Si está constantemente empujando tus anteojos en tu rostro, hacia arriba, puede que sea el momento de hacer ajustes para que no se resbalen más. Si tienes prisa, hay muchas soluciones rápidas que puedes hacer en casa para mantener los anteojos en su sitio. Para una solución mucho más duradera, quizás necesites ajustar la montura para que se posicione correctamente en tu cabeza. ¡Una vez arregles la montura, tus anteojos se mantendrán en su lugar durante todo el día!

Método 1
Método 1 de 3:
Arreglar el ajuste de los anteojos en casa

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    Lávate la cara para eliminar la acumulación de grasa natural. La piel grasa puede hacer que los anteojos se resbalen por la nariz. Busca un producto natural para el cuidado de la piel que elimine la grasa, y lávate la cara una o dos veces al día para obtener resultados más efectivos. Frota el limpiador en tu piel y enjuágala completamente antes de ponerte los anteojos, para ver si se resbalan.[1]
    • Tu cuerpo puede producir más grasa a lo largo del día, así que ten toallitas limpiadoras contigo para ayudar a eliminar cualquier exceso de grasa.
    • El uso frecuente de un limpiador facial para eliminar la grasa de la piel puede hacer que la piel se reseque.
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    Envuelve ligas para cabello alrededor de los brazos de los anteojos, para aumentar su fuerza de agarre. Consigue dos pequeñas ligas para cabello que coincidan con el color de la montura, para que se mezclen y no destaquen. Desliza una de las ligas a un tercio del brazo del anteojo y gírala para hacer un lazo. Tira del lazo con fuerza antes de volver a pasar el brazo por él. Continúa haciendo otro lazo, con la liga, alrededor del brazo hasta que esté apretada y luego haz lo mismo en el otro brazo.[2]
    • Asegúrate de que las ligas para cabello estén planas contra los brazos para que no te incomoden cuando lleves puestos los anteojos.
    • Prueba con diferentes grosores de ligas para cabello, para ver cuales quedan mejor en los brazos y se sienten más cómodas cuando llevas puestos los anteojos.
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    Coloca cera en el puente de los anteojos para evitar resbalones. La cera para gafas viene en un pote parecido al de un bálsamo labial, y proporciona fricción entre la montura y tu nariz. Quita el tapón de la cera y frota una pequeña cantidad en el puente de los anteojos. Ponte los anteojos para comprobar si todavía se resbalan. Si aún se mueven, aplica un poco más de cera a ellos.[3]
    • Puedes comprar cera para anteojos en línea o en farmacias locales.

    Advertencia: la cera para anteojos no funcionará tan bien si estos no se ajustan bien a tu cabeza. Visita a tu optometrista o una tienda de gafas para que te midan el rostro para una montura.[4]

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    Coloca tubos termorretráctiles en los brazos para que estén más apretados. El tubo termorretráctil se ajusta a la forma del objeto en el que está una vez se calienta. Desliza el tubo sobre cada brazo de los anteojos para que cubra la parte que se envuelve alrededor de la oreja. Sostén una pistola de calor a unos 10 o 13 cm (4 o 5 pulgadas) del tubo y enciéndela a baja temperatura durante 30 segundos para que el tubo se encoja.[5]
    • Puedes comprar tubos termorretráctiles en tu ferretería local. Busca un tubo que coincida con el color de la montura, para que no resalte demasiado.
    • Si no tienes una pistola de calor, también puedes usar una secadora en la posición de calor más alta.
    • No mantengas la pistola de calor cerca de tus anteojos durante mucho tiempo, pues podrías dañar o derretir la montura.
    • Algunas monturas pueden tener cintas de goma como agarre en los brazos.
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Método 2
Método 2 de 3:
Ajustar la montura

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    Reemplaza las plaquetas nasales si los anteojos se deslizan por ahí. Usa el pequeño destornillador de un kit de reparación de gafas para aflojar el tornillo de la nariz que se debe quitar. Saca las plaquetas nasales viejas y coloca unas nuevas en su lugar, en la montura. Asegura el tornillo en su lugar antes de volver a colocar la segunda plaqueta nasal.[6]
    • Puedes comprar repuestos de plaquetas nasales en línea o en tiendas que vendan gafas.
    • El optometrista puede reemplazar las plaquetas nasales de los anteojos por un pequeño cargo.

    Consejo: si la montura de los anteojos no tiene plaquetas nasales, puedes comprar plaquetas adhesivas para pegarlas en el puente para que los anteojos se mantengan en su lugar.

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    Haz las plaquetas nasales más estrechas en la montura, si es que son ajustables. Algunas monturas tienen plaquetas nasales en una fina pieza de metal para que puedas hacer los ajustes tú mismo. Agarra los bordes exteriores de las plaquetas con el índice y el pulgar, y acércalas con cuidado. Asegúrate de que las plaquetas nasales se muevan a la misma distancia o de lo contrario los anteojos pueden torcerse en tu rostro.[7]
    • Si accidentalmente haces a las plaquetas nasales demasiado estrechas, empújalas de nuevo para ampliar el espacio entre ellas.
    • Ten cuidado de no doblar demasiado las plaquetas nasales, pues accidentalmente podrías romperlas de la montura.
    • También puedes llevar la montura al optometrista o a una tienda de gafas para que hagan el ajuste por ti, si no te sientes cómodo haciéndolo tú mismo.
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    Ajusta las varillas de las sienes para que los anteojos se ajusten bien a tu cabeza. Las varillas de las patillas hacen referencia a cómo los brazos se ajustan contra el lado de la cabeza para proporcionar el mejor agarre. Si tienes una montura de metal, sujeta la base del brazo con tu mano no dominante y agarra el extremo del brazo con un par de alicates de punta. Dobla cuidadosamente los extremos de los brazos hacia el interior de la montura, para apretarlos. Si tienes una montura de plástico, caliéntala con una secadora de pelo en configuración alta durante 1 o 2 minutos antes de doblar los brazos a mano.[8]
    • También puedes llevar la montura al optometrista para que haga los ajustes por ti.
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    Coloca ganchos para orejas en los brazos de la montura, para que no se alejen de tus orejas. Los ganchos para orejas son pequeñas piezas de goma que se deslizan en los brazos y evitan que los anteojos se caigan de las orejas. Desliza un gancho para orejas en el extremo del brazo y colócalo lo suficientemente arriba para que quede ajustado contra la oreja cuando uses los anteojos. Coloca el otro gancho para oreja en el otro brazo, para que los anteojos se mantengan rectos.[9]
    • Puedes comprar ganchos para orejas en línea o en una tienda que venda gafas.
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Método 3
Método 3 de 3:
Conseguir monturas del tamaño correcto

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    Mídete la cara para determinar el tamaño de montura que necesitas. Visita un optometrista o una tienda de gafas y pídeles que te midan la cara. El optometrista o empleado encontrará con precisión la longitud que necesitas para los lentes, el puente de la nariz y los brazos en milímetros.[10]
    • Por ejemplo, la medida de los anteojos puede parecerse a 55-18-140, donde 55 mm es el ancho del lente, 18 mm es el ancho del puente, y 140 mm es la longitud de cada brazo.
    • Si ya tienes un par de gafas que te quedan bien, busca tres números en uno de los brazos para encontrar el tamaño.
    • Algunas aplicaciones para comprar gafas pueden tener una herramienta de medición que usa la cámara de tu teléfono para estimar el ajuste perfecto para ti.

    Consejo: Evita monturas de “talla única”, pues podrían ser demasiado grandes o pequeñas para tu cara y se resbalan más a menudo.

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    Consigue anteojos con tiras de agarre en los extremos de los brazos, para que sea menos probable que se resbalen. Las tiras de agarre son piezas de goma que se envuelven alrededor de la montura para aumentar la cantidad de fricción, y así es menos probable que se resbalen. Busca monturas de tu tamaño, las cuales tengan piezas de goma en los extremos, y pruébatelas para que puedas ver cómo se sienten en tu cabeza.[11]
    • Si la montura está demasiado apretada, quizás empieces a sentirte más incómodo cuanto más tiempo la lleves puesta.
    • Puedes comprar tiras de agarre para añadirlas a la montura, si no encuentras un par que ya tenga tiras.
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    Prueba con plaquetas nasales ajustables para que puedas apretarlas. Muchos anteojos tienen plaquetas nasales pegadas a piezas metálicas movibles, para que puedas hacer ajustes sobre la marcha. Busca monturas de tu talla, que tengan plaquetas nasales ajustables, en la tienda de gafas local o en línea. Si las plaquetas nasales están demasiado sueltas, y no agarran bien el puente de la nariz, entonces acércalas más para que se sujeten mejor a tu cara.[12]
    • Si a montura que te gusta no tienen plaquetas nasales ajustables, es posible que puedas pegar plaquetas nasales adhesivas para ayudar a mantener los anteojos levantados.
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Consejos

  • Visita una tienda de gafas o un optometrista para que consigan la talla de tu rostro para las gafas. De esa manera, puedes saber qué tamaño conseguir cuando compras la montura, de modo que no se deslice de tu rostro.[13]
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Categorías: Gafas
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