El chantaje es un crimen. Implica el uso de amenazas para forzar a alguien a dar dinero, servicios o propiedades personales en contra de su voluntad.[1] Frecuentemente, estas amenazas están relacionadas a la violencia física, a la exposición de información sensible o al maltrato de un ser querido. Lidiar con el chantaje puede ser un proceso estresante. Conocer la mejor manera de abordar este problema y cómo prevenirlo en el futuro puede ayudar a calmar el estrés y la ansiedad de lidiar con el chantaje.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Manejar el chantaje

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    Evalúa el terreno. Los oportunistas pueden tratar de crear una situación de chantaje valiéndose de cualquier premisa. Esto puede incluir oír una conversación sensible y tratar de explotar la ocasión o poseer fotos de naturaleza sensible y amenazar con la exposición si no se cumplen las exigencias. Evaluar la situación requiere de ser honesto e introspectivo. Pregúntate cuán perjudicial es la información y si el chantajista representa una verdadera amenaza para ti. Algunas de las cosas que debes considerar son:[2]
    • ¿Está en riesgo tu empleo? ¿La publicación de la información pondría en peligro tu capacidad de mantener un empleo razonable?
    • ¿Pones en peligro a alguien más? Aunque tú estés sano y salvo, ¿alguien más podría resultar dañado física o emocionalmente como resultado del chantaje?
    • ¿Qué es lo peor que puede ocurrir? Un chantaje real representa más de un inconveniente. Puede crear un daño irreparable, ya sea físico o emocional. Tomando como base quién está involucrado en el esquema del chantaje, evalúa cuál es el peor resultado posible. Pregúntate si ese resultado es lo suficientemente grave para darle importancia.
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    Reacciona ante un chantajista que conozcas. Desafortunadamente, es muy común que el chantaje provenga de una persona conocida y en la que alguna vez se confió (amigos, compañeros de estudio, exparejas e incluso familiares). Cuando tienes una relación cercana con el chantajista, puede ser difícil recurrir a la policía para arreglar el problema.
    • Cuando se trata de alguien que conoces, frecuentemente se trata de una forma del “chantaje emocional”, de la extorsión para poder estar cerca o de la prolongación de una relación para impedir que la información sea expuesta. Todo esto es chantaje y tienes derecho a la protección de acuerdo con la ley.
    • Si las amenazas hechas pueden afectar tu integridad física, debes informar a la policía inmediatamente. Aunque no tomes acciones inmediatas, tener las amenazas registradas puede ayudarte si decides tomar acciones legales.
    • Si el chantajista amenaza con exponer tu sexualidad (en vista de que no le has contado aún a las demás personas), considera ponerte en contacto con el Centro Nacional de Ayuda LGBT. Ellos tienen líneas de conversación para jóvenes con consejeros, charlas de amigos y números de emergencia para ayudarte a afrontar emocionalmente la crisis.[3]
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    Discute con un amigo que confíes. Cuando debas enfrentar un problema, tu propia ansiedad puede hacer que exageres la situación. En momentos como este, es una buena idea pedir consejo a una persona confiable y honesta.
    • Una persona confiable puede ser un líder religioso, un amigo o un terapeuta.
    • Tener una opinión exterior puede poner en perspectiva la situación. Aunque no puedan ayudarte a encontrar una solución, hay un beneficio emocional al saber que no estás solo en esta situación.[4]
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    Quítale la ventaja. Si reconoces que la información no representa una amenaza significativa, revela la información por tu cuenta antes de que el chantajista tenga la oportunidad.
    • Esto elimina cualquier ventaja que el chantajista posea.
    • Demuestra tu fortaleza por medio de la honestidad y de asumir la responsabilidad.
    • Esta acción invocará la solidaridad y el apoyo de tus amigos y de tus familiares.
    • Aclarar las cosas te dará control sobre la difusión de la información, exponiendo las malas intenciones del chantajista.[5]
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    Mantén toda la evidencia del chantaje. Conserva fotos o copias legibles de todos los encuentros entre tú y el chantajista. Guarda los correos de voz y graba las conversaciones telefónicas.
    • Esta es toda la información que un abogado o un policía necesitará para determinar si tu caso se puede procesar.[6]
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    Acércate a la policía. Si después de una evaluación, la exposición de la información representa una gran amenaza, ponte en contacto con la policía.[7]
    • La policía está preparada para levantar cargos en contra del chantajista.
    • La policía puede protegerte de cualquier amenaza de daño físico.
    • Aunque pueda ser doloroso, es probable que la policía te pida que prolongues la negociación con el chantajista. Esto se debe a que, en muchas jurisdicciones, el chantaje requiere evidencia de amenaza escrita o grabada junto con la solicitud de pago. Asegúrate de hacer lo que la policía te pida, aunque parezca difícil o doloroso en ese momento.
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    Si es necesario, contrata a un abogado. La policía podrá decirte si un abogado puede proteger tus intereses.
    • Los abogados tienen una comprensión minuciosa del sistema legal y pueden sugerir soluciones que ignoran las demás personas.
    • Con bases razonables, un abogado puede procesar exitosamente el chantaje, asegurando que el perpetrador vaya a la cárcel.[8] [9]
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    Nunca trates de resolver el problema por tu cuenta. No actúes precipitadamente ni busques venganza. El crimen del chantaje es serio y acarrea fuertes sanciones en sí mismo.
    • Al herir, perseguir o tratar de dañar de alguna otra forma al chantajista, te involucras a ti mismo en actividad criminal y reduces la probabilidad de que se te haga justicia.[10]

Parte 2
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Proteger archivos físicos contra un chantaje

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    Guárdalos seguramente. Los archivos físicos que contienen información sensible deben guardarse en una caja de seguridad en un banco, en una caja fuerte personal o en un archivador con llave.
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    Guarda solo lo que sea necesario. Algunos documentos deben mantenerse a largo plazo, mientras que otros pueden destruirse en un determinado marco de tiempo.[11]
    • Nunca te deshagas de registros de impuestos. Estos deben archivarse y guardarse en el caso de una auditoría. A menudo, los servicios de impuestos en línea y electrónicos como Quickbooks o TaxACT mantendrán los registros de tus impuestos por un costo anual.
    • Mantén todos los registros relacionados a la propiedad de una vivienda. En el caso de un divorcio, de una disputa de propiedad o de bancarrota, mantén todos los registros relacionados a las hipotecas y a la propiedad de una vivienda.
    • Mantén los registros de los ingresos de retiro. Esto es para prevenir pagar en exceso al Servicio de Impuestos Internos y para mantener el registro de todas las contribuciones.
    • Mantén los registros de las donaciones a las beneficencias y de las declaraciones de inversiones por 3 años.
    • Destruye los recibos de cajeros automáticos, las declaraciones bancarias, los comprobantes de depósito y los recibos de tarjetas de crédito. Después de que hayas cotejado cada recibo con el registro de la banca electrónica y el extracto de la tarjeta de crédito, destruye estos registros.
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    Consigue una trituradora de papel. Una trituradora de papel es la manera más segura de deshacerte de documentos sensibles, de recibos innecesarios, de registros duplicados, de tarjetas de crédito que hayan expirado. Hay varios tipos disponibles; sin embargo, las trituradoras de corte cruzado proveen una mayor seguridad.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Proteger la información en línea y digital contra el chantaje

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    Protege las contraseñas. Esto significa nunca compartirlas en correos electrónicos o chats. También se recomienda que uses un administrador de contraseñas (como Last Pass o Keepass), el cual encripta las contraseñas almacenadas hasta que las necesites.[12] [13]
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    No guardes las contraseñas en los navegadores. Algunos navegadores te dan la opción de guardar las contraseñas al visitar ciertas páginas web. Si no eres la única persona que usa la computadora, significa que cualquier otro usuario puede ver tu información bancaria, tus correos electrónicos u otra información personal.
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    Protege los archivos sensibles. Las contraseñas protegen los archivos que no deseas que otros vean. Considera guardar los archivos sensibles en una unidad de pasaporte que pueda guardarse en una caja fuerte personal o en una caja de seguridad en un banco.
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    Usa un antivirus. Las nuevas generaciones de virus no solo dañan tu computadora.
    • Los troyanos pueden tomar la información de tu disco duro e incluso controlar la cámara de tu computadora y tomar fotos sin que lo notes.[14]
    • Un ransomware puede encriptar toda la información de un disco duro, negándose a devolverla hasta que se haga un pago.[15]
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    Ten cuidado de las redes de Wi Fi poco confiables. Aunque puede ser tentador usar una conexión poco confiable cuando no quieres pagar por el WI FI, ver cualquier información sensible o privada en una red poco confiable significa que otros también pueden verla.[16]
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    Evita y reporta el “phishing”. El phishing es cuando recibes un correo electrónico de alguien que se hace pasar por una persona legítima, de una página web o de un proveedor de servicio en quien confías, pidiéndote información financiera sensible o de una cuenta personal.
    • Los proveedores de servicios legítimos nunca te pedirán esta clase de información a través de correo electrónico, ya que puede exponerte a algún riesgo de seguridad.[17]
    • Si recibes un correo electrónico de esta naturaleza, la mayoría de plataformas de correo electrónico tienen una función de “reporte” para informar al proveedor de esta amenaza a fin de que se pueda neutralizar.
    • Deshazte de los desechos electrónicos apropiadamente. Antes de reciclar algún disco duro viejo (incluso los que no funcionan) asegúrate de que cualquier información personal se haya eliminado haciendo una “limpieza” final. Esto asegura que cualquiera que intente extraer la información no pueda hacerlo.[18]

Consejos

  • Toma en cuenta que algunas jurisdicciones hacen una distinción entre lo que se considera “extorsión” y “chantaje” y cada término es sujeto a un manejo diferente al construir la carga de las evidencias. Consulta con un abogado acerca del criterio de la ley en tu jurisdicción.[19]

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