tacto, solo debes tocarlo cuando sea necesario (es decir, si sufre una crisis en la que lastime a otros o a sí mismo, si tiene una emergencia médica, etc.)
  • Educa al niño de formas divertidas e ingeniosas. Si sabes inglés, puedes obtener más información leyendo estos libros:
    • (Para ti) 1001 Great Ideas for Teaching & Raising Children with Autism or Asperger's. Por: Ellen Notbohm y Veronica Zysk. Prólogo escrito por Temple Grandin, Ph.D (una persona autista)
    • (Para los niños) Everybody is Different. Escrito e ilustrado por Fiona Bleach
  • No le grites al niño. Los niños con autismo suelen tener oídos hipersensibles; por ello, los ruidos fuertes pueden causarles dolor físico y una sobrecarga sensorial.
  • Los niños autistas son muy sensibles a la sensación de los abrazos, ya que eso puede provocar crisis, gritos, autolesiones, etc.
  • Los niños autistas necesitan al menos unos 5 minutos para que puedan tranquilizarse.
  • No hables de conforma condescendiente con una persona autista, ya que eso puede hacer que se deprima en el futuro.
  • No le exijas perfección o excelencia, mucho menos compararlo con los demás o tildarlo de "mediocre". Esto puede someterlo a gran presión y puede menoscabar su autoestima.
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Advertencias

  • Si tienes alguna duda en relación con los métodos de enseñanza, consulta al terapeuta o especialista que trate al niño.
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