Entrenar a tus pollos para que regresen a su gallinero es una manera fantástica de protegerlos de los depredadores. Aquellos que lo establezcan como su hogar regresarán a él de forma natural cada noche. También puedes entrenarlos para que regresen a él cuando los llames, por si ves un depredador diurno o necesitas limpiar su área del patio. Los pollos no aprenden con tanta rapidez o facilidad como los perros, pero con un poco de paciencia notarás que enseñarles a regresar a su gallinero es muy fácil.

Método 1
Método 1 de 3:
Entrenarlos para que entren al gallinero

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    Prepara el gallinero. Antes de enseñarles a regresar al gallinero por la noche, tienes que alistarlo de forma apropiada para ellos. Un gallinero básico debe brindarles como mínimo 2 m2 (24 pies cuadrados) de espacio y varios lugares en donde puedan posarse.[1]
    • Asegúrate de que tengan mucha comida y agua dentro del gallinero.
    • Las vigas de madera colocadas en sentido horizontal pueden brindarles un buen espacio sobre el cual posarse.
    • Si vas a criar pollos para producir huevos, asegúrate de que haya suficientes cajas de anidamiento (por lo general, una caja por cada 4 gallinas bastará).
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    Revisa la temperatura en su interior. Este entrenamiento requiere que los pollos permanezcan dentro del gallinero por un periodo prolongado. Es importante que te asegures de que no sientan demasiado calor, ya que podrían sufrir de problemas de salud.[2]
    • El gallinero no debe superar los 21 °C (70 °F) durante el entrenamiento.
    • Instala ventiladores para reducir su temperatura si está demasiado caliente.
    • Podrías tener que llevar el gallinero a un área del patio con más sombra si las temperaturas altas siguen siendo un problema.
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    Mantenlos confinados en el gallinero por una semana. Los pollos suelen estresarse con la transición de un gallinero o patio a otro. Los pollos jóvenes que van a empezar a vivir en un gallinero podrían tardar incluso más en adaptarse. Si los obligas a quedarse dentro del gallinero por una semana, esto hará que aniden en él y empiecen a considerarlo como su hogar.[3]
    • Asegúrate de que su ubicación te permita cambiar la comida y el agua con facilidad sin dejar que se escapen. La mayoría de los gallineros tienen puertas pequeñas diseñadas para este fin.
    • El material de cama en el fondo del gallinero estará muy sucio después de una semana, por lo que debes quitarlo al final de la misma.
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    Deja que salgan del gallinero después de una semana. Después de una semana, abre la puerta y deja que salgan a deambular en el patio o el área que hayas cercado para ellos. No los interrumpas; en lugar de ello, deja que deambulen con libertad.[4]
    • Si no regresan al gallinero al anochecer, esto significa que no se han adaptado adecuadamente a él.
    • Podrías tener que confinarlos en él por otra semana para garantizar que lo acepten como su hogar y como un área segura.
    • Una vez que se adapten al gallinero como su nuevo hogar, regresarán a él de forma natural cuando sientan peligro, quieran descansar o al anochecer cada día.
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Método 2
Método 2 de 3:
Entrenarlos para que regresen cuando los llames

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    Elige un sonido consistente con el cual llamarlos. Los pollos no son tan habilidosos como los perros para interpretar los sonidos de las personas, por lo que es importante que elijas uno distintivo con el cual llamarlos. Puedes usar cualquier tipo de sonido consistente, pero si usas una herramienta en lugar de tu voz, otras personas podrán llamarlos si no estás presente para hacerlo.[5]
    • Un silbato o una campana son opciones excelentes. También podrías golpear un lado del gallinero con un tazón o una taza.
    • Si decides usar tu voz, asegúrate de que sea un sonido distintivo que no hagas con frecuencia cuando no los llames.
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    Usa golosinas para entrenarlos. Tendrás que entrenarlos para que asocien el sonido de tu llamado con el acto de recibir un premio, para que vayan a ti siempre que los llames. Elige una golosina que no suelas darles; de lo contrario, podrían cansarse de ella.[6]
    • Las semillas para aves mezcladas con gusanos de harina son una golosina excelente que puedes esparcir en el interior del gallinero cada vez que uses el sonido para llamarlos.
    • Las rodajas de sandía también son buenas golosinas para los pollos, pero dado que es difícil esparcirlas, quizás los pollos menos dominantes no puedan comerlas.
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    Deja que te vean con las golosinas. Cuando los entrenes para que respondan a tu llamado, asegúrate de que vean la bolsa o caja con las golosinas a medida que te acercas y emites el sonido. No siempre es necesario que las vean para que el entrenamiento funcione, pero con frecuencia será más rápido si las ven en las etapas iniciales del mismo.[7]
    • Deja que los pollos te vean acercándote a su gallinero con las golosinas mientras te preparas para usar el sonido.
    • Ellos asociarán tu comportamiento con el acto de conseguir golosinas y con el llamado.
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    Llámalos y lanza las golosinas en el gallinero. Si esparces las golosinas en el gallinero mientras los llamas, harás que empiecen a asociar el sonido con las golosinas y el acto de regresar al gallinero.[8]
    • Repite este proceso 2 o 3 veces al día por alrededor de una semana a fin de establecer el patrón en su mente.
    • Si no están interesados en las golosinas que usas, dales pedazos de maíz.
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    Ten paciencia. Quizás no entiendan el proceso con rapidez. Podrías tener que usar el llamado y cerciorarte de que te vean esparciendo la comida un par de veces antes de que lo entiendan. Al principio, el ruido no los atraerá, solo el olor y la vista de las golosinas.[9]
    • Cuando uno de ellos entienda el proceso, empezará a responder con más rapidez. Los demás harán los mismo poco después para conseguir una parte de las golosinas.
    • Los pollos son menos propensos a responder a este entrenamiento si han comido recientemente o si solo han salido del gallinero hace poco.
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    Empieza a esconder las golosinas cuando los llames. Una vez que empiecen a responder al llamado, acércate al gallinero sin dejar las golosinas a la vista. Luego de usar el llamado, retíralas del lugar en donde las has escondido y espárcelas con normalidad.[10]
    • Ocultarlas ayudará a garantizar que los pollos respondan al llamado y no la pista visual de las golosinas.
    • Si se acostumbran a regresar sin verlas, estarás un paso más cerca de lograr que lo hagan cuando solo los llames.
    • Sigue repitiendo este proceso hasta que regresen al gallinero cada vez que los llames.
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Método 3
Método 3 de 3:
Volver a entrenarlos luego de que sufran un susto

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    Identifica el estresante en el gallinero. En ocasiones, los pollos entrenados para entrar al gallinero saldrán de él y se rehusarán a volver a entrar. Esto suele ocurrir cuando un depredador entra a él o si las condiciones en el gallinero son poco saludables.[11]
    • Busca toda área por donde pueda haber entrado un depredador al gallinero y asegúrala.
    • Verifica que esté relativamente limpio y que la comida y el agua sean de fácil acceso. También revisa la temperatura para garantizar que no exceda los 21 °C (70 °F).
    • Tienes que identificar el estresante que ha hecho que salgan y solucionarlo antes de volver a entrenarlos para que regresen al gallinero.
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    Atrápalos. Luego de verificar que el gallinero sea seguro para los pollos, tendrás que atraparlos o juntarlos para que regresen al gallinero. Si pueden caminar por un patio grande, podrías tener dificultades para atraparlos a todos.
    • Trata de acercarte de forma lenta y con una linterna a los pollos que estén durmiendo por la noche. No la apuntes directamente a ellos, ya que podrías despertarlos. Una vez que estés cerca, carga con cuidado a cada uno y regrésalos al gallinero.
    • Usa comida para distraerlos durante el día y luego acércate desde atrás con lentitud. Cuando estés lo suficientemente cerca, carga al pollo y regrésalo al gallinero.
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    Confínalos al gallinero por una semana. Cuando todos los pollos estén de regreso en el gallinero, asegúralo y mantenlos confinados allí por una semana. Esto volverá a establecerlo en su mente como su hogar y refugio seguros.[12]
    • Suéltalos nuevamente luego de una semana. Si no regresan al gallinero por la noche, vuelve a revisar las condiciones del mismo para garantizar que todos tengan acceso a agua y comida, y que la temperatura esté por debajo de los 21 °C (70 °F).
    • Asegúralos por una segunda semana si no empiezan a regresar al gallinero al anochecer y este está en buenas condiciones.
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Acerca de este wikiHow

AH
Coescrito por:
Amy Harrison
Experta en aves de corral
Amy Harrison es coautor(a) de este artículo, un(a) miembro de confianza de la comunidad de wikiHow. Amy Harrison tiene más de 5 años de experiencia trabajando directamente con aves de corral. Ha trabajado en una granja rural de pollos desarrollada en base a la comercialización de huevos de corral, donde manejaba el cuidado de las aves durante todo el año. Tiene experiencia en la cría de pollos y codornices, en el cuidado de aves de corral recién nacidas, en el manejo de sus problemas de salud y control de sus necesidades dietéticas.
Categorías: Artículos destacados | Pollos
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