Si quieres hacer que ella tenga ganas, entonces tendrás que preparar el terreno mental y físicamente. Se dice que la excitación de una mujer depende de las 24 horas antes de ingresar en la habitación. Escúchala, sé paciente y demuéstrale cuánto te importa. ¡Por sobre todo, recuerda enfocarte en los deseos únicos de tu dama!

Método 1
Método 1 de 3:
Demostrar tu aprecio

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    Elógiala. Haz que se sienta deseada y hazle saber cuánto la aprecias. Es posible que sea difícil para ella bajar la guardia si no siente tu deseo; la autoestima puede ser difícil. Dile con regularidad que es hermosa y hazlo cuando menos lo espere.
    • Elogia su belleza. Escoge tu parte favorita de su cuerpo y dile qué te gusta de esta. No solo le digas "Eres atractiva". Dile "Tienes los ojos más maravillosos" o "Los músculos de tu espalda son muy fuertes; ¡el yoga está dando sus frutos!".
    • Elógiala por su mente o su personalidad. Dile cuánto aprecias su habilidad para contar historias o la manera en que explica apasionadamente sus ideas. Menciona cuán impresionado estás con su amabilidad, su compasión o sus habilidades de organización. No solo te fijes en su cuerpo.
    • Elógiala por una acción o un evento específicos. Menciona algo que sucedió recientemente al decir "Estuve realmente impresionado por la manera con la que trataste la situación con tu hermana hoy. Sé que es frustrante, pero fuiste muy paciente y realmente mantuviste la calma".
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    Haz de todo para ayudarla. No te ofrezcas a lavar los platos o sacar las cosas del automóvil; solo hazlo sin que ella tenga que pedírtelo. Sorpréndela al preparar la cena o limpiar el garaje. Llévate a los niños por la noche para que ella pueda tener paz y tranquilidad. Aportar desinteresadamente en la relación podría mejorar la conexión que tienen dentro y fuera de la cama.
    • Muchas mujeres que tienen trabajos de tiempo completo siguen ocupándose de más de la mitad de los quehaceres de la casa y del cuidado de los niños. Si te dice que está muy cansada como para tener sexo, entonces podría ser hora de quitarle indefinidamente algo de la carga que tiene sobre los hombros.[1]
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    Descifra lo que la excita. La próxima vez que estén acurrucándose, pregúntale acerca de sus fantasías. Cuando tengan intimidad, préstale mucha atención para notar lo que la vuelve totalmente loca en la cama. Si funciona, ¡sigue haciéndolo!
    • ¡No asumas que puedes excitar a una mujer con un plan que se acople a todas! Cada persona tiene sus propios deseos y sus propias preferencias.
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    Escúchala. Sé humilde y compasivo en tu relación y haz de todo para escucharla. Si no la escuchas, entonces ella podría sentir que no valoras su perspectiva. Si ella no se siente respetada, entonces podría tener dificultades para compartir acerca de los aspectos de su vida.
    • La próxima vez que tengan una discusión, no te enfoques solo en tratar de ganar. Discúlpate y considera sus sentimientos. Haz que sienta que la escuchas.[2]
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    Arréglate bien y con frecuencia. Cepíllate los dientes, rasúrate y comprométete a tener un estado físico bueno en general. Dúchate y esfuérzate por verte agradable. Trata de mantenerte como cuando se conocieron por primera vez. Esforzarse bastante suele tener más probabilidades de hacerle recordar cuán atractiva es su pareja.

Método 2
Método 2 de 3:
Crear un tiempo de calidad juntos

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    Ejercítense juntos. Muchas mujeres indican sentir niveles más altos de excitación después de ejercitarse, los que incrementan la circulación sanguínea en la pelvis y todo el cuerpo. Trata de hacer spinning, alpinismo, yoga o acroyoga. Ve con ella a correr, montar a bicicleta o a dar una larga excursión.[3]
    • Esta puede ser una manera excelente de encender el lado físico de la relación que tienen. Cuando te ejercitas, te involucras con tu cuerpo de una manera consciente y, cuando te ejercitas con tu pareja, te involucras con su cuerpo también. Elógiala por su contextura física e impresiónala con tu propia agilidad.
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    Haz algo que a ella le apasione. Si le gusta leer, ten una cita con ella en una librería independiente, escríbele una nota romántica o pasa con ella un día íntimo leyendo. Si le gusta los postres, sorpréndela con chocolate o acondiciona una cita de postres los miércoles por la noche. Demuéstrale que la escuchas cuando te diga lo que le agrada.[4]
    • ¡También escoge algo que te guste hacer! Encuentra las pasiones que tengas en común con ella.
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    Alquila una película sensual. A tu dama podría no agradarle el erotismo, pero incluso una escena apasionada en un drama o una comedia romántica puede ayudar al proceso de hacer que ella tenga ganas. Un estudio de la Universidad Northwestern sugiere que las mujeres suelen excitarse más con el erotismo que los hombres.[5]
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    Encuentra una excusa para engalanarte. Viste un traje y una corbata, rasúrate y arréglate bien. Sugiérele que vista tu blusa favorita o tu vestido favorito. Luego, invítala a tener una noche romántica juntos. Verse bien puede convertirse en una sensación de seguridad acerca de uno mismo en la cama.

Método 3
Método 3 de 3:
Excitarla en el momento

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    Sorpréndela. Camina detrás de ella y bésala en el cuello. Tócala en el estómago y los pechos. Pasa tus manos por su cuerpo y haz que sienta tu deseo.[6] Pégate a su espalda y muévete lentamente.
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    Tómate tu tiempo con el juego sexual. Atenúa las luces, apaga el teléfono celular y trata de estar por completo en el presente en el espacio íntimo. Pasa tus manos por su cuerpo. Bésala suavemente al principio y luego hazlo más apasionadamente a medida que las ganas se incrementen. Desvístela lenta y cuidadosamente y deja que sus prendas de vestir caigan al suelo. Mírala profundamente a los ojos y sonríe.
    • Dale un masaje. Practica tu habilidad de dar masajes en los pies o la espalda de modo que puedas verdaderamente ayudarla a relajarse. Calienta sus músculos mientras le das una atención amorosa.
    • Pasa tus dedos o tus labios por sus articulaciones. El cuello, el interior de los codos y la parte posterior de su rodilla son más sensibles que otras partes de su cuerpo.
    • Tócale los muslos. Ve lentamente de arriba a abajo de sus piernas. Agárrala por detrás y adentra tus dedos hacia su cadera.[7]
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    Habla en un tono bajo y apasionado. Susúrrale unos elogios o unos coqueteos lenta y seductoramente al oído. Dile cuánto la deseas. El roce suave de tus labios combinado con una voz baja puede ayudarla a excitarse.
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    Trata de incorporar unos juguetes y otros elementos excéntricos. Invierte en unos juguetes para la habitación que se orienten hacia las mujeres. Dale los juguetes como un regalo y sugiere que ambos los prueben luego.[8]
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    Toma el control, a menos que ella prefiera hacerlo. A algunas personas les gusta ser más dominantes en la habitación, mientras que otras prefieren un rol más sumiso.[9] Fíjate en las señales que indiquen que a ella le agrada tomar el control o no. Ten en cuenta que a ella podría agradarle asumir el mando algunas veces, pero también podría disfrutar cuando tú haces las maniobras. Si ella siempre espera a que comiences una maniobra en la habitación, entonces es posible que le agrade cuando eres un poco dominante.
    • No temas preguntarle. Si te sientes cómodo haciéndolo, puedes decirle "¿Te parece que eres más dominante o más sumisa en la cama?". Es posible que también puedas parafrasearlo y decirle "Me encanta la sensación de asumir el mando en la habitación. ¿Cuánto te gusta que lo haga?".

Acerca de este wikiHow

Jacqueline Hellyer
Coescrito por:
Terapeuta psicosexual con licencia
Este artículo fue coescrito por Jacqueline Hellyer. Jacqueline Hellyer es una terapeuta psicosexual con licencia y la fundadora de The Love Life Blog y The LoveLife Clinic. Con más de 20 años de experiencia, Jacqueline se especializa en consultoría sexual, consejos sexuales y asesoría sobre relaciones. Además de ser una terapeuta psicosexual acreditada por la Sociedad de Sexólogos Australianos (SAS), Jacqueline también es Entrenadora Profesional Certificada de la Federación Internacional de Entrenadores (ICF). Tiene una licenciatura en bioquímica y ciencias humanas de la Universidad Nacional de Australia, un diploma de posgrado en ciencias aplicadas de la Universidad de Canberra, una licenciatura en idiomas y literatura de la Universidad de Nueva Inglaterra (AU), una maestría en salud sexual de la University of Sydney, y una maestría en conciencia, espiritualidad y psicología transpersonal de The Alef Trust. Su trabajo y experiencia han aparecido en Australian Men’s Health, Cosmopolitan, Australian Women’s Health, Marie Claire y 60 Minutes. Este artículo ha sido visto 59 091 veces.
Categorías: Seducción